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En la última entrega de 'Volando voy', Jesús Calleja se trasladó con su helicóptero hasta la provincia más despoblada del país, Soria, con el objetivo de promocionar la vida rural mientras que la gente sigue abandonando los pueblos para irse a vivir a las grandes ciudades. Calleja quería demostrar que en pueblos pequeños también se pueden organizar grandes eventos.
Jesús Calleja como padrino de Cindy en 'Volando Voy'
Todo lo necesario para la organización del evento se encontraba en el pueblo, y Calleja se encargó de encontrar voluntarios para que los novios tuvieran fotógrafa, diseñadora de trajes de novia, catering, camareros y hasta una wedding planner. Un evento en el que la pareja estuvo rodeada de sus amigos, familiares y el pueblo de Gormaz, pero ademásla novia tuvo muy buena compañía hasta el altar, el propio Jesús Calleja, que se convirtió en su padrino de bodas.
El renacer de los pueblos
Mientras iba buscando voluntarios el presentador fue conociendo testimonios de la gente, tanto de ancianos que le contaban su historia, como de jóvenes que habían decidido abandonar la ciudad y hacer su vida en el pueblo. Como Laura y Alejandro, que se mudaron a Abejar y tienen la vida que querían, dedicándose al pastoreo y formando una familia. "Aquí no hay nadie, eso es lo bueno. Así no discutes con nadie", le dijo Alejandro a Calleja.
La poca población no impide que en las localidades pequeñas se innove, Calleja conoció a Nicolás, que diseñó un sistema de riego por goteo y por presión que ha permitido que durante 6 meses al año, viajen al pueblo de Olmillos agricultores de todo el mundo. Además, en Navaleno, un pueblo con menos de 800 habitantes, Jesús se encontró con La Lobita, un restaurante que lleva cuatro años con una Estrella Michelín y que se encargó del catering de la boda de Cindy y Chikitín.