A principios de septiembre, en plena presentación de 'Pekín Express', dentro del marco del FesTVal, entrevistamos a la pareja de concursantes formada por Canco Rodríguez y David Pulido. Nos hablaron sobre su amistad, la brutal experiencia, su fanatismo por los realities y algunas anécdotas delirantes. ¿Y por qué matizamos cuándo se realizó esta entrevista? Porque posteriormente se ha confirmado la película de 'Aída' y el fichaje del actor por 'Maestros de la costura Celebrity' y no le preguntamos por ninguno de estos dos proyectos.
Pasáis de fans de 'Pekín Express' a concursantes, ¿cómo ha sido esto?
También es un híbrido esto.
David Pulido y Canco Rodríguez, en 'Pekín Express'
David, ¿cómo recibes tú la propuesta de Canco?
C.R.: Lo ha hecho Max en realidad.
¿Que ha sido lo más duro de esta experiencia?
C.R.: Para mí lo más duro por un lado ha sido la desvinculación con la familia porque no puedes hablar con nadie. Cuando te vas, no empiezas a competir el primer día, te vas un poco antes porque hay una adaptación. Ahí ya no tienes contacto y cuando empieza la competición tú ya llevas un tiempo sin hablar en mi caso con mi mujer y con mi hijo con dos años. Echaba mucho de menos a ellos y a mi perro. Emocionalmente, ha sido lo que más me ha costado. Además, mi chica, que es la otra persona con la que yo habría venido a 'Pekín Express', es un apoyo imprescindible en mi vida para cada decisión que tomo.
D.P.: También se te hacía difícil la busca de alojamiento más que de coche, por entrar en otra familia. Luego también se volcaba, pero le recordaba mucho a su propia familia. Les enseñaba fotos de su hijo y a él le removía.
D.P.: Yo soy muy paquete, todo lo contrario a un perfil aventurero, pero he de decir que no he tenido momentos difíciles de verdad. Ha sido durísimo, de tener el corazón en un puño de no querer irme en ningún momento, lucharlo hasta el final como fan que soy del reality. Lo he disfrutado tanto que se me haría raro describirlo como una experiencia desagradable. Intensa sí, y un reto también, pero lo hemos disfrutado muchísimo.
Pues nos vamos al otro extremo, contadme momentos divertidos de la aventura.
D.P.: Ella y su marido, y su hijo... Canco es una persona súper divertida. Yo recuerdo en una pick-up a 45º grados de temperatura, que te va golpeando porque no hay asfalto, y que este de repente dice: "Ya lo tengo solucionado". Me giro y veo que tiene una botella de agua como gafas.
C.R.: Claro, corté una parte, veía perfectamente la carretera pero no me iba nada a los ojos.
C.R.: También ha habido muchas risas fuera de cámara. Cuando acaba la noche, te dejan dormir y el cámara apaga la cámara. Nos quedamos ahí de verdad, no nos vamos a un hotel, y ahí pasan cosas que no se pueden grabar como una cucaracha trepando por la cara de David.
Llevar un cámara os ayuda para que puedan confiar más pero también es un handicap en alguna ocasión, ¿no?
C.R.: Para los coches. Eso te lo dejan muy claro en el programa. Parad lo que queráis pero que entre el cámara y con posibilidad de hacer su trabajo. Ha habido que cumplir la legalidad dentro del país, cumpliendo límites de velocidad y todo. Hay normas de 'Pekín Express' y la primera es que esto es un programa de televisión, no lo tenemos que olvidar, hay cosas que no se pueden hacer.
C.R.: El contacto de la producción es con el cámara. Entonces si pasa algo, le llaman y dicen que pare el coche y que nos dejen. Nunca ha pasado, eh. Pero hay que cumplir la velocidad.
D.P.: Y también que en cualquier momento te paran para grabar totales. Igual te acaba de adelantar una pareja y tú te tienes que parar para grabar eso. El que sea un programa de televisión no facilita la experiencia. Añade muchas más variables a tener en cuenta. E ir con un cámara a un local podía jugar a nuestro favor, pero de repente imagínate a las 23h que una señora en una aldea abra una puerta y se encuentre un foco.
D.P.: Y hay que hablar del mérito de los cámaras, porque hacen lo mismo que nosotros y con una cámara siguiéndote. Son unos máquinas.
¿Os habéis encontrado con gente que conociera lo que era 'Pekín Express'?
C.R.: Sí, es que en Francia lleva 18 ediciones. En Vietnam, que es donde se empieza, es un país turístico y había muchos franceses. Cuando te ven con la mochila, lo primero que piensan es que eres francés. Luego se acercan hablándote en francés y ya les dices que eres de España.
D.P.: Los franceses y los italianos te pedían la foto pero no te ayudaban nada. Les pedíamos ayuda y nada de nada. Más, los locales.
C.R.: Una de las personas más desagradables que nos ha tocado es un francés. Estábamos hablando con él que tenía un coche y de risas nos dijo: "No, no os voy a ayudar para que viváis mejor la experiencia". Para eso dinos que no.
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D.P.: Sabes que en cualquier momento la aventura se acaba y tienes esa sensación de "tengo que llegar, tengo que llegar", esa adrenalina es una brutalidad.