Las miniseries han pasado de ser contenidos residuales a producciones sin las que resultaría imposible comprender la televisión actual, sometida a una dictadura de la cantidad que tiende a dilapidar la calidad entre mediocridad. En esta coyuntura, Netflix se ha subido al autobús de "Speed" y, como Sandra Bullock, se ha propuesto no reducir su vertiginoso ritmo, para lo cual requiere una cantidad industrial de combustible en forma de estrenos constantes y de rápida digestión. En el caso de HBO, que a pesar de su naturaleza de televisión tradicional, ha dado la vuelta al mundo como plataforma digital, la gasolina aparece en formato limitado, ya que ha duplicado su apuesta por las miniseries entre 2019 y 2020. ¿A qué se debe ese acelerado crecimiento? A una reinvención de la identidad del prestigioso canal, que, tras perder varias de sus vacas sagradas, ha sabido adaptarse convirtiendo la excepción en la norma.
Para HBO, las miniseries suponen la puerta de entrada a la abundancia, a poder presumir de una programación que no solo no se detiene, sino que se expande, como su catálogo en streaming. En plena era de la peak TV, con cientos de estrenos al año, ese incremento de los títulos originales de HBO -sin tener en cuenta la disociación de la marca con la llegada de HBO Max- tiene una doble lectura: la del aporte al inevitable estallido de la burbuja de la producción de series y la de la ambición de evolucionar sin perder la esencia. En este artículo vamos a centrarnos en la segunda, la menos apocalíptica, analizando a qué se debe el creciente interés de la cadena de 'Los Soprano' en las series de presente, exentas en apariencia de la obsesión por el futuro inherente al medio televisivo.Fares Fares y Barry Keoghan en 'Chernobyl'
Al mismo tiempo que 'Veep' y 'Juego de Tronos' daban sus últimos coletazos, una miniserie fue capaz de brillar o, mejor dicho, irradiar luz propia. Con sus guiones para el recuerdo y una factura impecable, 'Chernobyl' se convirtió en uno de los fenómenos televisivos de 2019 y, por el camino, en el paradigma del culto que puede arrastrar una miniserie sin ínfulas de estirar su historia innecesariamente. A lo largo de esa imponente primavera, Russell T. Davies también corroboró las bondades del formato limitado con 'Years & Years', su perversa pero factible visión del futuro de nuestra errática sociedad. Esas dos obras maestras ya son historia de la pequeña pantalla y referentes del camino a seguir por HBO para engrosar su catálogo a base de miniseries, que hasta entonces habían contado con una incidencia más puntual.
A pesar de ese papel un tanto secundario, el prestigio que asociamos a HBO también tiene como base este tipo de producciones, con 'Angels in America' y 'Hermanos de Sangre' como tótems más evidentes, pero, en su esfuerzo por materializar proyectos selectos, hasta 2019 el número de miniseries se limitaba a una o dos al año. Desde las reivindicables propuestas de 'Mosaic' y 'The Night Of' al profundo drama de 'Mildred Pierce', pasando por las intrigas de 'Heridas abiertas' y 'Big Little Lies' -cuya naturaleza de miniserie fue asesinada por su propio éxito- o la épica escala de 'The Pacific'; la oferta era escasa, pero impactante.
Sin embargo, las exigencias del mercado actual, al que se han sumado con mayor asiduidad las grandes estrellas de Hollywood, han hecho de las miniseries un contenido al alza, que atrae talento de primer nivel sin exigirle un compromiso a largo plazo. Además, permite a los creativos dar forma a relatos cerrados en un entorno mucho más abierto, en el que guionistas como Noah Hawley o Ryan Murphy alternan proyectos con una libertad pasmosa, inimaginable hace no mucho tiempo. De ahí que en 2020 vayamos a ver alrededor de una decena de ficciones limitadas en HBO, que planea convertirse en la abanderada de esta causa apoyándose en dos pilares: la colaboración internacional y la confianza en autores consolidados.
Zoe Kazan en 'La conjura contra América'
La aportación europea
Una vez más, 'Chernobyl' y 'Years & Years' son el claro ejemplo del impacto positivo de las coproducciones internacionales, que han llevado a HBO a unir fuerzas con socios tan potentes como Sky o BBC. De hecho, con el conglomerado de telecomunicaciones inglés sostiene un prolífico acuerdo de desarrollo, renovado en octubre de 2019 tras los lanzamientos de 'Chernobyl' y 'Catalina la Grande'. De esta asociación han nacido algunas de las miniseries más atractivas del año: 'The New Pope', secuela de 'The Young Pope', comandada una vez más por el siempre sorprendente Paolo Sorrentino; 'El tercer día', la nueva obra del creador de 'Utopía', Dennis Kelly, que llevará a Jude Law y Naomie Harris a una irresistible pero amenazante isla; y 'We Are Who We Are', la primera ficción televisiva de Luca Guadagnino ("Call Me by Your Name"), centrada en un grupo de adolescentes estadounidenses afincados en una base militar en Italia. Mientras que de la hermandad con la televisión pública británica emergerá 'January 22nd', la provocativa reflexión de Michaela Coel sobre la laxitud del concepto de consentimiento sexual en la sociedad contemporánea.
Si esas cuatro miniseries internacionales tienen como común denominador su naturaleza de conceptos originales, entre las producciones íntegramente estadounidenses de HBO priman las adaptaciones. La primera en llegar ha sido 'El visitante', desarrollada por Richard Price ('The Night Of') a partir de la obra homónima de Stephen King, que con sus misterios imposibles y un reparto encabezado por Ben Mendelsohn y Cynthia Erivo ha arrancado el año por todo lo alto, promediando en EEUU nueve millones de espectadores por episodio entre todas las plataformas. Después ha llegado el turno de 'La conjura contra América', que supone la primera vez que David Simon, creador de 'The Wire', trabaja a partir de material ajeno. Y el momento de adaptar la novela de Philip Roth, que imagina una sociedad estadounidense liderada por el fascismo, el antisemitismo y el populismo en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, no podría ser más adecuado ahora que Donald Trump promueve a diario la cultura del odio racial. Esta nueva colaboración supone la cuarta miniserie de Simon para HBO, que previamente ha emitido 'The Corner', 'Generation Kill' y 'Show Me a Hero'.
Las otras miniseries exclusivas de HBO que se verán en los próximos meses son 'La innegable verdad', primer esfuerzo televisivo del cineasta Derek Cianfrance ("Blue Valentine"), que cuenta con Mark Ruffalo como doble protagonista, ya que encarna a dos hermanos gemelos que mantienen una complicada relación; 'The Undoing', que reúne al creador de 'Big Little Lies', David E. Kelley, con Nicole Kidman, además de sumar al equipo a la oscarizada directora Susanne Bier para materializar este relato de revolución vital marcado por el thriller; 'Perry Mason', que recupera al mítico abogado, interpretado ahora por Matthew Rhys, bajo la producción ejecutiva de Robert Downey Jr.; y 'Mare of Easttown', que supone el regreso de Kate Winslet a la cadena de pago tras 'Mildred Pierce'.
Mark Ruffalo(s) en 'La innegable verdad'
Parasitando el futuro
Esa constelación de proyectos supone una parte muy sustancial de los estrenos de HBO programados para 2020, lo cual no se trata de una casualidad, sino de una tendencia de futuro. La cadena de WarnerMedia ya tiene en desarrollo otra profusa tanda de miniseries, que implican a estrellas como Amy Adams ('Poisonwood Bible'), Jake Gyllenhaal ('Lake Success'), Channing Tatum ('Gorilla and the Bird'), Olivia Colman ('Landscapers') o Woody Harrelson ('The White House Plumbers'). Aunque el proyecto que más ruido ha hecho ha sido la miniserie de la oscarizada "Parásitos", que está siendo desarrollada por el propio Bong Joon-ho y Adam McKay. Este último también tiene en marcha 'Showtime', que repasará la hegemonía de los Lakers en los años ochenta.
Por lo tanto, las miniseries han llegado a HBO para quedarse, promoviendo la expansión de la cadena sin hacer estragos en su refinada fachada, que se está restaurando con teselas de calidad para no perder su posición en un entorno al que no paran de sumarse competidores. Esto no significa que HBO prescinda de las series de toda la vida, a las que volver año tras año, como lo serán 'The Last of Us' o 'The Nevers' o como ya lo son 'Succession', 'Barry' o 'Euphoria', simplemente era necesario generar más contenido, y han dado con la tecla que mejor se adaptaba a esta coyuntura de consumo irrefrenable.