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Máximo Huerta, en imágenes 26 fotos
Todo aquel que haya seguido la trayectoria de Máximo Huerta, haya leído sus libros y suela ver sus entrevistas sabrá que no guarda un buen recuerdo de su fugaz paso como Ministro y que, básicamente, se arrepiente de haber aceptado el puesto. Se desvinculó completamente de aquello, se centró en seguir escribiendo, en su programa de À Punt y en sacar adelante La librería de Doña Leo, la cual acaba de inaugurar en Buñol. Aun así, aquella etapa como parte del Gobierno de Pedro Sánchez sigue saliendo a la luz constantemente en cualquier conversación.
El valenciano se ha sentado en el famoso 'Chester' para hablar con Risto Mejide de todo y, por supuesto, ha salido el tema del Ministerio de Cultura y Deportes. "Un mes después de la renuncia le llama Pedro. ¿Eso fue así?", quería saber el presentador. Huerta recordó estar en Almería aquel 31 de julio, donde se había ido con su amigo David porque "no quería ni estar en casa, no quería hablar con nadie y no hablaba".Risto y Máximo Huerta, en 'Viajando con Chester'
Recordó que, al dimitir, Pedro Sánchez le dijo: "Y ahora, si puedes estar callado, no respondas nada, no digas nada... Yo te llamaré en un mes cuando todo se calme". Pasaron dos meses hasta esa fecha y, tras un cruce de llamadas que no llegaban a ser atendidas, consiguieron ponerse en contacto tras un mensaje "naíf" que mandó la vicepresidenta de entonces, Carmen Calvo.
¿Cuál fue el cargo?
Huerta estaba en ese momento muy nervioso, pues todavía no había pasado mucho tiempo desde su dimisión y todavía no estaba bien: "Me costó mucho estar bien. Me costó mucho estar normal, tranquilo", matiza. Cuando por fin pudieron hablar, conoció el motivo de la llamada: "Me llamó para ofrecerme un cargo. Yo le dije que ni debió ofrecerlo ni yo aceptar después de todo el revuelo que había habido". Parecía que iba a dejar con la intriga tanto al entrevistador como a la audiencia.
Habría sido muy bonito ese cargo porque siempre fue un sueño. Siempre había sido un sueño estar en un Instituto Cervantes para mí. Desde siempre, como autor, me hubiera encantado decir que sí. Pero tenía tanto miedo a la prensa, tanto pánico al qué dirán las redes, a los diarios digitales, que no acepté porque no podría haber soportado esa presión.