Los hermanos Caballero tienen el don de la ubicuidad. En estos momentos, están manteniendo viva su relación con Amazon/Mediaset ('La que se avecina') y Netflix ('Machos Alfa') y, para que el ritmo no baje, han abierto una nueva puerta. Desde comienzos de octubre, el tándem creativo está rodando su nueva comedia, 'Muertos S.L.', para Movistar Plus+, que ha confiado en los responsables de 'Aquí no hay quien viva' para dar forma a un título capaz de atraer a multitud de suscriptores.
Casi tres semanas después de confirmar el arranque del rodaje, la plataforma de Telefónica ha desvelado el elenco que está implicado actualmente en las grabaciones. Al frente de las cámaras destacará la presencia de Carlos Areces, que se ha convertido un habitual en los proyectos de los Caballero, pero también nos encontraremos con Ascen López, Salva Reina, Aitziber Garmendia, Adriana Torrebejano, Gerald B. Fillmore, Amaia Salamanca, Roque Ruiz, Lorea Intxausti, Manolo Cal, Bárbara Santa-Cruz, Lucía Quintana, Juan Miguel Bataller y Diego Martín.Alberto y Laura Caballero en el rodaje de 'Muertos S.L.'
Todos ellos se han volcado en una producción que se desarrollará durante ocho semanas en Madrid bajo la producción de Contubernio S.L. A lo largo de ese intervalo se filmarán ocho episodios de unos treinta minutos de duración que han sido escritos por Alberto Caballero, Daniel Deorador, Julián Sastre y Nando Abad, figurando Caballero, Deorador y Araceli Álvarez de Sotomayor como creadores. Por su parte, Laura Caballero y Alberto Monge comparten las tareas de dirección de un proyecto que verá la luz en algún momento por determinar de 2024.
Sucesión funeraria
El detonante de 'Muertos S.L.' es la muerte de Gonzalo Torregrosa, el propietario y fundador de la Funeraria Torregrosa. Tras producirse esa baja, la mano derecha del patriarca, Dámaso Carrillo, da por hecho que será él quien recoja el testigo, pero finalmente es la anciana viuda quien decide ponerse al frente de la empresa junto a su inútil yerno. Esta decisión provoca el rechazo de Dámaso, que conspirará para hacerse con el poder, y de las hijas, que pensaban cerrar y montar un gimnasio. Mientras se desata esa guerra de sucesión, la funeraria tendrá que sobrevivir a su enfrentamiento con la competencia y a un caso al estilo #metoo que puede acabar con la reputación del fallecido.