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A finales de noviembre del año pasado, Mediaset oficializaba uno de sus mayores movimientos estratégicos en los últimos años: Carlos Franganillo sustituiría a Pedro Piqueras al frente de 'Informativos Telecinco 21:00'. De este modo, el grupo de comunicación se hacía con los servicios del profesional que, precisamente, había encabezado el sorpasso de La 1 a Telecinco en la edición nocturna y, mirando a largo plazo, apuntalaba su nuevo proyecto informativo, que será fundamental para recortar la brecha abierta por Antena 3.
Ahora, tras aquel shock inicial, la nueva era de 'Informativos Telecinco' es una realidad, ya que la primera emisión liderada por Franganillo, que coincidirá con el estreno del renovado plató, se producirá el lunes 15 de enero a las 21:00. Ante la inminencia de ese debut, tuvimos la ocasión de hablar, junto a otros medios, con el periodista asturiano, que todavía está asimilando este rol protagonista en un contexto diferente. "Me genera cierta incomodidad porque soy bastante tímido y reservado, y eso me cuesta un trabajo extra, pero lo entiendo perfectamente. En este mundo hay que contar con esa parte de venta del producto, generar expectación y vestir el trabajo de toda la redacción. El que se pone delante de la cámara tiene el deber y la obligación de facilitar esa expectación y alimentarla", arranca.El equipo de presentadores de 'Informativos Telecinco'
Sin embargo, para que la maquinaria del hype se pusiera en marcha, primero había que convencer a Franganillo de dejar atrás RTVE, el que había sido su hogar profesional durante quince años. "Yo estaba muy cómodo y solo puedo decir cosas excelentes del equipo de RTVE, porque me lo he pasado muy bien y hemos hecho cosas interesantísimas, pero cuando surge la oportunidad se juntan varias cosas. Lo más atractivo sin duda es la oportunidad de estar en un proyecto que no empieza exactamente de cero, porque casi toda la gente es la misma, pero sí que empieza de cero la voluntad de que los informativos sirvan casi de columna vertebral para el plan de futuro en esta casa".
"Eso es lo que me acaba empujando, gracias también a las explicaciones de Pedro Piqueras, a quien le tengo una enorme estima profesional y personal, y al hecho de que me garantizase la limpieza del proyecto, de los objetivos que se estaban planteando. Hay pocas oportunidades para que un gran medio de comunicación en España de pronto quiera llevar a cabo ese meneo y apostar por la información de una manera tan clara. Y a todo eso se suma, por supuesto, una buena apuesta personal. Las dos cosas, una sin otra, no hubieran funcionado", añade, sin ocultar que en primera instancia hizo "20.000 preguntas" a Piqueras y Francisco Moreno, director de Informativos de Mediaset.
"Al fin y al cabo llegaba a un lugar que no conocía, pero ellos me dieron muchas garantías y me ayudaron a desbrozar un poco el plan que venía por delante. Eso me dejó muy tranquilo. Cuando salí de esa primera reunión en casa de Pedro no tenía dudas sobre la apuesta económica y humana. Tenía las dudas de verme en una encrucijada porque me sentía muy querido en un sitio, pero me ofrecían algo muy apetecible", reconoce con tono firme, habiendo asimilado ya una transición que no le ha resultado sencilla en todo momento. "Este tipo de fichajes generan una serie de emociones muy profundas. No pensé que fuera a tener este impacto mediático, pero cuando se filtró empecé a sentirme desbordado con las alarmas de los mensajes".
El último adiós
Con respecto a su marcha de Televisión Española, el ganador del Ondas no dispara ninguna crítica hacia la manera de proceder de la corporación pública, que le apartó inmediatamente de su cargo cuando se anunció su fichaje por Telecinco. "Cuando lo comuniqué les dije que me apartaría cuando ellos lo creyeran conveniente por el interés de la propia cadena. Me parece lógico. No creo en los individualismos y no echo de menos haberme despedido. Me voy con buen sabor de boca".
"Ha sido una despedida educada, civilizada y muy cariñosa, pero a la vez tiene esa parte muy dolorosa porque estaba muy cómodo allí y no me puedo quejar de nada, se me dieron todas las oportunidades y me lo he pasado realmente bien. Estaba en una encrucijada, he tomado este camino y estoy muy convencido e ilusionado", rememora Franganillo, que reconoce haber estado "muy apenado": "Es una situación un poco contradictoria, porque tomas una decisión y crees en ella, pero a la vez te produce cierto dolor".
Ambiente renovado
La mudanza no solo le llevará a codearse con una nueva redacción, sino que los cambios serán mucho más profundos. El primero, y seguramente el más evidente, será el plató que Mediaset ha construido en sus instalaciones de Fuencarral. Dejando atrás el espacio que tan asociado teníamos a Piqueras, los telediarios del grupo de comunicación pasarán a brindarse en una escenografía más amplia y vanguardista en materia tecnológica, ya que contará con tres pantallas verticales colgantes, cámaras con encuadre automatizado por inteligencia artificial, una pantalla curva envolvente de 31 metros o una spidercam, entre otras novedades.
"El diseño es muy elegante. Las pantallas van a ser muy eficaces y hay elementos móviles que van a aportar para explicar las cosas. Además, la mesa me parece la más bonita de un estudio de informativos en España, le va a dar un aire muy elegante", resalta Franganillo, que tendrá que adaptarse paulatinamente a esta remodelación: "Al cambiar la manera de narrar, cambian muchas cosas. Algunas se irán construyendo sobre la marcha, ya que nos enfrentamos a un espacio nuevo y una nueva manera de contar las cosas. No tenemos la fórmula mágica desde el primer día, así que habrá que hacer ajustes".
Detrás de las cámaras, los cambios no serán tan abundantes, al menos a nivel humano. "Hay algunas incorporaciones, pero sobre todo quienes desarrollarán el nuevo proyecto son personas que ya estaban en la casa. La materia prima es excelente, hay una redacción con muchas ganas de hacer cosas nuevas. La apuesta lo permite, el estudio lo permite... Y yo he querido fijarme en lo que había y aprovecharlo", apunta el director de Informativos de Telecinco, que sí matiza un reajuste a la hora de afrontar la actualidad: "Lo único que hemos puesto en marcha es intentar trabajar con una mayor previsión. Tenemos muchos retos en los próximos meses, en los que estamos trabajando ya, y queremos mirar a diez días vista para tratar temas más en profundidad".
Cara a cara
Desde su nuevo hogar, Franganillo tendrá ante sí a un coloso de las audiencias como Vicente Vallés, que en 2023 ha logrado una audiencia media del 18,9% en las noches de lunes a viernes de Antena 3, frente al 10,5% de La 1 y el 9,7% de Telecinco. Por tanto, Mediaset parte desde la tercera posición, aunque al periodista no le preocupa especialmente derrocar a sus homólogos. "Nunca lo he visto como un duelo. Quien lo vea así con Marta [Carazo] o con Vicente se equivoca, porque se va a obsesionar con asuntos que deben ser secundarios. Hay que obsesionarse y competir con nosotros mismos. La única fijación tiene que estar en el espectador y en hacer un servicio".
De hecho, tan solo puede esgrimir elogios al referirse a sus compañeros. Por un lado, reconoce haber recibido "muchos ánimos" por parte de Vallés, al que describe como "un tipo inteligentísimo". Y en lo que respecta a su sucesora en TVE, Carazo, las alabanzas no hacen más que intensificarse: "Era mi opción favorita y ella sabe el aprecio que le tengo. Ayer hablé con ella, así que mantenemos una muy buena relación de amistad y le tengo una enorme admiración. Es uno de los rostros que mejor explican asuntos complejos en televisión. Es una decisión excelente: alguien de la casa que conoce bien la redacción".
Aun así, el presentador, cuya alma de reportero no se diluirá en esta nueva etapa, no huye de la competitividad, aunque ese esfuerzo no lo dirija contra los demás, sino hacia sí mismo: "Lo que me obsesiona realmente es hacer el trabajo bien cada día y que todos salgamos satisfechos. Pienso que a largo plazo, que pueden ser meses o incluso años, el público reconocerá esos faros. Vivimos en un tiempo de mucha agitación y confusión, así que construir esos faros y referencias llevan mucho tiempo porque es una relación de confianza, y la confianza se demuestra con el tiempo. Construirla es muy lento y trabajoso, y destruirla es cuestión de segundos".
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