La noche del martes 29 de marzo, la quinta edición de 'Maestros de la costura' alcanzó su sexta entrega, que arrancó con una prueba en torno a las pieles, en la que los aprendices debían hacer un cierre de ojal más botón en quince minutos, y en la que se defendía la "sostenibilidad" de una moda con pieles de animales, algo que no gustó a muchos espectadores. Dicho reto venía, además, con un potente atractivo: el preciado mandil dorado que otorgaba la salvación y aseguraba la continuación en el programa una semana más. Sin embargo, no todos compitieron por dicho privilegio: tanto Caterina como Isabel se negaron a participar, al ser veganas y verse incapaces de tratar pieles de animales.
Raquel Sánchez acepta la renuncia de Caterina e Isabel para una prueba con pieles
El taller recibió a dos invitadas de una marca especializada en elaborar prendas de todo tipo con pieles naturales, momento en el que Caterina, al ver que dicho material era el predominante en la mercería, no pudo contenerse al confesar que "yo estoy un poco en conflicto". "Yo soy vegana. Me parece muy bien que aprovechéis la piel que se vaya a tirar, pero yo nunca uso pieles, no coso pieles, no visto pieles y no como carne. Entonces, para mí, esta prueba es un conflicto con mi ética y me siento un poco incómoda", añadió la aprendiz quien, a pesar de todo, elogió de las invitadas que "las prendas son bonitas", aunque "no lo llevaría, no lo compraría, pero entiendo y respeto que la gente consuma piel".
El equipo del programa desveló entonces que el ganador obtendría el mandil dorado y, con él, la inmunidad, lo que no fue suficiente para que Isabel o Caterina se animaran a luchar por él. "No es nuestro deseo obligar a nadie. Tienes que tomar tus decisiones", señaló Raquel Sánchez Silva, cuando la segunda confesó que "yo no puedo" hacer el reto. "No voy a hacer la prueba porque no me siento cómoda. Es algo que, para mí, no es nada ético. No me representa y no quiero hacer la prueba", explicaba la aprendiz, ante las cámaras del programa, donde se respetó su decisión, mientras muchos espectadores la aplaudían, al igual que a Isabel. "Yo soy vegana, vegana, desde hace diez años", recalcó su compañera, incapaz de llevar a cabo el reto, más aún cuando "colaboro con santuarios y no puedo coser aquí piel, imposible. Y mira que me gusta ese mandil... pero no puedo". "No sabéis cuánto me duele esto, pero son mis principios y, sobre eso, no todo me vale para ganar", confesó Isabel.
"No puedes echar mierda"
Por su parte, aunque su compañera Lili también se declaraba vegana, no vaciló a la hora de luchar por el preciado mandil. Un esfuerzo que se vio reflejado en el resultado final, que recibió elogios de los jueces. "Me he encontrado con un problema, básicamente, que yo no como carne, pero quería el mandil. Y mis valores los he dejado apartados", confesaba la aprendiz. A pesar de que el jurado afirmó respetar su decisión, Lili admitió que "me siento mal porque me he vendido. Pero mi sueño por la moda es mucho más grande que no hacer daño a los animales". "Le he pedido perdón y le he deseado que haya tenido una bonita muerte, que no haya sufrido", añadió incluso la aprendiz, discurso que no gustó nada a Caterina.
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"No puedes echar mierda a los otros, como 'yo lo he hecho y vosotras no'", reprochó la aprendiz a su compañera, llamando la atención de María Escoté, ante quien reconoció que "no me ha parecido bien lo que ha dicho Lili porque ella no come carne, pero come pescado, huevos, leche... tanto Isa como yo no comemos nada que provenga de animales". "Nosotros hemos respetado tu opinión y tu trabajo. Por favor, sé respetuosa con la opinión y el trabajo de tu compañera", le recordó la jueza, iniciando una breve disputa en la que Escoté defendió que Lili "estaba haciendo un comentario personal sobre ella". "No lo he dicho para echarte tierra encima ni nada", aseguraba por su parte la aludida, la cual se había sentido dolida por los reproches de su compañera, aunque atribuyó lo ocurrido a "un error".