Los acontecimientos que condicionan las relaciones de pareja siguen sorprendiendo a los espectadores de 'La isla de las tentaciones'; sin embargo, lo que pasa en las villas más famosas de nuestra pequeña pantalla sigue afectando a sus protagonistas hasta meses después de las grabaciones. Claudia Martínez se mostró completamente derrumbada en 'El debate', remarcando que lleva mucho tiempo "machacándose" por haber sido infiel a Javi Redondo, quien era su pareja en esos momentos.
La participante del reality de Cuarzo Producciones dio un paso más en su acercamiento con Álvaro Boix hasta terminar besándose en las inmediaciones de Villa Playa. Como era de esperar, ese gesto de amor terminó por hacer volar los cimientos de su relación: "Te das cuenta de que hay cosas que no están bien", comenzó asegurando Martínez en 'El debate'. "Llevo cinco mese machacándome por lo que hice, sintiéndome fatal", prosiguió exponiendo.
Claudia Martínez, en 'El debate de las tentaciones'
Desde el Estudio 6 de Mediaset España, Claudia intentó que los presentes entendiesen el porqué de sus actos: "En el momento en el que haces daño a otra persona con tus actos... Yo no me siento bien y yo no me lo he perdonado", aseguraba visiblemente emocionada. De hecho, llegó a mencionar que se falló a sí misma a consecuencia de la infidelidad: "No me gusta hacer daño. [...] Hay cosas que no puedes controlar", le reiteraba a Sandra Barneda.
La presentadora compartió un planteamiento clave con Martínez: "¿'La isla de las tentaciones os saca de vosotros mismos u os hace ser vosotros mismos?". Como era de esperar, la respuesta vino a decir que era una mezcla entre ambas situaciones, pero que hubo un claro punto de inflexión en el que se dio cuenta de que se "merecía disfrutar" y tiene que ver con ese destierro del que fue víctima.
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La nula atracción con Álvaro Boix
Por otro lado, Claudia quiso dejar claro que el refrán "el roce hace el cariño" es muy real: "Al principio, Álvaro no me gustaba absolutamente nada", especificando que no le atraía ni su físico ni su personalidad. Sin embargo, "la mandíbula" se le desencajaba con el paso de los días: "Me hacía reír". No obstante, su postura quedaba clara arrepintiéndose de lo que había hecho por haber ido en contra de sus "principios y valores": "Yo estaba triste y no me di cuenta hasta que llegué ahí", concluyó.