Todo el mundo tiene una historia que contar, ya sea para reír o para llorar, en relación con la conducción y la experiencia de sacarse el carnet. Los actores de 'No me gusta conducir' Lucía Caraballo, Leonor Watling y David Lorente, con los que hemos tenido la oportunidad de hablar durante la presentación de la ficción, reflejan diferentes aspectos de esta historia universal, y acaban componiendo distintas formas de ver y entender el mundo. La serie, creada por Borja Cobeaga, arranca motores el 25 de noviembre en TNT.
La serie hace un homenaje a ese tramo de la vida por el que todo el mundo pasa, al peso de las expectativas sobre uno mismo y a las relaciones paterno-filiales, tirando de un hilo: la figura del padre como conductor que está impresa en las infancias de muchos. Tanto Caraballo como Watling y Lorente hacen brillar a sus personajes a través de los complejos vínculos que los unen al protagonista, interpretado por Juan Diego Botto. Botto es Pablo Lopetegui, un profesor de universidad cuarentón que quiere sacarse el carnet y se enfrenta a la realidad de ser un novato en algo cuando ya creía tener todo claro en la vida. Sus viejas frustraciones explotan en él y se enfrenta al fracaso acompañado de sus tres compañeros de carretera: su chófer y exnovia Iria (Lenor Watling), su alumna en la universidad y compañera en la autoescuela, Yoli (Lucía Caraballo), y su hablador y animoso profesor de conducción, Lorenzo (David Lorente).
Lucía Caraballo en 'No me gusta conducir'
Yoli, la alumna incansable
"Me gusta mucho conducir pero no sé si se me da bien", se sincera Lucía Caraballo, y acaba confesando: "Me inventé que tenía el carnet para poder optar al casting". Cuando la cogieron, la presión para sacárselo cuanto antes fue máxima. "Me presenté al práctico a los dos días de la primera entrevista que tuve con Borja, en la que ya me habían cogido, y aprobé", celebra. En su proceso, la joven no se libró de la anécdota reglamentaria, aunque ella no fue la principal víctima: "En mi primer examen práctico me vino a buscar mi madre. Me había salido muy, muy mal, y ella apareció entrando en dirección prohibida, a un parking exclusivo para coches de la DGT, con aire muy despistado. No supo sacar el coche, se lo tuvo que sacar un examinador y ella decía: '¡No sé lo que me está pasando!'. Era la energía de los nervios del examen", relata entre risas.
"El guion de la serie es su punto diferencial", destaca la intérprete que da vida a Yoli. "En las series que veo, al margen de que tenga un resultado bonito en producción, actores y despliegue, no se atreven a contar una historia. Una historia y ya. Se van por subtramas y hay líos que interesan menos. Que esta serie en seis capítulos cuente la historia de un señor de 40 que cree que sabe todo, se quiere sacar el carnet y descubre que tiene mucho que aprender del mundo, me parece muy valiente", analiza, concluyendo que "si consigue captar la atención con un tema así, que aparentemente no tiene nada especial, es porque está bien".
Su personaje, Yolanda, es una joven curiosa y animada que no se deja desilusionar por el amargado Lopetegui. Es, probablemente, el personaje que mejor encapsula la esencia de optimismo que contiene la serie. "De ella he aprendido la importancia de relativizar, que nada es tan rotundo. Hay una frase que se repite a lo largo de la serie: 'Bueno, pues te vuelves a presentar'. Si las cosas en la vida no son como tú quieres o no pasa lo que crees que mereces, se vuelve a intentar de otra forma y te llevas un aprendizaje", reflexiona.
Lorenzo, el educador comprometido
David Lorente, por otro lado, confirma que le gusta casi tanto conducir como a su personaje, el apasionado profesor de autoescuela Lorenzo. "Hice cuatro clases prácticas como parte de la preparación", cuenta, experiencia que le disuade de dedicarse a lo mismo. Destaca cómo la figura del profesor de autoescuela es casi mítica y cómo todo el mundo le contaba experiencias de su vida al enterarse de que interpretaría a uno. "Mi profesor de autoescuela se quedaba dormido durante las clases. Yo daba clase a las 15:00h, me giraba y le veía dormido. Me daba muchísimo pudor despertarlo, le preguntaba cualquier cosa para que se despertara. Me decía: 'Qué hora más mala, hijo'", narra entre risas.
El actor destaca, como el resto del elenco, el corazón de la historia: "Es una serie que cala personalmente, emocionalmente e individualmente. A través de la vida normal y corriente te va pegando pequeñas sacudidas hasta entrar en un sitio que te hace reflexionar. No a lo grande, sino en lo que te mueve, el día a día". El rodaje para él fue un disfrute constante, incluso "terminábamos secuencias con pena por no poder hacerlas de nuevo". Su carismático personaje es en cierto modo el alma de la serie, y le deja con ganas de más: "Lorenzo no solo no me ha cansado, sino que me ha abierto la ventana a querer asomarme a más cosas sobre él".
David Lorente (derecha), junto a Juan Diego Botto en 'No me gusta conducir'
Lorente otorga gran parte del mérito a la escritura de Borja Cobeaga: "El mío podría ser un personaje verborreico y plano, pero Borja le dota de profundidad" y se preocupa por que "cada cosa suene a verdad". Reconoce que le encanta cuando le dicen que el personaje se le ajusta "como un guante". "Eso quiere decir que he hecho lo que tenía que hacer para meterme en el guante y, sobre todo, que el guante está bien hecho", dice con orgullo. Si con algo se queda del personaje es con su "optimismo general", en el cual realmente no cree, pero que le inspira. "Se está mejor si te llevas bien, a mí eso Lorenzo me lo ha reforzado", expresa. Su siguiente proyecto: convertirse en guardia civil con algo de energía "lorenziana" en una serie diaria de Daniel Écija, para el prime time de La 1. "De ahí este bigote", señala.
Iria, la ex y amiga
En cuanto a Leonor Watling, a diferencia del personaje de Iria, no ha conseguido sacarse el carnet, a pesar de las "quinientas clases prácticas" que ha hecho. La serie la ha animado a volver a apuntarse a la autoescuela, teniendo que empezar de nuevo por el teórico, "aunque las clases las podría dar yo", se lamenta. Mientras que a Watling le da "pavor" subirse a la "máquina de matar" que es un coche, su personaje es la chófer personal de Pablo Lopetegui, excusa que utilizan para seguir quedando a pesar de que no siguen juntos.
Leonor Watling en 'No me gusta conducir'
"Son familia, se quieren mucho. Hay una parte que caduca de esa relación, pero no quieren dejar de verse", describe la actriz, que se alegra de que por fin una serie refleje la realidad de dos ex que luchan por llevarse bien y mantenerse uno en la vida del otro. También destaca la manera de hacer comedia que tiene Borja Cobeaga, el creador: "El humor está en la situación, no está en la gracia del personaje. Tú no estás pensando que esté siendo divertido, interpretas a un personaje que resulta que al de fuera le parece gracioso. Pero cuanto peor lo pases tú, más estás yendo a favor del trabajo. Es el tipo de comedias que me encantan, yo haría esto siempre", dice categóricamente.
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Su parte favorita de la serie es el tono. "Nos reímos mucho de la premisa, pero me encanta, me parece muy divertida, con personajes increíbles. Habla de relaciones entre personas que entiendes y, si no te han pasado, tienes a alguien a quien sí", explica. Desde el punto de vista personal, también ha podido extraer lecciones: "Me ha hecho reflexionar la frase de Lopetegui de 'Cualquier tonto tiene el carnet de conducir'. La lección de ponerte en los zapatos del otro antes de opinar está muy bien transmitida", celebra.