Desde hace ya un tiempo, la imagen de Conchita Wurst ha ido evolucionando de una manera increíble. Acostumbrados a verla luciendo pelucas y vestidos muy ajustados tal y como se presentó en el Festival de Eurovisión 2014, ahora la cantante se persona sin postizos o añadidos, simplemente con su frondosa barba y un maquillaje mucho más oscuro e intenso que se aleja de la imagen "fishy" que vimos en Copenhague.
Conchita Wurst antes y después
Durante una entrevista en la televisión holandesa, Conchita Wurst ha explicado el porqué de este radical cambio. "Me aburrí, me aburrí muchísimo. Estaba estancada en esa diva, con una figura parecida a la Céline Dion...", empezaba explicando la cantante. "Todos los días con el mismo pelo precioso", añadía ella. "Era bonito pero necesitaba evolucionar y entretenerme a mí misma", seguía explicando.
"Miro atrás, cuando actuaba como Conchita en un vestido y esa era la versión que estaba sintiendo entonces", comentaba Wurst. "Era la que quería porque con el maquillaje y el resto de cosas, te haces un poco más fuerte, te atreves más porque estás detrás de una máscara", explicaba la cantante de "Rise like a Phoenix", dando a entender que esa imagen de diva la empoderaba encima del escenario.
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Su mejor versión
"Siempre fue solo un disfraz, simplemente una versión de mí. Y si te autolimitas, no puedes llegar tan lejos", aseguraba la artista. Además de aclarar su cambio de look, Conchita Wurst también ha aprovechado para lanzar una oda a la importancia de ser uno mismo. "No presto atención a la opinión de los demás. Estoy muy centrada en mí. Nunca pedí permiso para hacer alguna cosa", comentaba Wurst. "Siempre he querido crear la versión de la mejor vida que pueda vivir", apostillaba la cantante.