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En un apasionante viaje por Groenlandia para conocer de primera mano los estragos del cambio climático, Ana Botín, presidenta ejecutiva del Banco Santander, se confesó con Jesús Calleja acerca de los episodios más complicados de su vida, tanto en el ámbito profesional como en el personal.
Ana Botín se confiesa con Jesús Calleja
Tras tener dos hijos en Estados Unidos con su marido, Guillermo Morenés, volvieron a España, ella para seguir trabajando en JP Morgan. Sin embargo, un triste acontecimiento sacudió su vida: "Esto la gente no lo sabe, pero perdí una niña", confesó. Tras el aborto, decidió pegar un cambio de rumbo profesional. "Me llamó el director de la división internacional y me incorporé al Santander. Mi padre no tuvo nada que ver, nunca lo planificó ni mucho mucho menos lo planifiqué yo".
"Me hizo bastante daño"
La banquera confesó que su momento profesional más complicado tuvo lugar durante la fusión del Santander y el Banco Central Hispano. "Mi padre, de manera muy elegante, me pidió que me fuese", explicó sobre lo que en efecto fue un despido. "Vamos, que te echó", replicaba Calleja sin dejar lugar a dudas. "Sí, me llamó un domingo y me dijo: 'lo mejor para el banco y para ti es que recojas tus cosas y te vayas porque si no, no hay fusión'".
Aunque la actual presidenta del Santander entiende que su padre "hizo lo que tenía que hacer", sí se mostró dolida con las formas: "La manera, el cómo lo hizo es lo que me hizo bastante daño, de las frases que te dicen en ese momento te acuerdas siempre", expresó sincera. Y fue más allá: "Lo más duro fue que luego en una junta de accionistas vino a decir daba igual el precio que tuviese para la familia de una manera muy dura, dejándome regular. Esa sensibilidad pienso que a veces no la tenía", lamentó.