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'Mi casa es la tuya', en imágenes 28 fotos
'Mi casa es la tuya' arrancó una nueva temporada la noche del lunes 21 de febrero, en Telecinco, en la que Bertín Osborne tuvo la oportunidad de charlar con Ana Obregón ante las cámaras casi dos años después de que hubiera perdido a su hijo. Además de realizar una férrea defensa de las donaciones de Amancio Ortega a la sanidad pública, la madrileña se rompió especialmente al hablar de los últimos días de su hijo Álex Lequio y del dolor que había padecido, al igual que al abordar su propio sufrimiento.
Ana Obregón rompe a llorar en 'Mi casa es la tuya' al hablar de los últimos días de su hijo Álex
"A la noche lloraba como una magdalena en el cuarto, pero por la mañana me maquillaba porque él me tenía que ver bien", confesó Obregón, cuya etapa junto a Lequio, en Nueva York, concluyó cuando les anunciaron que el tumor había desaparecido. No obstante, la alegría no duró demasiado: siete meses más tarde, el cáncer regresó cuando ya se encontraban en España. "Ahí fue cuando él, que siempre estaba estudiando, un día me dice 'mamá, tengo un 20% de posibilidades de vivir'", recordó Obregón, siendo esa "la única vez que le vi que se vino un poco abajo". Se iniciaba entonces un nuevo período de tratamiento en el que "estuvimos un mes y medio con quimios, sin poderse mover. Tuvieron que hacerle dos operaciones". "Le tuvieron que hacer cosas horribles", recordó además Obregón, sobre una época en la que su hija ya "no podía comer ni nada", lo que "fue lo más duro de todo".
"¡Vaya mierda Bertín! ¡Cómo he sufrido, joder!" @anitaobregon se derrumba contando la durísima enfermedad de su hijo. #MiCasaAnaObregón pic.twitter.com/olEd878n2I
— Mi casa es la tuya (@micasaeslatuya) February 21, 2022
"No he conseguido nacer a una vida sin él"
"No me despegué de él en los cinco meses de hospital. Las noches eran tremendas, unos dolores...", declaró la presentadora, quien recalcó que ya por entonces "nada" funcionaba, por lo que su hijo "se moría de dolor", hasta el punto de que "cada dos horas había que pedir morfina". La madrileña alternaba entonces largas temporadas en el hospital, con breves estancias en un apartamento que había alquilado con el padre, Alessandro Lecquio: "yo dormía una o dos horas y me volvía, porque Aless siempre me quería tener cerca porque le daba seguridad". "Joder, vaya mierda. Cómo sufrió, joder. Sufrió mucho, muchísimo", soltaba Obregón, entre lágrimas, antes de recordar que su hijo incluso, al verla junto a su padre, confesó que "merece la pena estar así por veros a los dos juntos". "Y se fue, y yo me fui con él", admitió Obregón, rota al recordar la muerte de Lequio, pero con el deseo de que "la gente sepa lo fuerte y valiente que fue mi hijo, hasta el final".
"Me morí. Sigo un poco muerta. Estuve prácticamente seis meses en mi cuarto", desveló la presentadora, sobre la fase de duelo de la que apenas recordaba algo "más que estar metida en mi cuarto". "Me costó hablar casi cuatro meses, porque el mundo se para", compartió la madrileña. Obregón incluso admitió que "no he querido" ayuda profesional para sobrellevar la pérdida "porque me ha dado mi hijo una lección brutal de valentía. ¿Cómo no voy a salir yo de esto? Quiero salir por mí, no quiero pastillas, quiero hacerlo por mi trabajo interior". "Yo me perdono la vida todos los días", confesaba, a pesar de todo. En un momento de la conversación, además, la invitada confesó que "no he entrado en el duelo de mi madre. No he podido. No hay sitio todavía en mi cuerpo, hay demasiado dolor. No había pasado todavía un año". Una dura etapa, aún por superar, de la que Obregón esperaba "volver a nacer a una vida sin él, que todavía no lo he conseguido".