El martes 10 de marzo salieron a la luz unos emails de Harvey Weinstein que forman parte de numerosos documentos registrados en la Corte Suprema de Manhattan, lugar en el que se ha celebrado los juicios en contra del famoso productor desde el pasado 6 de enero. Estos documentos se han hecho públicos un día antes de la lectura de su condena, la cual ha sido de 23 años de prisión por abuso sexual y violación. Entre ellos ha destacado un correo electrónico donde el productor escribió que "alguien debería matar" a Jennifer Aniston.
Harvey Weinstein y Jennifer Aniston
Este documento viene del 2017, cuando empezó a surgir todo el movimiento #MeToo. Sallie Hofmeister, representante de Weinstein, la mandó un email a su cliente en el que le informaba que la revista Enquirer amenazó con hacer público unas supuestas acusaciones de abusos por parte de la protagonista de 'Friends'. Supuestamente, la actriz le contó a una amiga que el productor se aprovechó de ella en los eventos promocionales de la película "Sin control" en 2005.
Tras recibir esta información de su representante, Weinstein respondió minutos más tarde con un breve correo: "Alguien debería matar a Jennifer Aniston". Una vez destapado el contenido del email, el representante de la famosa actriz, Stephen Huvane, ha afirmado que la información que Enquirer finalmente no publicó era "falsa", ya que según ha especificado Huvane, el acusado "nunca estuvo lo suficientemente cerca de ella para tocarla" y por lo tanto "Jennifer nunca ha sido acosada ni atacada por Harvey Weinstein".
Pidió ayuda a personajes todopoderosos de EEUU
En otros documentos se ha descubierto que el polémico productor pidió ayuda a varios personajes muy poderosos cuando empezaron a salir todas las acusaciones de abusos. Weinstein escribió a diferentes políticos y empresarios, como al exalcalde de Nueva York, Michael Bloolmberg; al fundador de Amazon, Jeff Bezos, y a los CEO de Apple y de la entidad financiera Goldman Sachs, Tim Cook y Lloyd Blankfein. La principal intención de estos emails era evitar que el consejo directivo de la productora que había co-fundado le quitase de su puesto.
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"Lo único que pido es que me dejen pedir una excedencia e iniciar una terapia intensiva (...) para poder resucitar y tener una segunda oportunidad", suplicaba el productor. Además explicaba que "muchas de las acusaciones eran falsas" y que la intención que tenía el consejo directivo de la compañía de echarle era "ilegal" y que podía provocar la "destrucción de la empresa". Casi ninguna de las personas que recibieron estos emails le contestaron.