Desde su estreno en 2011 la masa de seguidores de 'Juego de Tronos' no ha hecho más que crecer. Y algo similar ha sucedido con su presupuesto. Mientras que las primeras temporadas se controlaron más a la hora de mostrar los vastos escenarios y las batallas de Poniente, en los últimos años hemos visto auténticas secuencias cinematográficas en la serie. Por eso, los creadores de la ficción se plantearon finalizar la andadura de los personajes de George R.R. Martin en la pantalla grande.
Sansa y Arya Stark en 'Juego de Tronos'
El plan inicial de Dan Weiss y David Benioff era ponerle el broche final a la serie con una trilogía de películas que se estrenarían en el cine, siguiendo el ejemplo de "El Señor de los Anillos". Como han desvelado a Entertainment Weekly, ese plan respondía a la necesidad de contar con un presupuesto lo suficientemente elevado como para cumplir con las expectativas del público de un final gigantesco.
"Tenemos un presupuesto muy generoso de HBO, pero sabemos lo que está por venir y, en última instancia, no es lo suficientemente generoso," afirmaba Benioff en una conversación inédita que tuvo lugar durante el rodaje de la tercera temporada. Sin embargo, con el paso del tiempo, HBO ha sabido responder a la elevada demanda de la serie, y como no les interesaba dar el salto a la gran pantalla, los ejecutivos prometieron a Weiss y Benioff que cuando llegara el momento les facilitarían los recursos propios de "un espectáculo digno de un blockbuster veraniego".
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Por lo tanto, ese plan de filmar seis horas y dividirlas en tres películas quedó en el olvido, sobre todo cuando el presupuesto de los episodios se incrementó de 5 a 15 millones de dólares. Además, la cadena de pago aceptó ralentizar el ritmo de la producción y pasar más tiempo desarrollando los seis capítulos de la octava y última temporada de 'Juego de Tronos', que llegará a la televisión -con factura de cine- en 2019.