A punto de finalizar el mes de octubre, ya se empieza a hablar de unas Campanadas que despedirán el 2020 y seguro que serán muy diferentes al de otros años. Cristina Pedroche ya es un rostro habitual dando la bienvenida a los años y, aunque ya ha confirmado que volverá a ir a la Puerta del Sol en esta ocasión, asegura tener un dilema bastante grande con todo lo relacionado a este evento.
Cristina Pedroche, en 'Zapeando'
Sin embargo, la protagonista de la noticia contradijo al presentador asegurando que "es todo". "Estoy más nerviosa por las Campanadas. Otros años es más de emoción y en este no sé cómo sentirme. Despedir el año es un sueño y todos deseamos que acabe porque ha sido malísimo para todos", comentaba la colaboradora que se sinceró diciendo lo que pensaba: "No quiero que la gente piense que soy superficial y que lo único que quiero es salir guapa esa noche. No consiste en eso, sino en entretener y que la gente se olvide de todo lo malo que está pasando".
"Es que ese 'tristor' también lo tengo yo dentro"
Castell quiso apoyar a su compañera y afirmó que lo que "la gente quiere es ver alegría y no 'tristor' en su casa esa noche", unas palabras que Pedroche agradeció, pero añadió lo siguiente: "Es que ese 'tristor' también lo tengo yo dentro". En la pantalla del plató del programa de laSexta se estaban proyectando imágenes de las anteriores Campanadas y, al verlas, la colaboradora se emocionó y con los ojos vidriosos dijo: "Voy a llorar y todo. En ese vídeo me veo feliz, recuerdo los minutos previos y estoy histérica de emoción. No quiero estar histérica de pena".
Además, la colaboradora se pronunció respecto al vestido que llevará y, aunque no dio ningún detalle, sí que informó de que "está claro desde enero, pero ahora no sé si cambiarlo, aunque no me gusta que haya otra opción porque son como mis hijos. No quiero que uno se quede en el armario". Todos sus compañeros de la mesa de 'Zapeando' le dieron su apoyo, animando a Cristina a que no se venga abajo porque los espectadores querremos ver lo de siempre, con las expectativas y alegrías a las que estamos acostumbrados.