OPINIÓN

Crítica de 'Asalto al Banco Central': Un robo interesante que se queda corto en una pretenciosa miniserie

Miguel Herrán, María Pedraza y Hovik Keuchkerian vuelven a estar en una serie de atracos, esta vez sobre una historia real.

Netflix

Por Pablo Fernández Pérez El 5 de Noviembre 2024 | 14:23

Desde que compró 'La Casa de Papel' a Atresmedia y cosechó el éxito mundial que tuvo la ficción, parece que Netflix le ha cogido el gusto al género de atracos. El próximo 8 de noviembre se estrena en la plataforma roja 'Asalto al Banco Central', una nueva miniserie de cinco capítulos dirigida por Daniel Calparsoro ('Hasta el cielo: La serie', 'Todo por el juego') y protagonizada por Miguel Herrán, María Pedraza y Hovik Keuchkerian. La trama gira en torno a un atraco, el del Banco Central de Barcelona en mayo de 1981, que ocurrió tres meses después del intento de golpe de estado fallido del 23 de febrero de ese mismo año. Los atracadores exigían una sola cosa: la liberación del coronel Tejero y de sus cabecillas, aunque parece ser que detrás había mucho más que una puesta en libertad.

José Juan Martínez Gómez, el "número 1" de la operación e interpretado por Miguel Herrán, entra con otros once hombres encapuchados al edificio de Barcelona dispuestos a capturar como rehenes a las 200 personas que allí se encuentran. Mientras, Maider y Berni, a quienes dan vida María Pedraza y Hovik Keuchkerian respectivamente, son dos periodistas que tratan de seguir el caso e investigar el misterio que envuelve al atraco mientras lidian con sus propios traumas y demonios personales. A lo largo de los cinco capítulos vemos a un Miguel Herrán atracador muy distinto a lo visto con Rio en la serie de la máscara de Dalí; a una María Pedraza dispuesta a llegar al fondo de la investigación de la forma más noble posible pero, a lo mejor, con una interpretación con menos matices de los necesarios; y a un Hovik Keuchkerian entregado a un papel de mentor, de experimentado, y también de roto periodista que, tras la petaca de alcohol y el visor de su cámara, intenta ocultar la tristeza de sus ojos.

Hovik Keuchkerian, María Pedraza y Miguel Herrán en 'Asalto al Banco Central'

Saltos temporales

Comenzando por la forma de narración, si bien es cierto que esta serie tiene una temporalidad lineal hacia delante como eje central, también se basa mucho en flashbacks y flashforwards, en saltos temporales que sirven para situar al espectador en el contexto de la situación, y para dar más riqueza a los detalles y a los porqués de la propia historia. Ya habíamos visto esto en la anteriormente mencionada 'La Casa de Papel', ya que suele ser un recurso bastante utilizado en productos de este tipo, en los que la intriga, el suspense y la acción son bastante importantes.

A pesar de que la serie ocurre en mayo de 1981, se ven momentos de meses anteriores y también de años posteriores, lo que hace que sea más dinámica de ver. Aun así, los saltos temporales en ficción no son algo para todo el mundo, ya que hay espectadores que se pierden o "se marean", por lo que tampoco sería raro que haya quejas, una vez salga la serie, por un cierto abuso de ellos.

El significado de la cámara

Por otro lado, sabemos que, a día de hoy, en productos más mainstream y, en especial, de plataformas, la cuestión de la grabación y de la realización suele ser invisible. Actualmente, el espacio de creatividad dejado al director de un producto suele ser muy estrecho, por lo que, normalmente, es bastante inusual que el espectador pueda apreciar ciertos movimientos de cámara, encuadres, zooms o planos fuera de lo común. Sin embargo, 'Asalto al Banco Central' rompe esta nueva norma. Tampoco vamos a decir que sea la innovación materializada, ni que tenga una realización y un montaje vanguardista, pero tampoco tiene el típico y clásico montaje durante todos los cinco capítulos.

'Asalto al Banco Central'

Se aprecia cómo el director ha querido que los tipos de movimiento de cámara, de perspectivas, de encuadres y de movimientos de óptica tengan importancia en según qué escenas, que aporten una semiótica más allá de una simple grabación, que se haga contraste entre un montaje moderno y una época pasada. Esto es algo bastante positivo, ya que ayuda a meterse en la propia historia. Como ya digo, en la mayor parte de la serie, este aspecto pasa desapercibido, pero cabe comentar esto por esos pequeños y contados momentos en los que no es así.

Unas actuaciones interesantes

Pero la, en mi opinión, buena dirección de Calparsoro en esta serie no solo se aprecia en la realización, también en la dirección de actores. Los tres protagonistas no lo tenían muy fácil, y se nota que ha habido un buen trabajo de construcción de personajes por parte, tanto del director, como del elenco, aunque, a la vez, el resultado ha sido un tanto irregular. María Pedraza debía interpretar a un personaje con una personalidad fuerte, potente, valiente, noble, pero también un personaje sensible, atormentado por un trauma pasado y con un caparazón que trata de ocultar su fragilidad. No era fácil, se comprende, y tampoco sabemos cómo han sido los momentos de rodaje en set, pero a Pedraza puede que le faltaran una serie de pequeños matices en la plasmación de las emociones de su personaje, y en la organicidad y verdad de sus actos. Aun así, lo acaba salvando.

Por su parte, Hovik Keuchkerian también tenía que dar vida a un personaje dañado, con muchas heridas, pero que, a diferencia de la joven Maider, trataba de sobrellevarlas dándose a la bebida. El actor dota a su complejo personaje de verosimilitud, haciendo creer al espectador que a quien está viendo no es a Hovik, sino a Berni. Sin embargo, también es cierto que Keuchkerian nos tiene acostumbrados a personajes "grandes, intimidantes, pero con buen corazón", y aquí vuelve a repetir, un poco, ese estereotipo. No obstante, así es como está escrito, y se entiende que él da vida, y de muy buena forma, a lo que pone en el guion.

Hovik Keuchkerian en 'Asalto al Banco Central'

Pero si alguien se ha llevado el mayor reto ha sido Miguel Herrán, interpretando a otro atracador después de haberlo hecho durante varios años en la serie que lo llevó al estrellato. El objetivo era ya no solo representar a un personaje real con una relevancia más o menos importante en el proceso de la Transición democrática tras el intento de golpe de estado de Tejero, sino, encima, ser un atracador de un banco y que no recordara a Rio, de 'La Casa de Papel'. Es cierto que son dos personalidades distintas, con motivaciones y objetivos distintos, pero no deja de ser algo llamativo y peligroso por un posible encasillamiento del actor. Sin embargo, Herrán hace despliegue de sus aptitudes actorales y regala al espectador un personaje lleno de contradicciones, de dilemas y, sobre todo, de humanidad.

Banda sonora especial

'Asalto al Banco Central' es cuidadosa en varios detalles, y uno de ellos es la música. Es curioso cómo, al final de cada capítulo, excepto el cuarto, todo acaba con una canción de la cultura pop española de la época, como por ejemplo 'Super Superman' de Miguel Bosé, 'Rumore' de Raffaella Carrà o 'No dudaría' de Antonio Flores. Produce un interesante contraste del final de cada capítulo, en los que se muestra, por ejemplo, una toma de rehenes o la conversación seria y formal del expresidente Calvo Sotelo y, después, a Miguel Bosé cantando una canción que, a todas luces, es una de las más animadas y conocidas de este país. El efecto que produce no es otro que un choque, pero queda bien. Recuerda muy levemente al humor negro, pero de una forma tan suave que es eclipsada por la sencilla posibilidad de que sea una decisión creativa sin ningún tipo de doble filo.

'Asalto al Banco Central' aterriza en Netflix el día 8 de noviembre con la esperanza de ser una de las series del año, con un reparto muy conocido y con una historia que llega en un momento social y político en España muy importante. Esta serie muestra el resultado de una situación social crítica, proveniente del franquismo y de un intento de golpe de estado que amenazaba con volver a la era de dictadura, todo en medio una división tremenda de pueblo por cuestiones ideológicas. Veremos cómo el público acoge esta serie y, si una vez la hayan visto, van más allá y reflexionan acerca de cuánto hemos avanzado como sociedad desde entonces, cuántas barreras hemos derribado de esa división y cuántas hemos alzado. 'Asalto al Banco Central' no es solo una serie, también es una muestra de que debemos hacer que la historia no se repita.