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Crear una serie completamente distinta partiendo de un universo que conoce medio mundo no debe de ser fácil. Y acertar, menos todavía. Pues hay que decir que 'Berlín', viviendo del fenómeno de 'La Casa de Papel' ha superado con éxito estas dos partes y nos ofrece una gran ficción. Hay quien acabó con cierto hartazgo de la serie original, por lo que saber que volvía de alguna manera su espíritu, pero que lo haría de una forma muy diferente, animaba (y asustaba a partes iguales). Podremos comprobarlo a partir del 29 de diciembre, que se estrena de forma íntegra en Netflix.
Hasta llegar a 'Berlín', los creadores se habrán planteado infinidad de historias, de tonos, de estilos, de narrativas, de robos... Y han dado en la tecla. También podrían haberlo hecho con éxito de una infinidad de maneras más, pero esta, que es por la que han optado, funciona. Pero volvemos a lo mismo, es una serie muy diferente, por lo que aunque tengamos al personaje de Berlín (Pedro Alonso) vamos a separarlo completamente del que ya conocíamos. Estamos ante una precuela, por lo que nuestro Andrés de Fenollosa todavía no sabe todo lo que está por venir (y el espectador sí). ¿Veremos algún guiño a 'LCDP? Alguno, pero no mucho.Tristán Ulloa y Pedro Alonso son Damián y Berlín en 'Berlín'
Gustará a los fans de Berlín, pero igual decepciona a los que añoran la intensidad de 'La Casa de Papel'. Estamos ante una serie que huye del encierro, la claustrofobia y la violencia para darnos luz, diversión, espacios libres... En 'Berlín' no hay planteamientos morales, el objetivo no es hacerte reflexionar sobre debates morales. Es lúdica, es divertida, es sencilla de seguir y bonita de ver. Todo esto no lo hace una serie peor ni mucho menos, pues sigue manteniéndonos pegados a la pantalla con todos sus giros, pero sí que la hace más confortable el visionado, que incluso es todas las edades.
Sorpresa en la estructura y dos líneas temporales
Algo que es de admirar de la serie, sin hacer ningún tipo de spoiler, es su estructura. El arco de la temporada no es el que cabría esperar y es una grata sorpresa (aunque también tenga su buena dosis de tópicos).. Y hasta aquí puedo leer. Lo que también es marca de la casa Vancouver en general y de los dos creadores de la serie, Álex Pina y Esther Martínez Lobato, en particular, son las distintas líneas temporales. En 'Berlín' tenemos dos (la del plan del robo y la del robo en sí), aunque tal y como contaron a FormulaTV, tenían una tercera que de desechó.
Una combinación de géneros con peso para el amor
'Berlín' combina tres géneros en su primera temporada: es la historia de un robo con ladrones de guante blanco, es una comedia porque muchas de las situaciones invitan a una sonrisa y disfrutas viendo a los personajes en apuros, y es una serie romántica, donde el amor tiene mucha fuerza.
Samantha Siqueiros y Pedro Alonso en 'Berlín'
De hecho, aquí el principal obstáculo par que el robo salga bien no es la policía (que también), sino el amor, pues un Berlín enamorado igual le hace tener más de un descuido en el meticuloso arte del robo. Aquí entra en juego el papel de Samantha Siqueiros, que con su gran trabajo da vida a la obsesión del protagonista, cuyas primeras escenas parecen sacadas de un guion de 'You'. La historia de amor baja el ritmo respecto a las tramas del robo, poco a poco irán fundiéndose y cogiendo fuerza unidas.
La banda donde Keyla y Bruce son los mejores
Tampoco habrá sido fácil crear una nueva banda con personajes que no recuerden a los de 'La Casa de Papel' (no con todos lo consiguen) y que al mismo tiempo casen bien con el propio Berlín. Pero hay que decir que funcionan. Los mejores, sin duda, son Keyla y Bruce. Ella es Michelle Jenner, con el personaje más cómico y divertido; él es Joel Sánchez, interpretando en su primer papel al típico chulito. Sin desvelar nada, las secuencias que tienen juntos es de lo mejorcito de la serie. Si ya hay que elegir un spin-off de este spin-off, pase de oro para ellos dos.
Bruce, Keyla, Roi y Cameron, en 'Berlín'
También están Cameron y Roi, interpretados por Begoña Vargas y Julio Peña. Aunque ellos están más que correctos, sus personajes puede que sorprendan menos al estar más vistos, pero eso no va a hacer que muchas de sus secuencias dejen de ser maravillosas. Y por último, tenemos a Damián, amigo de Berlín desde hace años y que es la viva imagen de El Profesor de 'LCDP'. Y ahora que volvemos a mencionar esta serie, recuperamos a Alicia Sierra (Najwa Nimri) y Raquel Murillo (Itziar Ituño) antes de ser Lisboa. Eso sí, se hacen de rogar.
Porque lo dijeron que si no...
Visualmente, 'Berlín' es preciosa y más sabiendo que estamos en París. Tenemos interiores y exteriores, y gran variedad de ello. Pero hasta aquí, nada del otro mundo. Sin embargo, tal y como contaron en la presentación, se ha hecho uso de plató virtual, lo que significa que han usado pantallas en un interior para recrear escenas en pleno París que, en el escenario real por dificultades técnicas habría sido imposible. Pero porque nos lo dijeron, porque en la serie no se nota en absoluto. Gran trabajo. Y hablando de escenarios y de estética, en 'Berlín' nos olvidamos del rojo y pasamos al verde y el dorado, dos tonos que ayudan al confort y restan la agresividad que ya no tiene esta serie.
¡Que sigan los robos!
La serie tiene un planteamiento perfecto para hacer todas las temporadas que quieran con robos y robos. En esta primera temporada vemos uno, pero ahora que la banda está consolidada, ¿por qué no más? De hecho, la serie escrita por los dos creadores junto a David Oliva y David Barrocal no desvelan en ningún momento en qué año estamos, así se cubren las espaldas para jugar con el tiempo a su favor, antes de que Berlín cambie de banda para atracar en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.