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Jimmy McGill ha saltado de un alter ego a otro para dar rienda suelta a sus instintos más problemáticos. Desde su etapa de timador de poca monta en Cicero, que le llevó a ganarse el mote de Slippin' Jimmy, hasta su reclusión como Gene en la monotonía de Omaha, el personaje interpretado por Bob Odenkirk ha abarcado un espectro trágico mucho más extenso del mostrado bajo la colorida y locuaz fachada de Saul Goodman en 'Breaking Bad'. La quinta temporada de 'Better Call Saul' da el siguiente paso natural hacia esa figura exenta de ataduras morales, presumiendo una vez más de una entidad propia que nada tiene que envidiar al apasionante viaje que emprendimos junto a Walt y Jesse.
Jimmy ya ejerce como Saul, protegido por Huell
En la línea del estilo del universo 'Breaking Bad', para comprender ese futuro primero hay que conocer el pasado, porque, como bien demostró el accidente del 515, toda acción tiene consecuencias, y en el último episodio de la cuarta temporada, Jimmy tomó la decisión que cambiará su vida para siempre. Tras utilizar la muerte de su hermano Chuck como arma arrojadiza emocional para recuperar su licencia de abogado, optó por prescindir de su apellido y su nombre de pila para ejercer bajo el seudónimo de Saul Goodman, el cual había empleado durante su año de suspensión para desplegar diversos negocios paralelos. Evidentemente, este bautismo tiene una mayor repercusión que la renovación de las tarjetas de visita, ya que supone un cambio total de clientela, de los ancianos a los criminales mediocres, y un impacto irreversible en su vida sentimental junto a Kim.
Kim afronta su propio viaje en 'Better Call Saul'
Abonados al atajo
Lo que Jimmy entiende como una oportunidad para dejar atrás la imagen de fracasado de la que nunca ha parado de huir, sobre todo en comparación con el siempre perfecto Chuck, no cobra el mismo significado para Kim, que cada vez comprende menos el mecanismo moral de su pareja. Juzgando por los dos primeros episodios de la temporada, el personaje interpretado brillantemente por Rhea Seehorn apunta a tener una de las tramas más complejas, ya que el contagio de los atajos de Jimmy puede suponer el derrumbamiento de sus ideales. Mientras que para él la justicia es un efecto secundario de la ley, siendo el primario su bienestar y su ansia por reivindicarse como ganador, para ella siempre ha pesado más la meta de moldear un mundo mejor, pero a estas alturas la infección de los hábitos de Jimmy parece clara, así que será interesante ver cómo Kim lucha consigo misma para no descarriarse.
El cambio de actitud de Jimmy en plena transición a Saul se consolida con los coloridos trajes que ya le vimos en Davis & Main, y las composiciones de jazz refuerzan esa idea de mayor libertad de movimiento. Porque si algo desprende Saul es la sensación de que todo puede pasar, está dispuesto a recorrer cualquier distancia con tal de salirse con la suya, a manejarse entre la espontaneidad y la improvisación como si lo tuviera todo planeado. Por eso Jimmy es tan buen emprendedor, porque se adapta con agilidad a los seísmos vitales, y es una delicia poder ver cómo arrancó su bufete callejero irradiando el carisma de Goodman, que oscila constantemente entre lo desesperado y lo irresistible.
Gus y Mike en la quinta temporada de 'Better Call Saul'
Un mundo de posibilidades
'Better Call Saul' no sería lo mismo sin el resto del elenco protagonista, que, lejos de depender de Jimmy para avanzar, cuenta con su propia fuerza de gravedad. Además del conflicto de Kim, los primeros episodios de la quinta temporada presentan el trauma de Mike tras haber acabado con la vida de Werner. El estoico exagente encarnado por Jonathan Banks exhibe sus tormentos emocionales, algo que siempre se agradece en un personaje de actitud tan implacable, permitiéndonos ver cómo llega al límite de sus fronteras personales. A su alrededor se desenvuelve un enfrentamiento entre los Salamanca y Fring (Giancarlo Esposito) que, para lucimiento de los guionistas, es sobre todo intelectual, y en el que se ve atrapado Nacho (Michael Mando). La irrupción definitiva de Lalo (Tony Dalton) aumenta el ingrediente de intriga cerebral y pasional que tan bien gestiona el showrunner Peter Gould, y podría llevarnos a descubrir algo más sobre el enigmático pasado de Fring, que sigue planeando su sesuda venganza.
La suma de todas estas partes hace de los primeros episodios de la quinta temporada de 'Better Call Saul' un despegue del que no pensamos desembarcarnos. Una vez más, esta derivación de 'Breaking Bad' justifica su existencia con creces, ofreciendo alegatos de drama y toques de humor sin perder la esencia de ese Nuevo México poblado por personajes poliédricos, pero sobre todo entretenidos y rebosantes de vida, cuyos presentes se están escribiendo ante nuestros ojos en un remolino de tramas del que no podemos apartar la mirada.