Ausencia de privacidad. Abolición de la monogamia. Reproducción a través de técnicas artificiales con modificación genética. Clasificación de la sociedad en función de la productividad de cada individuo. Reducción de las relaciones sentimentales al sexo por placer. Suena presente porque, según la serie 'Brave New World', es el futuro de nuestra sociedad y ahora vamos a poderlo ver en movimiento. La plataforma Starzplay estrena este domingo 4 de octubre la adaptación del clásico "Un mundo feliz" que escribió Aldous Huxley en el año 1932.
Esta distopía está considerada como uno de los títulos de culto del ciberpunk y, desde el boom de la producción televisiva, sus seguidores esperaban con ansias una serie basada en ella. La novela nos plantea, como su nombre indica, un mundo en el que impera la felicidad y no existen las guerras ni la pobreza. ¿El precio? Se ha abolido la familia, el arte, la religión, la filosofía y el amor. La población se encuentra dividida por castas en la que cada uno asume su función social y todos ellos son adictos al consumo de soma, una droga que mantiene las emociones bajo control para garantizar la sensación de bienestar.
Lenina, John y Bernard, protagonistas de 'Brave New World'
Sin embargo, en la ciudad de Nuevo Londres, Bernard Marx (Harry Lloyd) y Lenina Crowne (Jessica Brown Findlay) empiezan a sentir que no encajan en esa sociedad. Él, un alfa plus, no desea seguir manteniendo relaciones sexuales esporádicas. Ella, una beta, quiere establecer lazos duraderos con sus amantes. Los dos, cada uno a su manera, suponen una amenaza para el sistema.
Con esta mezcla de sensaciones emprenden un viaje a la Reserva Salvaje, un parque temático en el que conocer de cerca la codicia, la monogamia, la religión y otros males de la sociedad del pasado. Allí habitan aquellas personas que, cuando se instauró el nuevo orden, no quisieron formar parte de él. John (Alden Ehrenreich) es uno de ellos. Gracias a su madre Linda, a la que da vida Demi Moore, ha conocido las artes pero, aún así, hay algo que también le hace sentirse ajeno a su comunidad. Ambos mundos entrarán en colisión cuando el trío de protagonistas se conozca.
Demi Moore interpreta a Linda, la madre de John el Salvaje
Los fans de la novela disfrutarán al ver el universo de 'Brave New World' trasladado a la pantalla. La serie original de Peacock es un alarde visual por todo lo alto. Nuevo Londres cobra vida con el realismo que posibilitan los avances audiovisuales actuales y, lejos de depender únicamente de ellos, sus directores han introducido complejos planos secuencia desde la primera escena para poner a prueba la capacidad técnica e interpretativa del equipo al completo. Es, sin duda, una traslación que rinde culto al universo descrito por Huxley mucho más allá que las TV movies de 1980 y 1998. Tan solo innova con ciertas licencias televisivas para asegurar la emoción entre los episodios y un desenlace abierto a su continuidad en próximas temporadas.
Es el original, que conste
El problema, quizás, es que 'Brave New World' se ha hecho tanto de rogar que, más allá del homenaje a la novela, no aporta demasiado a los amantes de la ciencia ficción. El libro se publicó en 1932 y, gracias a convertirse en un referente, sentó las bases de gran parte del género, de manera que habrá quien crea, por ejemplo, que la serie ha copiado a 'Westworld' el concepto de los parques temáticos que sirven para experimentar otros momentos históricos.
'Brave New World' explora la tecnología reproductiva
Los guiones tampoco aprovechan para actualizar el texto original y los dilemas que plantea. En una sociedad en la que hemos llegado o vemos de cerca algunas de las realidades que a principios del siglo XX parecían el futuro, hay planteamientos de Huxley que resultan caricaturescos o desfasados incluso aunque se ambienten en transbordadores espaciales. Los personajes tampoco han adquirido mayor profundidad, rara vez se quiebran ante el espectador y cuesta entenderlos. La cámara no logra atravesarlos aunque presencie esas escenas de orgías sexuales que, en contra de lo que cabría esperar entre tanto cuerpo desnudo, resultan frías por el exceso de coreografía y despliegue técnico.
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A 'Brave New World' le faltan esas emociones y no se le puede achacar al soma, ya que a los salvajes les afecta igualmente. También le sobran pausas y diálogos que no llevan a ninguna parte. No obstante, no deja de ser una serie a la que merece la pena dar una oportunidad al menos hasta el final del segundo episodio, cuando estalla la acción. Disfrutarás, sobre todo si te gustó la novela, gracias al alarde técnico, la curiosidad que plantea el sistema social ideado por Huxley y el deseo de que los salvajes cumplan con su propósito y consigan derrocar este orden que impone la felicidad a costa de la naturalidad. Quién sabe, quizás logran salvarnos a nosotros mismos de ese futuro (o presente).