¿Qué haces cuando ya has tocado techo? Tras una veintena de películas, el Universo Cinematográfico de Marvel culminó su megalómano plan en 2019 con el evento definitivo, "Vengadores: Endgame", que consiguió desbancar a "Avatar" como la cinta más taquillera de la historia. Una vez alcanzado ese hito, la Fase 4 introducirá a multitud de caras nuevas e indagará en aquellos personajes que no han tenido la oportunidad de desarrollar sus relatos en solitario. No obstante, la pandemia de coronavirus ha alterado la hoja de ruta de Marvel para esta nueva etapa, que debía arrancar con "Viuda Negra" en mayo de 2020 y extenderse con 'Falcon y el Soldado de Invierno' en agosto. Al final, debido al baile de fechas provocado por la crisis sanitaria, la responsabilidad no ha recaído en ninguno de esos dos títulos, que apuntan a continuar con la tradición de acción a gran escala sobre la que se ha cimentado la franquicia, y la elegida en última instancia ha sido 'Bruja Escarlata y Visión', una serie que promete revitalizar la saga desde una perspectiva totalmente diferente a la expuesta hasta ahora.
Wanda y Visión, un matrimonio (¿)feliz(?) en 'Bruja Escarlata y Visión'
La primera serie creada por Marvel Studios expresamente para Disney+ es una rareza fascinante, que, lejos de sentirse como una película despedazada, hace suyo el espíritu televisivo y, de hecho, lo integra en su propio discurso. Acerca de su trama es mejor saber lo menos posible antes de enfrentarse a ella. En resumidas cuentas, 'Bruja Escarlata y Visión' lleva a sus protagonistas a un apacible vecindario, representado a través del prisma de una sitcom de los años cincuenta. Ahí se establecen como un matrimonio feliz, que, al estilo de 'Embrujada', se ve enredado en divertidas confusiones ligadas a su naturaleza sobrenatural.
Ella es una bruja y él un sintozoide, un ser humano creado artificialmente, que deben ocultar sus poderes para encajar en la sociedad ideal, para ser una auténtica familia. Por eso es tan acertada la elección de la estética y la esencia de las sitcoms clásicas, que ya eran un panfleto del sueño americano en plena Guerra Fría, cuando el comunismo amenazaba con derribar los valores entendidos como irrevocables. Y lo más interesante de la asunción del formato antiguo es que no se trata de un mero capricho, sino que tiene un propósito narrativo, ya que al conjurar este espíritu anacrónico se moldea una personalidad tan amable como perturbadora, que deja ver oscuridad entre las grietas de la aparente felicidad.
Wanda intenta preparar la cena perfecta
Viaje al centro de la tele
La premisa acerca a 'Bruja Escarlata y Visión' al aclamado arco de Visión escrito por Tom King e ilustrado por Gabriel Hernández Walta, que trasladaba al ser artificial a un suburbio de Virginia junto a su mujer e hijos, quienes habían sido creados por él mismo para cumplir su mayor anhelo: ser un humano como cualquier otro. En su momento, aquel cómic fue descrito por sus autores como un cruce entre 'Breaking Bad' y "Los increíbles", y la serie de Disney+ bebe en gran medida de esa mezcla de elementos dispares, sustituyendo de la ecuación al drama de AMC por un referente tan icónico como "El show de Truman".
Por lo visto en los tres primeros episodios de 'Bruja Escarlata y Visión', que tienen una sorprendente duración de media hora, es evidente que la serie oculta mucho bajo su ilusorio halo de inocencia. La sombra de un reverso negativo se mantiene latente, probablemente en relación a lo sucedido con Visión en "Infinity War", y se manifiesta paulatinamente a través del lenguaje metatelevisivo. A medida que avanza, la serie evoluciona a pasos agigantados, mutando su estilo sin dejar de emular la experiencia completa de la emisión en la pequeña pantalla. En medio de esa metamorfosis, el hilo conductor es el vínculo entre los protagonistas, encarnados una vez más por Elizabeth Olsen y Paul Bettany, que viven rodeados de tópicos con la esperanza de serlo también ellos.
Wanda y Visión dan rienda suelta a su relación
El paso adelante que necesitaba Marvel
Aunque fortuito, el papel de 'Bruja Escarlata y Visión' como detonante de la Fase 4 de Marvel es un acierto rotundo. Al mismo tiempo que innova dentro de una franquicia que en ocasiones ha dado síntomas de desgaste, la serie creada por Jac Schaeffer ("Viuda Negra") y dirigida por Matt Shakman ('Juego de Tronos') rema en una dirección muy prometedora, introduciendo elementos que serán determinantes en el futuro del Universo Cinematográfico y Televisivo. Y lo hace asumiendo la naturaleza familiar que ha hecho tan universal a la saga y subvirtiéndola al mismo tiempo, dando lugar a una experiencia única y tremendamente ambiciosa, que resulta especialmente llamativa al proceder de una compañía tan conservadora como Disney.
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El éxito de 'The Mandalorian' ha hecho de la televisión un campo de juego más versátil que el cinematográfico para Disney, y 'Bruja Escarlata y Visión' sigue sus pasos, alcanzando el habitual grado de espectacularidad de la compañía californiana sin comprometer una vocación mucho más artesanal y experimental de lo habitual. El resultado es una catarsis imaginativa que, si mantiene el nivel exhibido en sus primeros episodios, será una de las series más brillantes de un año que no ha hecho más que comenzar.