'Caballero Luna' vive en un conflicto constante consigo misma. La nueva ficción de Marvel Studios para Disney+ es, al mismo tiempo, algo totalmente diferente y demasiado parecido a lo hecho hasta ahora en una franquicia que se ha caracterizado por priorizar el sentido del humor y el espectáculo, estando siempre más cómoda en las luces que en las sombras de sus personajes. De ahí que sus películas y series sean lugares agradables donde pasar unas cuantas horas, vivir alguna que otra aventura y conocer a personajes carismáticos, pero Marc Spector no encaja con tanta facilidad en ese molde, así que se ha optado por alterarlo tanto como fuera posible sin llegar al romperlo.
Antes de indagar acerca de ese debate interno, hay que conocer un poco a este personaje, que seguramente no goza de una popularidad tan masiva como Tony Stark, Steve Rogers o Bruce Banner. Aunque en las viñetas ha contado con múltiples versiones, perfiladas por referentes como Warren Ellis, Jeff Lemire o Brian Michael Bendis, el denominador común de todas ellas es el trastorno de identidad disociativo que lleva a Spector a convivir con diferentes identidades en su mismo cuerpo.
Oscar Isaac en 'Caballero Luna'
El origen de ese trastorno no es el mismo en las diferentes etapas de los cómics. Algunos autores lo atribuyen a traumas de la infancia, mientras que otros lo relacionan con la simbiosis que realmente define a Spector, quien, tras quedar al filo de la muerte, recibe los poderes de la deidad egipcia Jonsu para convertirse en su brazo ejecutor. Al quedar bajo el yugo del dios lunar, Spector tiene la capacidad de convertirse en Caballero Luna, cuyo principal cometido es proteger a aquellos que se mueven de noche.
Hasta ahí tenemos dos identidades, la del exmercenario Spector y la del justiciero Caballero Luna. A ellas se suman otras dos "civiles", Steven Grant y Jake Lockley, que se complementan con Spector al contar con diferentes virtudes, y la quinta y más distintiva, Mr. Knight, que cambia la capa de Caballero Luna por un traje íntegramente blanco y que exhibe una actitud menos agresiva, siendo más bien un detective que un superhéroe al uso.
Con esta alternancia de personajes, no es de extrañar que Caballero Luna sea el primer héroe de Marvel que se presenta con su propia serie en Disney+ y no con una película. La elección del formato televisivo es lógica al abordar una figura a priori tan compleja, que requiere de un margen adicional para que lleguemos a comprenderle y no nos quedemos en una impresión superficial. Sin embargo, la inmersión en la mente de Spector no cumple con todo su potencial, ya que el eclecticismo del personaje, que es realmente complicado de adaptar, contagia en exceso a una serie que no termina de encontrar su propio tono.
Oscar Isaac, reflejado en 'Caballero Luna'
Una aventura con muchas caras
A la hora de introducir a su protagonista, 'Caballero Luna' decide llevar de la mano al espectador de una manera bastante audaz. En vez de mostrar el origen del enlace entre Jonsu y Spector, se toma como punto de partida el ordinario día a día de Grant, que en su versión televisiva es dependiente de la tienda de un museo dedicada a souvenirs de temática egipcia. Por el día, el tímido Steven desempeña esas labores, pero cuando llega la noche pierde el control y despierta tras elipsis que pueden durar horas o días, y tras las cuales no le queda más que una extraña sensación. No sabe si está soñando o viviendo otra realidad, o si está perdiendo la cabeza.
Sin desvelar más de la cuenta, Steven descubre que el espesor de sus ojeras radica en un extraño vínculo con Jonsu. Una revelación que le empuja a implicarse en una aventura global para evitar que los poderes de los dioses se empleen de manera fatídica. En esa travesía, como he podido ver en los cuatro primeros episodios, tiene el apoyo de viejos aliados de Spector, con quien empieza a entablar un diálogo a través de espejos y demás superficies reflectantes para ver quién toma el control de este sobrepoblado cuerpo.
Aunque se va alternando entre las diferentes identidades, a excepción de Lockley -al menos por ahora-, la cara predominante del pentágono es la de Grant. Por lo tanto, más allá del arranque, donde Steven es una buena elección para evitar una historia de origen más convencional, 'Caballero Luna' insiste en que la identidad más afable (la más Disney, para entendernos) engulla en gran medida a aquellas que acarrean reflexiones más complejas.
Esto provoca que se diluya la historia de redención que se plantea con Spector, que, por otra parte, va en contra de la verdadera naturaleza del personaje, al que se retrata como un héroe maniatado. Y es que en vez de seguir el ejemplo de 'Daredevil', que mostraba a un justiciero consciente de las contradicciones de sus misiones nocturnas, 'Caballero Luna' trata de justificar y desligar a su protagonista de sus acciones más cuestionables, restándole credibilidad y desvirtuando su auténtico conflicto.
Oscar Isaac junto al villano interpretado por Ethan Hawke
Malabares extremos
Es cierto que la serie asume algunos riesgos con escasos precedentes en la franquicia, como su mayor grado de violencia (sin llegar a ser un festival de brutalidad ni mucho menos), sus puntuales guiños al terror psicológico o la sensación insólita a estas alturas de que se está viendo algo que no está supeditado al engranaje del Universo de Marvel. Aun así, el espíritu de la saga hace acto de presencia a través del ligero sentido del humor de Grant.
Steven, a lo Indiana Jones, durante su aventura
Entre tanta variedad de géneros e identidades, era necesario contar un actor a la altura del desafío y, sin lugar a dudas, Oscar Isaac consigue sostener sobre sus hombros esta amalgama de ideas enfrentadas. Su desdoble como Steven y Marc es total y le otorga al protagonista la gravedad necesaria para exponer su lucha interna, aunque la serie no está tan por la labor como él en profundizar en los aspectos más puntiagudos de un personaje que seguramente ha irrumpido en un hábitat que no es el suyo.
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