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'Cristo y Rey', en imágenes 6 fotos
'Cristo y Rey' es ese tipo de biopic que entiende y cumple su función en todo momento. En vez de limitarse a ser un recuerdo superficial de las celebridades que dan nombre a la serie, Ángel Cristo y Bárbara Rey, el nuevo original de Atresplayer Premium intenta ir un pasito más allá al rodear al mediático matrimonio de un mundo creíble. De esta manera, tanto quienes devoraron las vidas de los protagonistas en su momento como un entretenimiento pasajero como aquellos no tienen ni idea de qué sucedió pueden caer en los encantos de esta ficción, con la que Atresmedia arranca el año con buen pie.
Sin llegar a la altitud de los grandes éxitos recientes del grupo de comunicación, como 'La Ruta' o 'Cardo', que han llamado la atención por tomar riesgos poco habituales, 'Cristo y Rey' sí destaca por su destreza a la hora de transformar un relato real, que por sus retorcidos giros podría parecer ficticio, en una serie que maneja bien sus tiempos y garantiza una experiencia ágil que no busca dar demasiados rodeos. Al menos ese es el regusto que nos deja el primer episodio, que hace de efectivo prólogo de una historia que todavía tiene mucho por delante.Jaime Lorente y Belén Cuesta en 'Cristo y Rey'
Amor entre leones
Aunque hayamos hablado de matrimonio al comienzo, realmente el capítulo inicial todavía no se adentra en esos lares, ya que dedica su hora de duración a sentar las bases de ambos personajes a finales de la década de los setenta. Por un lado se encuentra Ángel Cristo, domador de éxito que, tras la muerte de su mujer, se enfrenta a otra tragedia inminente: el circo al que se ha dedicado en cuerpo y alma está al borde del colapso. Ahí entra en juego la otra cara de la moneda, Bárbara Rey, actriz y vedette al alza que ya tiene paparazzis apostados en la puerta de su casa.
Debido a esa fama ascendente, la estrella encarnada por Belén Cuesta es la opción ideal para salvar el negocio de Cristo, ya que el personaje interpretado por Jaime Lorente tiene entre manos una gala de Televisión Española que tan solo se materializará si es presentada por alguien que asegure espectadores. Sin embargo, en primera instancia esa unión de fuerzas parece imposible por la colisión de sus personalidades, que ya deja entrever los destructivos atributos que jugarán un papel primordial más adelante.
Así se van plantando semillas que, por ahora, son tan solo eso, ya que el piloto no profundiza en exceso en las cuestiones más problemáticas que rodearon al matrimonio, aunque es cierto que el tono exhibido en el arranque invita a ser optimistas con la manera en la que se abordarán temas tan delicados como la adicción o los malos tratos. Porque en vez de caer en el sensacionalismo más simplón, la ficción creada por Daniel Écija lo apuesta todo a construir personajes lo suficientemente complejos a nivel emocional como para que sus intensas turbulencias sean verosímiles, en la mayoría de los casos, y no dramatizaciones artificiales.
Donde sí se nota el cartón piedra es en el apartado de los efectos visuales, que deja que desear en su recreación de los animales del circo de Cristo. Aunque hay secuencias mejor resueltas que otras, en general el resultado es bastante mejorable, no porque esperáramos la ejecución de una superproducción de Hollywood, sino porque al final juega en contra de los momentos más poderosos del domador.
Misterio real
Desde el anuncio de la serie, uno de los temas recurrentes a lo largo de la promoción, tanto en sinopsis como en los tráilers, ha sido el romance entre la vedette y Juan Carlos I, y el primer episodio no deja pasar esa subtrama tan jugosa. No obstante, al igual que la propia Rey, la ficción juega al misterio, sin ser especialmente sutil, al meterse en esta materia, que apunta a ser clave en el desarrollo de la historia, pero que en principio parece más un vehículo para introducir un toque de intriga que una investigación sesuda sobre algo tan controvertido como las infidelidades del monarca emérito.
Aun así, esas apariciones puntuales del rey alimentan el desfile de rostros conocidos que también es 'Cristo y Rey', que en su despegue da cabida a personajes tan célebres como José María Iñigo o Rocío Durcal, presentados como si estuvieran en una película de Guy Ritchie, al igual que otras figuras que tendrán más incidencia, como la Chelo García-Cortés de Adriana Torrebejano.
Con esos cameos, 'Cristo y Rey' marca otra de las casillas imprescindibles en todo biopic que se precie y da algo más de empaque a su ambientación, haciendo ganar enteros a un producto final que, pese a empaparse de la cultura de la España del destape, no se siente anticuada en ningún momento, ni por ritmo ni por valores de producción. Y es que, en definitiva, lo nuevo de Atresplayer Premium es un esfuerzo diligente y bien solventado, capaz de engancharnos al drama de sus protagonistas sin convertirlo en un auténtico circo.