OPINIÓN

Crítica de 'Daredevil' (T3): El definitivo descenso a los infiernos de Matt Murdock

La serie de Netflix regresa con un tono tan oscuro como el de las temporadas previas, pero con un carácter introspectivo mucho más marcado. Los nuevos episodios de 'Daredevil' se estrenan el 19 de octubre.

Por Alejandro Rodera El 12 de Octubre 2018 | 10:53

El estreno de 'Daredevil' en 2015 supuso el pistoletazo de salida del universo televisivo Marvel-Netflix, que en tres años nos ha brindado seis series y diez temporadas. Sin embargo, la más relevante de ellas sigue siendo aquella con la que empezó todo. Al menos hasta ahora, ya que la tercera tanda de episodios del demonio de Hell's Kitchen promete marcar un nuevo hito en la franquicia.

Matt Murdock (Charlie Cox) en medio de una pelea de boxeo

Fe en decadencia

Evidentemente el comienzo de la temporada está marcado por los sucesos acontecidos en el último episodio de 'The Defenders'. La serie arranca después del derrumbamiento del edificio provocado por La Mano, solo que en esta ocasión Matt Murdock (Charlie Cox) decide emprender su viaje en solitario, sin ponerse en contacto con Foggy (Elden Henson) o Karen (Deborah Ann Woll). Por lo tanto, se nos presenta a un Daredevil con una crisis existencial y de identidad mucho mayor de lo habitual, sobre todo porque afecta a su fe cristiana, que siempre ha simbolizado su peculiar sentimiento de justicia. Además, sus poderes se han visto afectados tras el incidente, así que no está en plenas facultades para defender a la ciudad de todas las amenazas que se ciernen sobre ella.

No obstante, Matt no será el único protagonista de la historia. Desde su comienzo, la serie se ha esforzado por otorgarle una entidad genuina a los personajes que rodean al héroe principal, en especial a su socio Foggy Nelson y a Karen Page. Gracias a ese trabajo previo, los aliados de Matt pueden desarrollar sus tramas sin que supongan una distracción del núcleo narrativo. Pero lo verdaderamente importante es que todo lo que se construyó en la primera temporada tiene un impacto en los nuevos episodios, ya que el personaje más relevante no es otro que el temible Wilson Fisk.

Wilson Fisk (Vincent D'Onofrio) contempla la ciudad de Nueva York

A fuego lento

El regreso de Fisk no es el único elemento que recuerda a la primera temporada, ya que el ritmo de la historia bebe mucho del que marcó las andaduras iniciales de Daredevil en Netflix. Si en la segunda temporada la temprana aparición de Punisher, y más tarde de Elektra, aceleraron la sucesión de los acontecimientos y pusieron el listón muy alto desde el comienzo, en esta ocasión la serie sienta poco a poco las bases de un entramado apasionante. Esto no significa que sufra la lentitud que padecía 'The Defenders', que en ningún momento llegó a despegar, sino que a la hora de presentar a los nuevos personajes elabora de una manera muy acertada sus obsesiones y convicciones.

En los seis episodios a los que hemos tenido acceso, las incorporaciones más relevantes son sin duda los agentes del FBI Nadeem (Jay Ali) y Poindexter (Wilson Bethel), relacionados con el caso Fisk. Porque todo en esta temporada gira en torno a los tentáculos de Fisk, que tienen una presencia omnisciente en las tramas de Matt y el resto de personajes. Mientras que Matt trata de hacer la guerra por su cuenta, su principal enemigo hilvana un plan con el que hundirle de manera definitiva en el círculo más profundo del infierno. Una maquiavélica labor que podría caer en el tópico si no fuera por la consistencia de los guiones y el visceral trabajo interpretativo de Vincent D'Onofrio, que asume el rol más relevante de la temporada y absorbe toda su compleja idiosincrasia. Es una vez más un villano contenido, que puede explotar en cualquier momento, solo que ahora se ve obligado a urdir un plan aún más elaborado.

El agente Poindexter (Wilson Bethel) en plena acción

Ha nacido un villano

Ese plan involucra el diseño de un nuevo antagonista, Bullseye, uno de los personajes más icónicos de los cómics de Daredevil. A lo largo de ese proceso centrado en esculpir al villano ideal, nos encontramos incluso con un capítulo que aúna las virtudes de dos narradores tan peculiares como Ingmar Bergman y Frank Miller. Una mezcla que se entiende por el grado de introspección que pretende alcanzar esta tercera temporada, y en ese aspecto el cineasta sueco y el novelista gráfico estadounidense son auténticos referentes en sus respectivos medios. De hecho, el trabajo de Miller en "Born Again", una de las tramas más aclamadas de la serie de cómics del héroe invidente, es imprescindible para comprender el potencial de esta tercera temporada.

Los nuevos episodios nos demuestran que 'Daredevil' no es una serie de buenos y malos, sino del terreno gris que acotan esos dos extremos. En la tercera temporada, Matt se encuentra perdido en ese espectro, y la brutal reacción de Wilson Fisk a esa coyuntura puede resultar en la mejor adaptación de Marvel de la historia reciente.