OPINIÓN

Crítica de 'Dealer': Guerra de bandas en pequeñas dosis de acción al estilo "found footage"

Producción francesa original de Netflix que nos sumerge en un mundo marginal de la mano del líder de una banda de narcotráfico.

Por Azucena Pereira El 16 de Marzo 2021 | 10:55

La guerra entre bandas y el tráfico de drogas en un barrio marginal del sur de Francia es el contexto en el que se desarrolla 'Dealer', thriller de televisión francés creado y dirigido por Nicolás López y Ange Basterga para Netflix. Se trata de una adaptación de la aclamada película francesa homónima que fue estrenada en el año 2017. Dicho largometraje sirve como inspiración para narrar la historia de Franck (Sébastien Houbani), un director de vídeos musicales que se adentra en un barrio problemático para grabar a Tony (Abdramane Diakite), un rapero emergente y líder de un grupo de narcotraficantes que sueña con triunfar en la música.

Sebastien Houbani y Abdramane Diakite protagonizan 'Dealer'

Más allá de la historia presentada, uno de los principales atractivos que encuentra el espectador a primera vista es la corta duración de los episodios, de unos diez minutos aproximadamente. Además, como muchas otras producciones originales de Netflix, la primera temporada está formada por tan solo diez capítulos, brevedad que favorece un visionado rápido y continuo. Si a eso le sumamos una realización de carácter inmersiva basada en el uso del "found footage", técnica narrativa también conocida como metraje encontrado, el resultado es un producto fácilmente consumible.

Generar incertidumbre nada más comenzar una ficción utilizando la fórmula narrativa "in extrema res", es decir, presentando el desenlace de la acción en los primeros minutos, es una táctica que ya ha sido empleada en multitud de ocasiones para captar la atención del espectador. Sin embargo, en 'Dealer' se convierte en toda una declaración de intenciones para advertir que lo importante no es el final, lo interesante en esta ficción es el camino de su protagonista hasta llegar a esa situación. Además, desvelar ese punto de la trama resulta necesario para recordar que la premisa es mucho más interesante que el mero hecho de mostrarnos el rodaje de un videoclip.

De este modo, la música solo es la excusa para introducirnos en un mundo marginal donde el tráfico de drogas y la guerra entre bandas son los auténticos protagonistas. Así pues, cuando Franck y su cámara se dirigen camino a su jornada de grabación, rápidamente descubren que en realidad se están metiendo de lleno en la boca del lobo. A partir del momento en el que acceden al barrio comienza todo un recorrido plagado de contratiempos en los que no faltan la violencia, la adrenalina, los momentos de acción y los instantes de tensión.

El ritmo de la historia se construye principalmente mediante el uso de la técnica del metraje encontrado, que consiste en presentar parte de lo que sucede en pantalla a través de las imágenes grabadas por uno o varios personajes involucrados en las tramas. De hecho, utilizar esta forma de realización no es cuestión de innovación porque se trata de una técnica ya utilizada desde hace años en películas como "El proyecto de la bruja de Blair" o la española "Rec", más bien han optado por el uso del "found footage" para favorecer la narración.

Si pensamos en el punto de partida de la serie, no deja de ser el rodaje de un videoclip, por lo que nada mejor que utilizar esas grabaciones para construir la historia de una forma veraz. Así pues, las propias cámaras que utilizan los personajes durante el rodaje que tiene lugar en la ficción son empleadas como parte de la grabación real, una unión de formatos que casa a la perfección con la historia que nos quieren contar. Igualmente, esa mirada subjetiva que se consigue con la grabación cámara en mano contribuye a la inmersión especialmente en los momentos de mayor acción como las persecuciones.

Tanto el tráfico de drogas como la guerra entre bandas en barrios marginales son temas que se han usado de forma relacionada en diversas producciones audiovisuales y que hemos podido ver en la gran y en la pequeña pantalla. 'Dealer' tampoco aporta nada nuevo en este sentido, sin embargo, la forma en la que nos cuentan esta historia utilizando la primera persona añade valor a la narración y convierte una temática mil veces vista en algo más interesante.

Conocer lo que sucede a través de la mirada de sus protagonistas es una manera rápida de introducirnos en lo que está ocurriendo y de acercarnos a cada uno de los personajes. Esta forma tan directa de presentarnos la acción no solo nos mete de lleno en las vivencias de cada uno de ellos, también nos permite descubrir sus intereses y deseos personales, circunstancia que aporta ese matiz más humano. No obstante, esta faceta más intimista no se termina de explotar lo suficiente para que el espectador logre empatizar con cada uno de ellos. Además, algunos personajes secundarios carecen de la profundidad necesaria porque no están desarrollados como requieren, desperdiciando así el potencial que podrían tener.