Desde que en 2015 estrenase su ópera prima, "Ex-Machina", Alex Garland se ha convertido, junto a Denis Villeneuve, en el gran renovador de la ciencia ficción en el audiovisual. Por lo tanto, los fans del género estaban expectantes ante cómo llevaría sus originales planteamientos estéticos y sesudas premisas a un formato seriado en 'Devs', la serie que dirige y escribe para Hulu y que en España se emite por HBO desde el 5 de marzo. El resultado será más que satisfactorio para quienes hayan seguido su progresión en anteriores películas.
La trama gira en torno a una gran empresa tecnológica llamada Amaya, que está especializada en computación cuántica. Para ella trabajan Sergei y Lily (Karl Glasman y Sonoya Mizuno), una pareja de brillantes ingenieros informáticos que se ve separada cuando a él lo destinan a Devs. En esta división de la corporación se desarrolla un proyecto en el más alto secreto que acaba teniendo un impacto decisivo para Sergei, iniciando en Lily la necesidad de conseguir respuestas sobre asuntos confidenciales que van mucho más allá de lo que ella cree.
Nuevos formatos y desafíos
Es cierto que el episodio piloto, uno de los dos que hemos podido ver, puede parecer demasiado similar a "Ex Machina", como si Garland estuviera repitiendo viejos trucos. La tecnología vanguardista, el secretismo ante un revolucionario proyecto o la relación entre Sergei y su jefe, Forest (Nick Offerman), pueden apuntar hacia esa dirección. Sin embargo, según avanza la trama va encontrando su propio lugar, colocando el centro de la acción en torno a Lily y presentando a otros personajes secundarios que amplían el mundo y llevan el argumento hacia otros derroteros más complejos que en aquella película.
Forest le enseña las instalaciones de Devs a Serguei en 'Devs'
Un elenco que salva cualquier error
Y es que esta ficción puede adolecer por momentos de regodearse en su premisa y su apartado técnico. No es que acabe cansando, pues ambos son más que destacables, pero por el camino descuida explicaciones menores o justificaciones para el arco de sus personajes que están resueltas de una forma un tanto perezosa desde el guion. Son apenas algunos diálogos expositivos y revelaciones del trasfondo de algunos personajes que resultan simplistas, pero que, a decir verdad, no resultan difíciles de aceptar puesto que el argumento general te atrapa por encima de lo que esto pueda llegar a molestar.
Sonoya Mizuno frente a Nick Offerman en 'Devs'
Derroche estético audiovisual
Como ya sucediera con las asépticas salas de pruebas de "Ex Machina" o con las coloridas formas de vida de 'Aniquilación', Alex Garland vuelve a demostrar que, ante todo, sus historias suponen una inmersión en un universo estético particular y desafiante. Algo que se explora todavía más profundamente en esta serie al hacerla suceder bajo bosques de divina iluminación, estatuas de niñas gigantes que se tornan siniestras o el propio complejo dorado de Devs. Siempre jugando con el contraste entre unos colores crepusculares y ambientaciones oscuras repletas de sombra, el conjunto se armoniza como uno de sus mejores trabajos en lo que a fotografía respecta.
Las instalaciones de Amaya, con la estatua desafiante de la hija de Forest, en 'Devs'
Ciencia ficción que habla de personas corrientes
Apoyándose en ese argumento a ratos bien ejecutado y a ratos descuidado, en sus aspectos técnicos y, sobre todo, en su premisa de ciencia ficción, 'Devs' nos traslada en última instancia el conflicto de la dualidad del ser humano. Sus personajes luchan constantemente entre una fría lógica, muchas veces científica, y un pasional sentimentalismo dictado por su corazón, enfrentados a despejar la duda cuántica entre un polo y su opuesto mientras que el determinismo del proyecto que esconde Devs afirma que los dos son posibles a un tiempo. Esto le pasa a la protagonista, Lily, pero se transmite de forma mucho más directa mediante el profundo monólogo que protagoniza Forest a inicios del segundo episodio, en donde se condensa el trasfondo de la serie.
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