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A diferencia de la materia, la fe sí que se crea y se destruye. Mientras que la ciencia se sostiene sobre unos sólidos pilares, consolidados con el paso de los siglos gracias a la progresiva desaparición de los oscurantismos totalitarios vinculados a las deidades más oportunas de cada momento; la religión parte de una base más abstracta y maleable, apoyada en valores e ideales morales. ¿Pero qué sucedería si las leyes más básicas de la ciencia se dislocaran? Entre las grietas de esa cuestión florece 'El milagro', la nueva serie original de Sky que llega a España tras su previo paso por los hogares italianos.
Guido Caprino y Sergio Albelli se acercan al sangrante fenómeno
Piscina de lágrimas
El debut del novelista Niccolò Ammaniti como cineasta se salda con una ficción de ocho episodios, de los que por el momento hemos podido ver tres, que adentra al espectador en una coral reflexión sobre un fenómeno que rebasa los principios fundamentales de la ciencia. La primera secuencia de 'El milagro' ya nos enfrenta a la inquietante e indeleble imagen de una habitación con las paredes teñidas y el suelo bañado en sangre, procedentes de los artificiales lacrimales de una figura de la virgen. En el arranque de la serie se trata de buscar una explicación racional a este incesante suceso, pero realmente no importa tanto resolver si se trata o no de un truco, sino esparcir las esporas de un intenso dilema moral.Los principales títeres de esa dualidad entre la carne y el espíritu son cinco personajes muy bien dibujados. El primer ministro de Italia, que afronta el momento más delicado de su mandato ante el inminente referéndum que puede suponer el divorcio de su país de la Unión Europea. La primera dama, que vive bajo un aplastante sentimiento de encierro vital. Un deleznable cura en plena crisis de fe, que compagina las liturgias con su ejercicio de trilero de la caridad y vicioso ludópata. Una hija devota a su madre enferma. Y un general encargado de atar los cabos para descubrir el verdadero origen de la enigmática imagen religiosa. Además de un reducido plantel de secundarios con sus propias inquietudes, algo más evidentes y caricaturizadas.
Alba Rohrwacher tiene un plan en 'El milagro'
Misterio espiritual
El quinteto se ve marcado de manera directa o periférica por la impactante aparición de la figura sangrante, y mientras algunos personajes son muy valiosos para analizar las contradicciones morales de la sociedad contemporánea, otros impulsan más el carácter de thriller con el que también juega 'El milagro'. Porque en primera y última instancia, Ammaniti compone un relato plagado de misterios y de incógnitas, que quedan en el aire para que el espectador encaje las piezas del puzzle al no poder aferrarse a resoluciones absolutas. Aunque se ofrezcan algunas respuestas, la mayoría suelen ir disfrazadas de metáforas, para que sea el público quien ponga a prueba sus propios ideales y creencias.
Ese juego de alegorías e imágenes polisémicas se consolida gracias a un nivel de detalle muy cuidado, con el que se evidencia la acertada y meticulosa arquitectura de la historia en términos globales. En cada capítulo se consigue mezclar sentimientos opuestos como la fascinación y la repulsión, esta última ligada principalmente al personaje interpretado por Tommaso Ragno, que es seguramente el que mejor plasma el conflicto interno de la fe disoluta. No obstante, se nota una carencia de la representación de la devoción religiosa más neutra e inofensiva, aunque no es de extrañar si tenemos en cuenta que la aparición del supuesto milagro es óbice para la exaltación de las creencias, o el reflote de las mismas para aquellos que se habían despojado de ellas.
Tommaso Ragno interpreta al personaje más controvertido de 'El milagro'
Debate sobre la hipocresía moral
En definitiva, 'El milagro' es un drama que goza de una gran potencia visual y de una historia que no decae tras plantear una cuestión muy relevante y representativa de la sociedad individualista en la que vivimos hoy en día. Al fin y al cabo, es inevitable no ponerse en la piel de alguno (o varios) de sus personajes y preguntarse cómo reaccionaríamos a esa tesitura. Aunque todavía hay que comprobar si la resolución o el encaje final de todos estos frentes abiertos está a la altura de su sólido y recomendable arranque.