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Si nos ponemos a pensar en palabras clave que nos vengan a la cabeza al pensar en 'Élite' aparece una lista infinita en la que no faltarían fiesta, misterio, lujo, sexo, gente guapa, morbo, surrealismo, alguna trama que interesa, crítica social, diversidad (no de cuerpos), mamarracheo, investigación, pijos, ricos, humor, cierta parodia, tríos, problemas del primer mundo... Pues en ese caso, podemos confirmar que sí, que la séptima temporada mantiene intacta su esencia si entendemos todo lo expuesto como la "esencia de la serie".
'Élite' es lo que es, no necesita muchas presentaciones. Y seguir manteniendo su espíritu renovando constantemente personajes no es tarea fácil. Dicho esto, y aunque si siguiese 'Élite' 20 temporadas más las seguiríamos viendo, hay que decir que la noticia de que la octava será la última es algo a celebrar. Los cambios de personajes que mencionamos les han funcionado en muchas ocasiones, en la segunda generación, en la tercera, en la cuarta... pero desde la llegada de Isadora (Valentina Zenere) e Iván (André Lamoglia) en la quinta, los siguientes ya no han conseguido tener el mismo carisma e interés que sus predecesores.Quienes arrojan luz entre los últimos fichajes
Al menos, la séptima ha sabido dar un golpe sobre la mesa e incorporar nuevos fichajes siendo dos de ellos los que más fuerte pegan. Maribel Verdú y Mirela Balic son, posiblemente, los mejores personajes de esta temporada, los que más 'Élite' son. Madre e hija, rivales en la vida por ver quién llama más la atención, dan el toque de color en estos capítulos. ¡Gracias, Maribel, por quitarte los complejos y sumarte a este mundo de mamarracheo y brilli brilli! Ella, vestida con el uniforme de Las Encinas, es algo que necesitábamos y no sabíamos. Esta serie sabe reírse de ella misma y hacer una autoparodia por aquello de que cada vez los alumnos son más mayores, con la actriz y el vestido es simplemente icónico.
Maribel Verdú y Mirela Balic, en 'Élite 7'
Eso sí, la trama va a crear polémica por lo que expone sobre todo el personaje de Chloe (Balic). De todos modos, tanto la actriz como los creadores han defendido que esta serie no es una clase didáctica sino que es entretenimiento puro que permite abrir debates. Su trama, los va a tener.
El acertado regreso de Omar
Cuando se anunció el regreso de Omar (Omar Ayuso) a la serie todos nos quedamos impactados sin conocer de qué manera se iba a producir. Bueno, pues tiene sentido su regreso, y dentro de que es 'Élite' y que no hace falta buscar justificación a todo, es bastante orgánica su reaparición. Tranquilidad, ni es alumno, ni lleva el uniforme ni nada. El personaje ya estaba agotado tal y como lo conocíamos y el hecho de desaparecer y volver con algo nuevo que contar le ha sentado muy bien.
Omar Ayuso, en 'Élite 7'
Atormentado por la muerte de Samuel (final de la temporada 5), ha sido incapaz de pasar página y hacer vida normal. Por su parte, está yendo a la universidad y le aparece una oportunidad: hacer prácticas en Las Encinas. Será entonces cuando vea una ocasión perfecta de volver para enfrentarse a los fantasmas del pasado (nunca mejor dicho) tratando de que no ocurran nuevas desgracias en este centro.
La salud mental, nexo entre todos
Y es a través de él donde más se va a tratar el tema de la salud mental. Esto va a ser un punto en común de prácticamente todos los personajes, pues están los que batallan con sus luchas internas y los que están a su lado y no tienen herramientas para ayudar. Omar gestiona una app nueva en la que los alumnos pueden expresar libremente sus emociones y es a raíz de estos mensajes cuando observa que cualquiera puede estar en peligro.
Una renovación en la investigación
"Todas las temporadas son iguales" y "cada año muere un alumno" son argumentos muy repetidos a la hora de hablar de 'Élite'. Pues bien, en esta hay un cambio. La sexta temporada finalizaba con tiroteo en Las Encinas, disparado por un brazo que se asomaba por un coche. Pues bien, el cebo dura poco. En la primera escena se resuelve sin mucho interés. Eso sí, va a ayudar a que la investigación tome una linea diferente que afecta directamente a Isadora y Dídac.
Ambos pertenecen a familias muy poderosas que además están enfrentadas por intereses comunes. ¿Son mafiosos? ¿Qué hay detrás de ellos? La policía (y Las Encinas) no va a dejar de trabajar hasta descubrir qué está pasando realmente aunque en esta ocasión no se trate de una muerte. Pero, como viene ocurriendo desde la primera temporada de esta serie, la investigación policial es lo menos interesante.
El triángulo gay que no falte
André Lamoglia y Fernando Líndez, en 'Élite 7'
Otro de los buques insignia de 'Élite' son los triángulos amorosos de cualquier tipo, aunque principalmente gays. El de este año se plantea de una manera interesante y morbosa, que hace que sume importancia por quiénes lo protagonizan. La trama está bien llevada, pero no deja de ser algo repetitiva y que es una de las que demuestra los síntomas de desgaste que tiene la serie.
Tramas menos interesantes...
Nico (Ander Puig) también pierde mucha fuerza en esta temporada, pues parece que hasta sus propios padres le han comido terreno. Llega su primo, Eric (Gleb Abrosimov), un joven antisistema que pone el foco en la crítica social contra los desahucios, pero con una trama que cae en tópicos y que poco sorprende al espectador.
La llegada de Anitta jugando con el misterio en las promos es otro plof, al menos en el arranque. Todos esperábamos una llegada más apoteósica, un personaje más deslumbrante... Es pronto todavía y esperemos que tenga un recorrido más interesante (seguro que sí), pero su llegada nos ha dejado fríos para todo lo que esperábamos.
¿Le sienta bien el drama social?
La relación entre Sara y Raúl arranca en el punto que se quedó y, aunque queda claro que irá por otros derroteros y que no puede haber un cambio abrupto, sí que da la sensación en un inicio que está algo estancada la trama. Es muy interesante que se muestre el maltrato en una serie como esta que llega a tanta gente, igual que lo fue la violación a Isadora, pero la incorporación de estas tramas más críticas y sociales son las que le han pasado factura a la serie llevándola a un desenlace próximo.
Anitta y Carmen Arrufat, en 'Élite 7'
'Élite' es una serie mamarracha. Y aunque haya asesinatos, lo seguía siendo. Sin embargo, mantener unas tramas petardas con otras más dramáticas hace que no solo el tono vaya alternándose sino que también lo hace el ritmo. Digamos que en la quinta temporada aproximadamente empezaron a convivir y es precisamente desde ese momento cuando 'Élite' ha perdido parte de aquello que tanto nos enganchaba al querer tomarse la serie más en serio.
¿Qué esperar de la octava temporada?
'Élite' llega a su fin. Parecía infinita y que iba a seguir más de 20 temporadas, pero aquí nos quedamos. Es buen momento para frenar y tener tiempo para preparar una temporada final sabiendo que era el desenlace. Solo cabe pedir que cierre con coherencia, que tenga un final redondo y que, a poder ser, recupere toda su esencia estrafalaria que tanto nos enganchó en su día. Ah, y que vuelva algún personaje más aparte del de Nadia.