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Los superpoderes siempre han sido algo más que una simple demostración de fuerza bruta. Detrás de cada héroe, al menos de los realmente interesantes, se han dibujado conflictos emocionales que no se pueden resolver a puñetazos, martillazos o gritos hiperbólicos. Por eso, más que un arma blanca, esas habilidades sobrehumanas son una extensión de la personalidad de sus poseedores. Lo mismo sucede con Sydney, la protagonista de 'Esta mierda me supera', una adolescente marcada por el trauma, la disfunción familiar y la incapacidad de encajar en un entorno tan prejuicioso como el instituto, que se ve obligada a manifestar sus sentimientos en las páginas de un diario. Sin embargo, ese cuaderno no es suficiente para contener toda la rabia que reprime la joven, que empezará a expresar sus arrebatos de furia de una manera menos ortodoxa, y algo más destructiva.
Sophia Lillis es Sydney en 'Esta mierda me supera'
Cuando Dina empieza a salir con Brad, el prototípico deportista estrella del instituto, Sydney se siente desplazada y entabla una amistad con Stan. Del vínculo entre los personajes interpretados por Sophia Lillis y Wyatt Oleff, cuya conexión en la vida real tras coincidir en "It" promovió que se reencontraran aquí, emergen los momentos más memorables de una serie que no derrocha una personalidad innovadora, pero sí un carisma muy atractivo. Y es que el reparto transpira espontaneidad a través de la certera y sensible dirección de Jonathan Entwistle, que ya se encargó de adaptar otra de las obras más celebradas de Forsman, "The End of the F***ing World", con un resultado brillante.
Wyatt Oleff y Sophia Lillis siguen creciendo juntos
Normal = Imposible
De hecho, no hay que adentrarse mucho en 'Esta mierda me supera' para encontrarse con símiles evidentes con 'The End of the F***ing World', ya sea en el leitmotif musical o en la forma de retratar la violencia contenida y el mundo interior de Sydney, que, sin ser tan extrema, también se ve absorbida por el agujero negro emocional que asolaba a James. Aun así, esta nueva producción no tarda en diferenciarse de su predecesora, no tanto por los elementos sobrenaturales, que al final no son más que la expresión extracorporal de los sentimientos de la protagonista, sino por la idea de contener la tragicomedia en el instituto.
A medio camino entre la extrañeza de Richard Ayoade y la candidez de John Hughes, Sydney tiene que lidiar con toda esa "mierda" a la que hace referencia el título en las semanas previas al baile de turno, con el correspondiente guiño a "Carrie" y otro de regalo para "Donnie Darko". A lo largo de sus breves siete episodios, la producción muestra al personaje de Lillis como esa inadaptada en cuyas inseguridades y miedos nos hemos visto reflejados tantas veces, sin desprenderse de un sentido del humor y un carácter directo y para nada pretencioso, que hacen de 'Esta mierda me supera' un desahogo total y la novedad más interesante de Netflix en lo que llevamos de año.