Serie relacionada
Estamos muertos
지금 우리 학교는 (Jigeum Uri Hakgyoneun)
2022 - Act
Corea del Sur 1 temporada 12 capítulos
AcciónDramaFantasía
Popularidad: #560 de 3.524
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Tras el increíble éxito de 'El juego del calamar', 'Estamos muertos' es la nueva serie coreana con la que Netflix pretende conquistar el mundo. Con la experiencia de la aclamada cinta "Tren a Busán" y otros muchos productos de corte similar, no podemos negar que los surcoreanos tienen un don especial para las producciones audiovisuales de zombies.
Este tipo de series podrían básicamente dividirse en dos: las serias y las mamarrachadas. Y, a su vez, en otras dos subcategorías: las series que son conscientes de lo que son, y las que aspiran a ser otra cosa más trascendental. Vamos, las que se toman en serio a sí mismas y las que no.El problema de 'Estamos muertos', o 'All of Us Are Dead' como se llama en inglés, es que -como sus propios zombies- va mutando a lo largo del tiempo pasando a ser de una serie a otra con mayor o menor fortuna.
La trama de 'Estamos muertos' es bastante simple: un apocalipsis zombi se desata en un instituto de la pequeña localidad coreana de Hyosan y los alumnos (y algunos profesores) tienen que hacer frente a estos muertos vivientes que pretenden conquistar la ciudad.
A ver quién limpia ahora todo esto
Los primeros episodios son diversión pura llena de adrenalina, zombis y mamporros a diestro y siniestro: en estos primeros capítulos 'Estamos muertos' se presenta como una serie divertidísima consciente de sus limitaciones y las aprovecha para ofrecernos épicas escenas de gore adolescente.
Tomándose en serio
Pero poco a poco la serie va mutando y empieza a querer tomarse en serio. Sin ser ella nada de eso. Las salidas del instituto de Hyosan y la presentación de ciertos personajes de fuera de él es más bien desigual y deja momentos de un cambio de ritmo en la narración bastante brusco con respecto a lo que se nos introduce desde un principio.
Es tal vez, este segundo tramo, el peor logrado de la serie, y el que más le cuesta conectar con el espectador, sobre todo el occidental. Porque no nos olvidemos que Hyosan no son Las Encinas, y todos estos chavales compiten en una sociedad ultracompetitiva en la que son la gran esperanza de sus familias para un futuro mejor, y muchos de ellos simplemente no son capaces de seguir el ritmo o soportar la presión sobre sus espaldas.
Donde en 'Élite' hay una bacanal cada noche de la semana, en 'Estamos muertos' son reproches a la presidenta de la clase por no hacerte caso o la presión de no sacar notas lo suficientemente altas como para contentar a tu familia. Eso sí que son mundos distintos y no lo de zombies.
Lo que en unos primeros capítulos en una serie divertida con grandes dosis de acción se transforma hacia la mitad en algo demasiado trascendental. 'Estamos muertos' empieza haciendo una crítica al bullying y acaba queriendo retratar hasta la corrupción política surcoreana. Y mira, tal vez esta humilde serie no era lugar más adecuado para hacerlo.
Paralelismos con 'El juego del calamar'
Si 'Estamos muertos' arranca con acción y diversión y hacia la mitad se transforma en algo más metafísico, profundo y aburrido, su último tramo mejora de manera notable. Aunque sigue jugando con tramas fuera del instituto con desigual suerte, lo que sucede dentro de Hyosan empieza a conectar con el espectador.
Y es que, al igual que sucede en 'El juego del calamar', cuando el elenco protagonista se reduce el espectador empieza a conocer y empatizar con las historias personales de los personajes. Y como en el calamar, la serie va eliminando a personajes principales poco a poco, no pudiendo evitar alegrarte por la muerte de los odiosos y sentir pena por la de los queridos.
Ríete tú de la borde insoportable de 'El juego del calamar'
Además, la serie consigue crear con acierto la figura del malvado antagonista y dotarle de una personalidad propia y profunda. En ese sentido, el trabajo de Yoo In-soo como Yoon Gwi-nam es con diferencia lo más sobresaliente de todo el metraje.
Al final, 'Estamos muertos' deja un regusto agridulce en la mente del espectador. Ni es tan original ni interesante como 'El juego del calamar', pero tiene unas bases sólidas y divertidas como para haber podido realizar un trabajo mucho más redondo, tal vez reduciendo el abultado número de personajes secundarios y rebajando algo el abultado metraje total de todos los capítulos, intentando abarcar menos. Porque a veces, menos es más. Y con una divertidísima serie zombie adolescente nos habríamos conformado.