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Es probable que muy pocos hayan oído hablar de Halston y menos todavía que asocien su nombre a la moda. Sin embargo, está considerado como el primer diseñador en poner a Estados Unidos en el mapa, apostar por las mujeres racializadas en sus desfiles y no solo eso, sino también convertir la alta costura en ropa accesible para la clase media, y es que una de sus máximas fue vestir a todas las mujeres de Estados Unidos.
Ewan McGregor protagoniza 'Halston'
'Halston' comienza con el salto a la fama del diseñador cuando todavía era un joven que se dedicaba a confeccionar sombreros, pasión que nació en él a partir de los que le realizaba a su madre para tratar de hacerle más llevaderos los malos tratos que sufría por parte de su marido. Jacqueline Kennedy visitó uno de sus sombreros durante la presentación de John F. Kennedy como presidente de Estados Unidos, lo que lanzó a lo más alto a Halston. Sin embargo, la serie da un salto al momento en el que Kennedy dejó de vestir sus creaciones y, por tanto, dejó de estar de moda.
Incapaz de exprimir todo el potencial
La dirección de la ficción es un poco difusa. Es un biopic que repasa los años de trabajo del diseñador, hasta ahí bien, pero no queda claro qué línea quiere contar. A diferencia de otros biopics como el de Andrew Cunanan en 'American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace', donde el retrato queda mejor ubicado gracias a la historia de cómo se orquestó el asesinato de Versace, parece que con 'Halston' no tiene un rumbo claro. Viendo el desarrollo de la serie, podría dirimirse que su intención es relatar la caída en desgracia, y es que continuamente se muestra cómo tuvo que ir superando los continuos baches en su profesión.
Krysta Rodríguez y Ewan McGregor como Liza Minnelli y Halston
No obstante, el visionado de 'Halston' no ayuda a crearse una radiografía fiel, dentro de las posibilidades que ofrece un biopic, sobre el personaje. Halston fue un hombre que hizo por la moda mucho más de lo que se llega a apreciar en la serie. El relato de Ryan Murphy parece mostrar a un hombre que no llegó a destacar y el problema radica en que no reposa en la narración sus mejores momentos, sino que en cuanto estos llegan, enseguida aparecen las zonas más oscuras.
Y aun haciendo hincapié en los sufrimientos de Halston, en cómo tuvo que vender su nombre o en cómo la empresa propietaria de su marca se la jugó y acabó siendo desterrado de sus propia firma, no llegan a extraerle todo el potencial que podría tener con episodios, especialmente los dos primeros, en donde reina el aburrimiento. Y mira que la historia de Halston tiene mucho para dar de sí entre los problemas profesionales, los personales con una turbulenta relación junto a Victor Hugo, sus excesos e incluso sus enfrentamientos con otros diseñadores como Calvin Klein o con extrabajadores suyos.
Problemas en la identificación con el protagonista
Halston se presenta como una persona déspota, que no es capaz de tratar bien a varias de las personas de su círculo más cercano y que termina por descuidar su pasión. Uno de los retos más interesantes a nivel de guion hubiera sido conseguir la identificación con este personaje, pero llega un punto en el que al espectador le da igual qué le ocurra y, es más, te alegras de que le vayan mal las cosas. Justo su actitud consigue que sientas empatía por la gente de su alrededor a la que no es capaz de cuidar, como es el caso de Elsa Peretti o de Victor Hugo cuando le exige que le trate como a un igual y no un "chapero" más.
Ewan McGregor en 'Halston' frente a la puerta de Studio 54
Lo anterior queda demostrado en el episodio número 3, que supone un punto de inflexión para la serie, ya que consigue coger algo de ritmo. En el tercer episodio, al mismo tiempo que Halston descubre la fórmula de su perfume, la ficción logra dar con la fórmula que le podría haber llevado a remontar. Sin embargo, todo queda concentrado en ese único episodio, ya que pierde esa esencia en el siguiente. La clave del éxito se encuentra en que asistimos a la ruptura de esa coraza por parte del personaje y su vinculación con ese niño que nos había estado mostrando a través de flashbacks. Cuando Halston enseña lo que hay detrás de esos aires de suficiencia, el espectador cae rendido ante él.
La nueva serie de Ryan Murphy para Netflix no consigue brillar, poniendo de manifiesto la tendencia descendente del creador, que parece no terminar de encontrar la fórmula perfecta. 'Halston' tiene mucho de su trabajo, como un personaje excéntrico como solo él sabría hacer, pero pese a las buenas interpretaciones de su reparto, donde destacan Ewan McGregor y Krysta Rodriguez, que da vida a una carismática Liza Minnelli que se come la pantalla con cada aparición, el guion no termina de despegar. No es un relato lleno de agujeros, característica también común en Murphy, sino insulso en donde la parte técnica tampoco tiene nada brillante que consiga amortiguarlo.