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En 2018, Alice Oseman publicaba la primera entrega de "Heartstopper", la saga de novelas gráficas que seguía los primeros pasos en la relación entre Charlie, un joven de 15 años al que habían sacado del armario, y Nick, deportista y con serias dudas sobre su orientación sexual. La saga se convirtió en todo un éxito hasta el punto de que Netflix decidió apostar por ella y convertirla en una serie de acción real.
Elle y Tao en 'Heartstopper'
Los fans de las novelas agradecerán esto, pues se muestran con más detalle las relaciones de Tara y Darcy, así como la de Tao y Elle, quienes en los libros se encuentran en un segundo plano. Además, el reparto escogido se parece físicamente a los personajes, de modo que ayuda a que los seguidores de Oseman entren con mucha más facilidad en la historia. Pero la importancia de 'Heartstopper' no radica en su parecido con las novelas o en cómo amplía el universo, sino en todas las temáticas que trata y el modo en el que las aborda.
Representación LGTB y de la salud mental
En un momento en la ficción en el que la serie juvenil por excelencia es 'Élite', 'Heartstopper' llega dispuesta a demostrar lo que verdaderamente es una serie por y para los adolescentes, con las preocupaciones reales que estos tienen, especialmente dentro de la comunidad LGTB. La creación de Oseman aborda el bullying que sufre diariamente Charlie debido a que es gay por parte de unos adolescentes heterosexuales caracterizados por su masculinidad tóxica. El joven ha sido sacado del armario, lo que le ha enfrentado a una realidad para la que no estaba preparado. 'Heartstopper' busca ser divulgativa entre la sociedad y mostrar cómo de necesario es que cada uno tenga sus tiempos para tomar sus propias decisiones. Tara y Darcy decidiendo hacer pública su relación o Nick con el miedo a descubrirse ante sus amigos son los ejemplos perfectos.
Nick y Charlie en 'Heartstopper'
Pero, además, la serie muestra la necesidad de los jóvenes LGTB por rodearse de un círculo de gente como ellos que los puedan comprender. Charlie lo sufre, dado que sus amigos son los principales abusones del instituto, y encuentra no solo en Nick, sino en Tara y en Darcy a dos aliadas que están dispuestas a entenderlo y comprender su miedo a asumir su orientación sexual de manera pública sin ningún tipo de juicio. La falta de personas LGTB a tu alrededor es uno de los principales problemas a los que se enfrentan los adolescentes LGTB que están descubriéndose y que no tienen a nadie a quien mirar y con quien compartir miedos, inseguridades e impresiones. En este punto, 'Heartstopper' trata de lanzar un mensaje de esperanza a todos estos para decirles que sí hay gente que siente del mismo modo que ellos.
Así pues, trata de abarcar todas las iniciales posibles del colectivo. Hay representación gay y lésbica con total normalidad, pero también hay una chica trans cuya transición ha sido asumida sin ningún problema por sus amigos. Además, la serie también pone el foco en la bisexualidad, orientación no tratada con tanta asiduidad en la ficción y que, poco a poco, va cogiendo algo más de presencia. El desconcierto que vive este personaje a la hora de aclarar su mente y tratar de comprender por qué le atraen tanto las mujeres como los hombres es muy revelador. 'Heartstopper' vuelve en este punto a mostrar la realidad a la que se enfrentan los jóvenes bisexuales, y más a los que les ha tocado descubrirse sin nadie a su alrededor que los pueda guiar.
Darcy y Tara en 'Heartstopper'
Y por si fuera poco con esta representación, 'Heartstopper' también indaga en la salud mental. La ficción de Netflix ahonda en cómo los jóvenes LGTB se enfrentan ya no solo al bullying por salirse de la norma, sino también a una serie de traumas asociados a ello que los lleva a sentirse un estorbo o a desarrollar desórdenes alimenticios. Aunque esto último solo es un atisbo que de haber una segunda temporada se seguirá desarrollando, es interesante cómo se han pincelado los primeros retazos en un personaje que trata de asumir todo lo que se le viene encima, pero que se encuentra al borde del precipicio en numerosas ocasiones.
Alberga luz incluso en los momentos más duros
'Heartstopper' brilla gracias al modo en el que se ha concebido, desde un punto de vista realista de la juventud LGTB con los miedos y preocupaciones que estos tienen cuando cumplen quince años. Estamos acostumbrados a ver sexo a raudales en este tipo de series, pero, por suerte, esta ficción no entra en este juego. Lo que importa son los sentimientos y el autodescubrimiento, y es así como da algunos pasos que la sitúan muy cerca de la segunda temporada de 'Skam España'. Todo está tratado con un respeto absoluto, primando enviar el mensaje de la comprensión y la empatía hacia quien está a tu lado.
Pese a la dureza de algunos de los temas que trata, todo lo que la rodea es muy luminoso hasta el punto de convertirla en un "lugar feliz" en el que te sientes cómodo viéndola y que, si además eres LGTB, te vas a sentir representado por más de un personaje. Alice Oseman ha hecho un gran trabajo en la adaptación, pues la serie suma a la saga e incluso podríamos decir que la mejora. El lenguaje audiovisual le sienta genial y mantiene algunos toques de las novelas gráficas en su estética. 'Heartstopper' es la serie que toda persona LGTB hubiera querido ver durante su adolescencia y, con total seguridad, ayudará a las generaciones a sentirse representados y acompañados en esa oscuridad que muchas veces se cierne sobre el hecho de descubrirse a uno mismo. 'Heartstopper' llega a Netflix el 22 de abril y ojalá tenga el éxito suficiente para que sigamos descubriendo la realidad adolescente de la mano de Nick, Charlie y el resto de amigos.