OPINIÓN

Crítica de 'Hollywood': Ryan Murphy reescribe la historia con una esperanzadora miniserie

Los responsables de 'Glee' y 'The Politician' viajan al corazón del Hollywood clásico para reivindicar la diversidad y denunciar las injusticias enraizadas en la industria del entretenimiento.

Por Alejandro Rodera El 29 de Abril 2020 | 13:10

"Me temo que soy una cobarde".

Así empezaba la nota de suicidio de Peg Entwistle, una joven actriz que decidió quitarse la vida en 1932 saltando de la letra H del letrero más emblemático de Los Ángeles. Por aquel entonces, el imponente rótulo rezaba Hollywoodland y vigilaba una ciudad que acababa de acoger los Juegos Olímpicos en plena Gran Depresión. Irónicamente, Entwistle, que se lanzó al vacío al verse superada por su sueño de alcanzar la fama en la industria del cine, ha terminado pasando a la historia por su acto de desesperación. Casi un siglo después, ese relato de ambición frustrada ha sido recogido por Ryan Murphy e Ian Brennan para vertebrar su nueva serie para Netflix, 'Hollywood', que se zambulle en la Era Dorada de la meca del cine para mostrar sus luces y sombras: su potencial para hacer del mundo un lugar mejor y su podredumbre moral.

Jim Parsons junto a su representado en 'Hollywood'

Los siete episodios que componen la miniserie transcurren a mediados de los años cuarenta, una vez superada la Segunda Guerra Mundial. En ese momento, ya era imposible entender el séptimo arte sin la influencia de una industria hollywoodiense definida por la censura del código Hays y la hegemonía de las majors, que empezaban a ver cómo estrellas de la talla de Olivia de Havilland ponían en peligro un restrictivo modelo de negocio. Durante esos tiempos de cambio, con un público hambriento de entretenimiento tras las devastadoras consecuencias del conflicto bélico, 'Hollywood' muestra a un grupo de jóvenes soñadores que quieren abrir la puerta a una nueva representación de la realidad, tan diversa como la que circula por las calles, o se esconde de la luz para no ser apaleada.

Ese elenco de protagonistas está compuesto por Jack (David Corenswet), un veterano de guerra que aspira a convertirse en actor; Archie (Jeremy Pope), un guionista afroamericano y homosexual que lucha por no verse lapidado por su naturaleza; Camille (Laura Harrier), una prometedora actriz que piensa ser la primera gran estrella negra de la industria; Roy (Jake Picking), otro joven proyecto de actor que huye de una dura infancia; y Raymond, un apasionado director que lleva a Darren Criss a exponer una vez más su ascendencia filipina tras 'American Crime Story'. Todos ellos tratan de sacar adelante el biopic de Peg Entwistle, que está siendo desarrollado por ACE Studios, una de esas compañías todopoderosas, tratando de redefinir la historia de Hollywood arrollando barreras que parecían insalvables.

David Corenswet es Jack Castello en 'Hollywood'

Directos a Dreamland

Desde el principio es evidente que 'Hollywood' es un relato fantástico, tratando temas como la prostitución, el racismo o la homofobia a través de un prisma demasiado luminoso, que nos introduce en una burbuja desinteresada en reflejar la dura realidad social de la época. En su lugar, la miniserie expone de manera optimista la posibilidad de cambiar la situación a través del entretenimiento, con un ritmo trepidante que no decae en ningún momento, entrelazando el dinámico estilo característico de Murphy con los ornamentos musicales y el melodrama del cine clásico. Esa combinación dota de una personalidad magnética a la ficción, que además integra guiños constantes que deleitarán a los más cinéfilos, como las menciones (y apariciones) constantes a las estrellas del momento o la inmersión en las fiestas de George Cukor.

Dentro de esa burbuja también hay espacio para azotar a la industria contemporánea y los vicios que han llevado a sus ejecutivos y creativos a copar titulares durante los últimos años. El personaje de Jim Parsons, el cazatalentos y representante Henry Willson, no solo comparte iniciales con Harvey Weinstein, sino que también hace gala de una indecente y despiadada actitud de superioridad. El actor de 'The Big Bang Theory' se distancia más que nunca de Sheldon Cooper con este despreciable individuo, que representa la cara más oscura de una industria que no siempre aprovecha su influencia de masas para el bien. En la otra cara de la moneda se encuentran los jóvenes protagonistas, cuyo carisma hace de 'Hollywood' un producto tremendamente energético, bastante más redondo y pulido que 'The Politician', la anterior aportación de Brennan y Murphy al catálogo de Netflix.

La encomiable apuesta de 'Hollywood' por la diversidad seguramente repelerá a todos aquellos que esgrimen "progre" como un insulto elocuente, pero para todos los demás esta reescritura histórica será un rayo de esperanza en un momento en el que ha vuelto a abrirse la veda del odio. A pesar de celebrarse en exceso a sí misma en su último episodio y de no hacer tanto hincapié en mostrar los males que quiere erradicar, centrándose más en el reverso resplandeciente que en el oxidado, 'Hollywood' es, por encima de todo, un genial viaje al corazón del cine.