La ficción coreana vivió un auténtica explosión a nivel mundial, consiguiendo que los usuarios globales de Netflix se asomasen a diferentes productos. Es un hecho que 'El juego del calamar' traspasó fronteras, mientras que una serie española seguía creando expectación con sus últimas tandas de capítulos. Este contexto nos trajo un cóctel que apuntaba a ser perfecto: el gigante del entretenimiento se aventuró a poner en marcha la producción de 'La Casa de Papel: Corea'.
En este sentido, la adaptación de la producción de Vancouver Media se enfrentaba a un mayúsculo reto: ejecutar una obra que pudiese estar a la altura de la versión original. Para conseguirlo, el equipo apuntó directamente hacia un horizonte de lo más utópico, poniendo fin a un conflicto político cuyo origen es cada vez más lejano. Las dos Coreas volvían a unirse, en términos económicos al menos, para funcionar como una única potencia.
'La Casa de Papel: Corea'
Al mismo tiempo, el giro argumental de ese contexto idílico llegaba con la apertura hacia un "capitalismo voraz". Curiosamente, 'La Casa de Papel: Corea' bebe directamente de la crítica que los atracadores de la ficción que nació en Atresmedia llevaban por bandera. Los integrantes asiáticos dispuestos a dar el golpe tienen algo claro: este modelo económico no ha hecho otra cosa que acrecentar una brecha social que no debería existir.
El desarrollo de las primeras tramas nos evoca inevitablemente a nuestros personajes patrios, incluso provocando una sensación de lo más curiosa. La mente se adelanta a lo que estamos viendo en pantalla, rememorando los inicios de esta peculiar banda de atracadores. La serie creada por Álex Pina ha llegado al continente asiático con un conjunto de aventuras y desventuras demasiado similares a lo que ya conocemos; eso sí, merece la pena pararse a conocer todo lo que envuelve a los personajes coreanos.
En algunas ocasiones, es posible que un efecto recuerdo nos haga pensar que ya hemos visto lo que está ocurriendo. No obstante, el equipo creativo ha sabido guardarse algún as en la manga para intentar sorprender a los más fieles de la ficción. Es cierto que estas pequeñas novedades te hacen volver a interesante y centrarte en el argumento, aunque sea para estar pendiente de cómo afectan esas diferencias al desarrollo de la historia principal.
Una buena adaptación es fiel a su origen, pero debe arriesgar
Los nuevos espectadores que atrape 'La Casa de Papel: Corea' podrán disfrutar de ese ritmo pausado en ocasiones que se convierte en adrenalina pura cuando el asunto lo requiere. Sin embargo, la sensación de haber visto antes lo que está ocurriendo en pantalla vuelve a ser demasiado recurrente con cada episodio.
Debemos tener en cuenta que una buena adaptación debe ser fiel al origen, pero un país que estuvo en boca de todos por lo que supuso 'El juego del calamar' podría haber arriesgado mucho más. En caso de que el remake esté pensado únicamente para el mercado coreano es un acierto con mayúsculas, pero muy lejos de convertirse en una revolución para el país que la vio nacer.
'La Casa de Papel: Corea'
A pesar del golpe épico que pretenden dar, muchos dirán que "no es nada nuevo". Si somos fieles a la más pura objetividad, lo cierto es que la adaptación está rodada de manera impecable y cuidando los detalles al milímetro. También merece la pena pararse a apreciar las buenas labores de su elenco de actores y actrices, quienes dan la talla con creces.
¿Su duración puede resultar un problema?
La manera de consumir entretenimiento en nuestro país ha ido cambiando a lo largo de los años, salvo por la excepción de 'La que se avecina'. Pese a que 'La Casa de Papel' estaba pensada para ser emitida en abierto, con una duración siempre superior a los sesenta y tres minutos, su llegada a Netflix estuvo acompañada de la reducción de cada entrega.
De hecho, la quinta parte de la versión original narraba las aventuras de la banda de El Profesor en cincuenta y cuatro minutos de media. Una vez acostumbrados a este modelo de producción, algunos capítulos pueden resultar "demasiado largos", teniendo en cuenta que los seis primeros episodios cuentan un promedio de casi setenta minutos cada uno.
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Mucho camino por recorrer
Ante la pregunta: ¿Merece la pena ver 'La Casa de Papel: Corea'? La respuesta es un sí, pero sin elevar demasiado las expectativas. La ficción ha elegido un camino seguro para iniciar su andadura, aunque quizás quedándose demasiado corta y sin explotar grandes filones que podrían haber dejado boquiabiertos a los espectadores. Eso sí, una vez puesta la primera piedra, queda un largo recorrido para conseguir un nuevo hito en lo que se refiere a la ficción del país asiático.