OPINIÓN

Crítica de 'La costa de los mosquitos': Una trepidante persecución llena de significados

La historia popularizada por Harrison Ford en el cine obtiene una nueva vida ahora con Justin Theroux como protagonista en esta serie de Apple TV+, que se estrena el 30 de abril.

Por Óscar Arenas El 29 de Abril 2021 | 10:30

Aunque hoy es más conocida por su adaptación cinematográfica a manos de Peter Weir protagonizada por Harrison Ford, "La costa de los mosquitos" fue todo un fenómeno literario hace 40 años. Al cumplirse un aniversario tan redondo de la publicación del libro de Paul Theroux, iba siendo hora de renovar los referentes con una nueva adaptación audiovisual, que recoge los temas de aquella novela y los adapta al siglo XXI cambiando sustancialmente el argumento pero manteniendo el espíritu. En este caso, la cosa además queda en familia, puesto que en la serie que estrena Apple TV+ a partir del 30 de abril el protagonista y coproductor es Justin Theroux, sobrino del autor de la novela original.

Allie Fox (Justin Theroux), protagonista de 'La costa de los mosquitos'

Así pues, Theroux interpreta a Allie Fox, un ingeniero que malvive aislado de la sociedad en el interior de Estados Unidos junto a su familia, compuesta por su mujer Margot (Melissa George) y sus hijos Dina (Logan Polish) y Charlie (Gabriel Bateman), a los que educa él mismo en sus convicciones anticapitalistas. La razón de su vida precaria es que es un fugitivo del gobierno de su país, al que desprecia, por lo que un encontronazo con la policía le servirá de disparador para arrastrar a su familia en un viaje sólo de ida hacia México, en donde intenta contactar con un grupo rebelde que está construyendo una sociedad más afín a sus ideas.

Un viaje arduo pero lleno de significados

Justin Theroux y Gabriel Bateman son padre e hijo en 'La costa de los mosquitos'

Esta nueva versión de la historia tiene mucho que contar y poco a poco lo va desgranando, pero es cierto que ese ritmo lento supone un pequeño lastre. La dosificación de la información es importante para mantener la atención del espectador, pero en este caso quizá esté excesivamente dilatado y, en los primeros compases de la serie, se omite información relevante que podría distinguir a esta historia de otras de fugitivos o supervivientes para hacerla más atractiva. Sí es cierto que se dan unas pequeñas pinceladas a las que el espectador debe agarrarse como promesas de futuras explicaciones y desarrollos, pero estos tardan en venir.

No obstante, por el camino se van fijando algunas de las características que, de forma indisimulada, adaptan el argumento a temas contemporáneos más allá de una simple actualización de la tecnología. Por un lado, está el ecologismo como un eje central de la filosofía de Allie, que ya era determinante en versiones previas pero que aquí se constituye como uno de los principales factores para empatizar con su causa. Por otro lado, el viaje de la familia Fox se convierte en una metáfora de la inmigración ilegal, al realizar un viaje inverso al de la mayor parte de indocumentados que cruzan la frontera y son también perseguidos por las autoridades. Una inversión que resulta más que adecuada teniendo en cuenta que esos migrantes llegan movidos por la fe en un futuro mejor y en el sueño americano, precisamente todo aquello que para el protagonista ha perdido todo el sentido.

Foto de familia que no excluye a nadie

La familia Fox en su particular escapada en 'La costa de los mosquitos'

Aunque ralentice el ritmo, el tratamiento seriado de la historia sirve para dotar de protagonismo a los cuatro miembros de la familia en su justa medida. Es cierto que Allie se queda con el foco principal, ya que gracias a sus férreas convicciones y a su inteligencia consigue convencer y ejercer una fascinación sobre su familia que es puesta a prueba en este viaje lejos de la sociedad, algo que centraliza el argumento. Sin embargo, tanto sus hijos como su mujer tienen su espacio para que conozcamos su propio arco y su reacción individual ante cada una de las pruebas que se presentan ante ellos.

Esta equidad entre su elenco que desplaza el protagonismo único de Allie está reforzado por las actuaciones de la familia. No es que Justin Theroux realice en absoluto una mala interpretación, ya que sabe dotar a su Allie de un carisma propio, pero es que el resto del reparto mantiene muy bien el nivel y por momentos le roba escenas. Destaca especialmente Melissa George, que está en estado de gracia interpretando a una mujer enamorada de su marido pero en ningún caso subordinada a él, y que sabe sostener tanto momentos sobrecogedores como otros sutiles y desafiantes.

Un conflicto tan poderoso como ambiguo

Scotty Tovar en el papel de Chuy en 'La costa de los mosquitos'

Todos los personajes van evolucionando en ese conflicto centrado en Allie, que debe decidir si abrazar unos ideales de una sociedad mejor que suponen rechazar a la actual totalmente y quedar así aislado o transigir en algún punto y permitir alguna victoria del sistema que rechaza a cambio de mantener a su familia. Abrazar el individualismo en sociedad o promover ideales colectivos desde la soledad. Porque su purismo le lleva a poner en peligro sus relaciones familiares y quizá a quedarse solo, siendo su familia el último peldaño de una vida en sociedad a la que hace tiempo que dio la espalda. Su sistema de valores puede ser más o menos correcto, pero sólo puede imponerlo sobre sí mismo, y la necesidad de controlar a los seres que ama le pone contra las cuerdas y prueba los límites de su moralidad.

Este conflicto y la problemática del personaje principal se expone perfectamente en un brillante diálogo en el que es confrontado por Chuy, un personaje secundario interpretado por Scotty Tovar que ha sufrido las consecuencias del lado más antisocial de Allie. Además, esta escena saca a la superficie el tema del colonialismo o el imperialismo estadounidense, que está sobrevolando constantemente la ficción por la persecución de la que es objeto la familia Fox, pero que en esta intervención se da la vuelta y muestra lo que hay en ellos mismos de esos valores que afirman combatir.

Sutil y llena de acción

Margot Fox, la madre de familia de 'La costa de los mosquitos'

Eso sí, el alma de la historia, aunque diluida a lo largo de sus siete capítulos, siguen siendo esos dilemas que ni siquiera en su amargo final arrojan una conclusión definitiva sobre los temas planteados. Más que dar un mensaje conciso y masticado al espectador, 'La costa de los mosquitos' propone sus situaciones para que cada cual se convierta en parte activa de la conversación y llegue a sus propias conclusiones, mientras se entretiene con los escasamente relevantes misterios que plantea y disfruta de la acción que por momentos domina sus minutos.