Crítica de 'La rueda del tiempo': Fantasía básica pero con buen ritmo y potencial

Hace tiempo que Amazon Prime Video está fraguando su gran serie de fantasía épica medieval, que espera cautivar a esa gran masa a la que sedujo 'Juego de Tronos' de HBO. Esta ambiciosa y esperada producción es, obviamente, el anticipo de 'El Señor de los Anillos' que tiene previsto su estreno para septiembre de 2022. Hasta que llegue ese momento, la plataforma del gigante de la venta online ofrece a sus suscriptores otra zanahoria, 'La rueda del tiempo', basada en otra saga de novelas, en este caso de Robert Jordan, y que desarrolla un universo propio y original, con reminiscencias obvias al de Tolkien, pero con la refrescante aportación de contar con un gran protagonismo femenino.

Y es que las mujeres son las grandes portadoras de la magia en este mundo. Las más poderosas son las Aes Sedai, que manejan el poder de la luz a costa de su propia fuerza vital. Una de ellas, Moiraine (Rosamund Pike), aparece en una aldea remota y mundana llamada Dos Ríos junto a su protector, el hábil y silencioso espadachín Lan Mandragoran (Daniel Henney). Su objetivo es encontrar al Dragón Renacido, un joven que debería ser la encarnación de un antiguo poder que equilibre el mundo ante la inminente llegada de un ser malvado conocido como El Oscuro. Sin embargo, la hechicera no es capaz de identificar cuál de entre cuatro de los chicos con la edad adecuada de Dos Ríos es el Dragón, por lo que emprende un peligroso viaje con todos ellos para encontrar a otras Aes Sedai que la ayuden a esclarecerlo.

Una rueda que no para de girar

Desde el principio, 'La rueda del tiempo' se presenta como una fantasía sin complejos, mostrándonos la magia de las Aes Sedai, la brutalidad del monstruoso aspecto de los trollocs o la inquietante presencia de los Sin Ojos. Toda clase de seres, criaturas y conceptos mágicos se despliegan en torno a su aventura, con unos efectos que por momentos caminan en un equilibrio precario entre lo verosímil y el CGI demasiado explícito, especialmente al mostrarnos a los trollocs, pero que en general construyen un mundo único y propio repleto de originalidad.

Todo ello se va viendo inevitablemente al ritmo de una acción que constantemente está catapultando a los personajes, al menos en los tres episodios que Prime Video ha estrenado simultáneamente este 19 de noviembre y que hemos podido ver. Las esperables batallas a espada y magia, repletas de la violencia propia del medievo, se suceden con otros momentos de tensión o huidas trepidantes, que contribuyen a crear un ritmo constante que deje bien atrapado al espectador.

Otro viaje inesperado

Y, a pesar de esa rapidez y de la amplitud y variedad de este mundo fantástico, lo cierto es que se hace bastante accesible para una fantasía tan amplia. Son catorce los libros que componen la saga de libros, más una precuela, y por lo tanto el universo a desarrollar es amplio y bien nutrido de mitología e historia propias. No obstante, el showrunner, Rafe Judkins, ha sabido explicar sus fundamentos de forma sencilla y clara, en ocasiones entrando en grandes parlamentos explicativos, pero sin que resulten confusos o enrevesados.

Esto es así fundamentalmente porque la trama nunca se vuelve demasiado compleja y deja espacio más que de sobra para explicaciones. Especialmente si contamos con referentes del género como las aventuras de los hobbits en los universos de Tolkien, el viaje de los protagonistas nos será muy accesible y fácil de comprender, y sus problemas añadidos suelen incluir a enemigos o monstruos que se cruzan en su camino. No existen conflictos muy complejos, lo que por un lado resulta beneficioso para esta introducción y por otro resta algo de interés y originalidad.

Lo interesante, en segundo plano

La simpleza de la trama alcanza también a sus protagonistas, los cuatro jóvenes entre quienes podría estar el Dragón Renacido. Por ahora, sus personajes quedan como bocetos algo estereotipados que, sin embargo, tienen un potencial de desarrollo y complejidad en el futuro. Por ejemplo, el herrero Perrin (Marcus Rutherford) arrastra una pérdida que lo atormenta, pero también se dan pinceladas de que podría esconder en el futuro algo más. Cabe destacar que quizá el que cuenta con más matices de entre ellos, el pícaro Mat, cambiará de actor en la confirmada segunda temporada, pasando de ser Barney Harris a Dónal Finn.

Aunque el personaje más magnético es la Moiraine de Rosamund Pike, una especie de Gandalf con un carácter tan fuerte como enigmático, que va más allá de las pasiones y la dota de un aire casi divino. Más mundana pero de gran fuerza y carisma es la Nynaeve que construye Zoë Robins, que muestra otro lado rebelde de la magia acorde a la naturaleza de su personaje. También saben aprovechar bien sus escasos minutos en pantalla Alexandre Willaume como el particular juglar Thom Merrillin o Abdul Salis, que da vida al siniestro Capa Blanca Eamon. Entre estas presencias por ahora breves se puede mencionar al español Álvaro Morte, que da el salto a la ficción internacional tras ser el icónico Profesor de 'La Casa de Papel', y que aquí interpreta a Logain Ablar, un personaje que se intuye de gran relevancia en los episodios que vendrán.

Más prometedor que concreto

Con esos personajes, por ahora breves y secundarios, tomando más protagonismo en los capítulos que vendrán y los fundamentos de su universo de ficción asentándose en el imaginario de los espectadores, es de esperar que 'La rueda del tiempo' tome fuerza según avance, si no deja de lado su ritmo trepidante y la fuerza de su acción. Es verdad que resulta difícil que iguale a otras sagas de su género y se convierta en un icono de la cultura popular, especialmente siendo tan reminiscente de "El Señor de los Anillos", pero al menos tiene los mimbres para crear una historia épica que resulte interesante y entretenida. De momento, Prime Video está dispuesto a apostar por ella durante, al menos, una temporada más, así que todo es posible.