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Isla Audiovisual, Funwood Media y Can Can han aunado fuerzas para sacar adelante 'La sala', una apuesta diferente que gira entorno a una sala (bueno, realmente dos) y que cuenta con bastantes saltos temporales que abarcan los últimos seis años, de los que hablaremos más adelante. Con un guion de Enrique Lojo, Jorge Valdano, Jon Sagalá y Pablo Barrera, está rodada íntegramente en Canarias y cuenta con Francesc Garrido, Goya Toledo, Raúl Prieto y Natalia Rodríguez encabezando el reparto. La serie ya se ha estrenado en HBO España (disponible desde el 1 de febrero) y habrá que esperar hasta junio para verla en 9 de los canales de la FORTA.
Francesc Garrido y Raúl Prieto, en 'La sala'
Un tema aparentemente atractivo
La premisa la serie promete. Yago (Garrido) es un inspector de policía que, hace 6 años, en la sala de interrogatorios, cometió un asesinato. ¿A quién? ¿Por qué? Ahora, en la cárcel, ha elegido a una joven periodista llamada Sara (Rodríguez) para que haga un documental sobre todo lo ocurrido. ¿Por qué se lo cuenta a ella y no a algún policía? Y de todos los periodistas, ¿por qué elige a ella? Además de ellos, en el cuarteto protagonista también tenemos al compañero en la comisaría de Yago (Prieto) y a una jueza que trabaja junto a ellos (Toledo). Son detalles atractivos que te llaman la atención para que empieces a ver la serie.
Y ahí comienza el problema: cuando empiezas a ver la serie y hay muchas cosas que te sacan de una historia que estabas dispuesto a que te atrapase. El equipo de esta ficción habla mucho de que es un puzzle en el que hay que ir encajando piezas, y es que todo se cuenta mediante flashbacks desordenados y que, aunque te van indicando que si dos años antes, tres después o uno y medio más tarde, el espectador anda un poco perdido. Y eso no es malo, ya que crea una incertidumbre que te puede llegar a atrapar.
Natalia Rodríguez, en 'La sala'
Pero retomando la idea de que hay ciertos aspectos que sacan de la historia, nos vamos a centrar en dos puntos: el grafismo y ciertas chapuzas de guion (y pasaremos por alto la abusiva música de tensión que llega a saturar). En cuanto al grafismo, en la mesa donde Yago es entrevistado por la joven periodista, aparece como un holograma en el que pasa los fotogramas que te llevan a la época en la que se va a centrar el flashback. No. No es una serie de ciencia ficción y este recurso no era necesario y menos todavía cuando luego está repleto de rótulos.
Fallos que te sacan de la historia
Y en cuanto al guion, hay que aplaudir la complejidad de la historia porque realmente se nota que está trabajado. No obstante, hay ocasiones que se sacan conclusiones precipitadas y sin sentido que sirven como parche o para hacerle creer algo al espectador, el cual se da cuenta de que no es verosímil o que se están traicionando a los personajes.
Haciendo un pequeño spoiler, pero por poner un ejemplo, los dos policías protagonistas dan por hecho que un hombre y una niña, aparentemente padre e hija, no lo son porque no se parecen físicamente. Por ello, deducen que él está abusando de ella y le maldicen la muerte. Bueno, quizás se podría haber barajado la idea de que puede ser su padre aunque no tengan los mismos rasgos. Como este caso, podemos ver varios más en el primer capítulo, pero no contamos más para que cada uno se deje sorprender.
Conclusión
Es una pena que estos asuntos nos saquen de la historia porque, como comentábamos, cuenta con una premisa atractiva, con una interpretaciones correctas en su mayoría, con un estilo narrativo diferente y con una factura técnica bastante notable. Tratan asuntos que no pasan de moda en las series, como los casos policiacos, los asesinatos, la prostitución, la mafia... Pero claro, si hay cosas que te chirrían, pues ya estaría.
