Crítica 'Las chicas del cable' (T4): Cuando la política y la visibilidad trans ganaron más peso que nunca

Las telefonistas más conocidas de Netflix España no están dispuestas a abandonar su trabajo y es que pese a que la Compañía Telefónica saltó por los aires en el impactante cierre de la tercera etapa, la ficción que protagonizan vuelve y lo hace manteniendo intacto su espíritu. Este viernes 9 de agosto se estrena en la plataforma de streaming la cuarta tanda de episodios de 'Las chicas del cable', ficción creada por Ramón Campos y Gema R. Neira y dirigida por Antonio Hernández ('Los Borgia') y Roger Gual ('Instinto'). La serie está de vuelta y lo hace con renovación de tramas, con incorporaciones en su reparto y con un inicio de temporada que va a dejar a más de uno con la boca abierta.

Ramón Campos, Gema R. Neira, Teresa Fernández-Valdés, María José Rustarazo, Flora González Villanueva, Alberto Grondona, Estíbaliz Burgaleta y Almudena Ocaña son los guionistas responsables de esta cuarta etapa que llega tras un cierre de la tercera que nos dejó con el corazón en vilo. ¿Ha muerto Francisco? ¿Qué ha pasado con Doña Carmen? ¿Por quién se ha decantado finalmente Marga? ¿Óscar y Carlota lograrán superar todos los obstáculos y estar juntos? ¿Ángeles se alejará definitivamente del mundo del espionaje? Estas son algunas de las incógnitas que se dejaron abiertas y que sí, en el primer episodio de la cuarta temporada quedan completamente resueltas. 'Las chicas del cable' vuelve cerrando una etapa e iniciando un sinfín de nuevas tramas que pese a todo, mantienen el sello original de la ficción.

Un "guilty pleasure" necesario en Netflix

Porque sí, en estos años de vida, los personajes han evolucionado (y mucho) pero la serie sí ha logrado mantener el espíritu con el que nació. Y es que, efectivamente, 'Las chicas del cable' no es la mejor serie del catálogo de Netflix, lo sabemos; posiblemente tampoco es un éxito internacional como 'La casa de papel', también lo suponemos; y no será la ficción más aplaudida por la crítica, eso es así; pero tiene ritmo, entretiene, es perfecta para ver en maratón en verano y sin duda logra mantener la imagen de marca de la plataforma. Es una apuesta que mantiene absolutamente el sello Bambú Producciones y que funciona, es efectiva. Además, y siempre es positivo destacar esto, con el tiempo ha ganado en feminismo, reivindicación y visibilidad y, eso es un claro sí.

Carlota, directa al mundo de la política

Si en la última temporada ya vimos despuntar al personaje que encarna Ana Fernández, en este inicio de la cuarta etapa, esta coge más fuerza que nunca. Carlota se convierte en la gran protagonista de la ficción y es que su incipiente carrera política marcará las nuevas tramas. ¿La veremos convertida en la Manuela Carmena de los años 30? En esta crítica no os lo desvelaré, pero lo que sí puedo aseguraros es que el repunte político que tiene la ficción le viene especialmente bien a la misma. El personaje gana fuerza, coraje y deberá enfrentarse a complicadísimos retos personales y profesionales que posiblemente la marquen para siempre. En definitiva, le veremos tener un papel vital en esta tanda; un acierto absoluto y es que el buen trabajo de Fernández se suma a que nos encontramos ante un personaje complejo, atrevido y que representa muy bien el espíritu de la serie. Poner en ella el foco es un claro acierto por parte de sus responsables.

Su trama marca sin duda un cambio significativo en la ficción y es que si ya vislumbramos algo en la tercera tanda, en esta cuarta se evidencia que la parte política tiene más peso que nunca en la historia. La temporada arranca en el año 1931, marcado por un nuevo régimen político: La República. La sociedad se ha transformado y es algo que vivirán las protagonistas de la historia ya que más allá de Carlota, todas estarán completamente implicadas en los cambios que vivirá España en este año. Se hablará de igualdad de género, del final de la monarquía o del divorcio. No solo las historias de amor tendrán peso, esta vez veremos reflejado la transformación de un país entero a través de las historias de las protagonistas de la serie.

La necesaria visibilidad de la transexualidad

Y si Carlota tiene peso, obviamente Óscar también va a seguir teniendo un papel destacado en la historia. Ana Polvorosa ha brillado (y mucho) en este papel, y es que es una auténtica delicia ver como lleva a un personaje tan complejo, rico y profundo como es Óscar. Su proceso se cambio sigue teniendo un peso necesario en la historia, evidenciando así que una vez más la transexualidad va a ser más visible que nunca en las tramas de la misma. Su historia de amor con Carlota también es otro de los pilares de esta nueva etapa y es que parece evidente que ambas son sin duda dos de los grandes protagonistas de la serie ahora.

Mantiene sus errores

Pero no son las únicas, el resto de chicas también tienen su hueco en un inicio de temporada completamente coral. Poco hay que decir de Lidia, que sigue igual de intensa, exagerada e indecisa. ¿Por qué a nadie se le ha ocurrido darle un giro a su trama? ¿Va a seguir igual temporada tras temporada? Ni al personaje le beneficia seguir igual de estancado ni a la propia Blanca, que posiblemente ha notado la misma evolución en su papel que nosotros: ninguna. Algo similar sucede con Ángeles (Maggie Civantos). El personaje apenas marca una evolución respecto a la tanda anterior y la trama que presenta nos anticipa más de lo mismo. La actriz tampoco brilla en su interpretación, como sí sucede en 'Vis a vis', de forma que no sorprende que Civantos haya entrado en otros proyectos televisivos y se desvincule de la ficción de Bambú este año ya que ya poco le aportaba a su carrera.

En cambio Nadia de Santiago sigue creciendo, consolidándose como uno de los pesos fuertes de la historia y la trama que anticipa es muy interesante para los fans de la ficción. Es innegable que necesitamos más tramas así; que reflejen una evolución real de los personajes, una preocupación verdadera y no simplemente dar rodeados en historias de amor que ya poco aportan a los fans de la historia. Marga, Carlota y Óscar sin ejemplifican lo que debe ser 'Las chicas del cable', una serie que una amor, puntos de comedia y drama, con feminismo, lucha y visibilidad.

Si ya te gustó... te encantará

En definitiva, 'Las chicas del cable' pone el foco en sus puntos fuertes, consolidando así a sus grandes personajes, pero sigue descuidando algunas tramas que ya flojearon en anteriores etapas. Incorpora novedades como es un Carles Francino que brilla en sus primeras apariciones, pero sigue manteniendo el espíritu de siempre. En definitiva, si la serie te enganchó en las tres primeras temporadas, la cuarta posiblemente la verás en maratón porque las telefonistas más famosas de Netflix han vuelto dispuestas a mantener al público que ganaron en sus anteriores etapas.