Recuerdo todavía aquella tarde que decidí empezar a ver 'Los Bridgerton' sin saber que iba a convertirse en uno de los placeres culpables que más disfruto. Amor artificial, un vestuario de infarto, una gossip girl de la época, muchas escenas de sexo y un lenguaje que contrasta con lo anterior de tal manera que convierte la serie en un cóctel empalagoso y difícil de olvidar, pero que volvería a pedirme. Y eso he hecho con la temporada 2 de 'Los Bridgerton'': beberme de un trago los ocho episodios que se estrenan en Netflix el 25 de marzo de 2022.
Las hermanas Sharma en 'Los Bridgerton 2'
Para empezar, partimos de que la primera temporada de la producción de Shondaland para la plataforma de streaming estuvo plagada de encuentros tórridos de los personajes protagonistas, Phoebe Dynevor y Regé-Jean Page, que interpretaban a Daphne Bridgerton y el Duque de Hastings respectivamente. Ya de entrada, te informo de que en esta segunda tanda de capítulos se ha rebajado bastante el tono en cuanto a las escenas de sexo. Y tiene una explicación.
Menos sexo explícito
Que no se haya explorado tanto la sexualidad literal de los protagonistas de la temporada 2 es algo comprensible ya que se trata la historia de "El vizconde que me amó", el segundo volumen de la saga de Julia Quinn en la que se basa la ficción, donde Anthony Bridgerton, encarnado por Jonathan Bailey, es el protagonista. El primogénito de la familia es quien pretende sentar cabeza contrayendo matrimonio con la mejor mujer que se presente a la temporada. De esta manera, lo que parecía una misión fácil termina convirtiéndose en una historia de amor prohibido llena de tensión sexual, en un tira y afloja constante con Kate Sharma, interpretada por Simone Ashley.
Kate Sharma y Anthony Bridgerton en 'Los Bridgerton 2'
Este cambio de enfoque considero que mejora las tramas de los personajes e invita a indagar más en el resto de ellos, haciendo hincapié en los otros dos hermanos de Anthony y en Eloise Bridgerton, quien vuelve a luchar por su independencia con ideas feministas que para la época en la que se desarrolla 'Los Bridgerton' son del todo revolucionarias. Por otra parte, el hecho de arrancar sabiendo quién se esconde detrás de la pluma de Lady Whistledown genera una historia muy interesante y fresca. Se agradece que esa incógnita se terminara en el último episodio de la primera temporada, ya que podría haber llegado a convertirse en algo muy repetitivo.
La gran ausencia
A pesar de que ya sabíamos que Regé-Jean Page no iba a estar en esta segunda temporada, lo cierto es que su ausencia se hace extraña, sobre todo por la forma en la que han abordado la misma, indicando que el Duque de Hastings simplemente se ha quedado en su casa. De esta manera, las referencias al marido de Daphne dejan al espectador con una sensación de que algo falta. No obstante, tengo que decir que la partida del actor, ha conseguido también que el resto del reparto de 'Los Bridgerton 2' haya tenido más peso en la narrativa de la ficción, algo que la ha hecho mejorar notablemente respecto a la primera.
Penélope y Eloise en 'Los Bridgerton 2'
Un vestuario que no defrauda
Dejando a un lado la mejora de los arcos argumentales generales, si hay algo que me encanta de 'Los Bridgerton' es su vestuario rimbombante. Penélope, interpretada por Nicola Coughlan, vuelve a enfundarse en trajes de color amarillo, las pelucas de la Reina Charlotte, encarnada por Golda Rosheuvel, son más grandes y pomposas esta temporada y no podía terminar la crítica sin hacer mención al bonito corgi que pertenece a la familia Sharma.
Lo más leído
En conclusión, la segunda temporada de 'Los Bridgerton' cumple las expectativas y diría que es mejor que la primera por las razones ya mencionadas. ¿Nos hubiera gustado ver algo más de las escenas que nos dejaron sin aliento en sus primeros capítulos? Puede ser. ¿Esto ha hecho que la serie haya madurado un poco y es de agradecer? También. Sea como sea, si disfrutaste de la historia de Daphne y Simon, la de Anthony y Kate no te va a dejar indiferente y estoy segura de que va a convertirse en tu guilty pleasure.