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'Los hombres de Paco' ha tratado de dar la vuelta a esa típica oración del refranero popular español que asegura que "segundas partes nunca fueron buenas". En plena fiebre por los regresos y reencuentros de algunas ficciones que dieron sus tramas por cerradas, la castiza comedia regresa a la televisión por todo lo alto, buscando que la premisa de estar a la altura pueda cumplirse y no defraudar a los espectadores y espectadoras.
Paco Tous es Paco Miranda en 'Los hombres de Paco'
Uno de los puntos fuertes de este regreso tiene que ver con el grueso de su elenco principal. La carismática patrulla formada por Paco Tous, Pepón Nieto y Hugo Silva se ha reinventado, pero su esencia permanece intacta, aunque con cierta madurez adquirida por el paso de los años. Si bien es cierto, a medida que avanzan las tramas, esto pasa a un segundo plano, ya que podemos ver exactamente los mismos comportamientos locuaces e inocentes a los que nos acostumbraron desde 2005.
Mariano y Paco siguen siendo esos hombres bonachones entregados a su profesión, algo más que vocacional para ellos, pero se les intuye con mucho más peso específico, capaces de hacer autocrítica y asumir las consecuencias de sus actos con mucha más entereza que en el pasado. También rema a favor de obra la presencia de Ika, sobrina y compañera de Miranda, quien representa ese espíritu valiente y convencido, capaz de todo no solo por hacer bien su trabajo, sino por llegar hasta el final por los suyos.
Giros inesperados que te mantienen pegado a la pantalla
Sea como fuere, la temporada 10 de 'Los hombres de Paco' ha conseguido que los espectadores dejen a un lado lo previsible de algunas tramas. La aparición necesaria de ciertos giros envuelve a la serie en lo inesperado, siendo conscientes de que cualquier cosa puede sorprender por lo inverosímil de lo que está pasando. Precisamente, lo inesperado de algunas situaciones termina por cambiar en cierto modo el destino de los protagonistas junto a sus maneras de actuar, algo que mantiene el ritmo trepidante de la ficción.
Pepón Nieto, Paco Tous y Hugo Silva en 'Los hombres de Paco'
Estos hechos dan frescura a la trama de esta comedia, permitiendo que el capítulo no sea algo lineal o predecible, sino todo lo contrario; algo que también se ve muy favorecido gracias a la duración de los episodios. Cincuenta minutos son más que suficientes para que las hazañas de Paco y compañía nos diviertan, entretengan, pero, sobre todo, que nos dejen con ganas de ver qué es lo que va a ocurrir dentro de una semana.
Mejora de la producción
Algo evidente, pero que no está por demás mencionar, es la sustancial mejora de la producción del serial. Acercándose a la manera de trabajar en el cine, una imagen de muchísima mayor calidad que las primeras temporadas, amén de un storytelling adaptado a los nuevos ritmos de la ficción española, permiten que el espectador sea consciente no solo del paso de los años, sino de lo intrépido y espectacular de aquello que acontece, en mayor medida, con las escenas de acción.
Reconexión con el pasado
El regreso de una serie años después se enfrenta a un difícil reto: agradar a todo aquel que vio las temporadas anteriores, pero ser capaz de atrapar frente a la pantalla a nuevos espectadores. La décima temporada no podía comenzar de la nada, como si nunca hubiésemos visto a los Pacos en el barrio madrileño de San Antonio. Partiendo de esta premisa, el equipo de guion ha conseguido el equilibrio necesario entre lo vivido y la presentación de los personajes para aquellos que se asomen por primera vez.
Con todo lo que va aconteciendo, es suficiente para poder ser conscientes de qué pie cojea cada uno, cuáles son algunas de sus virtudes o defectos, dando también algunas leves pinceladas necesarias de lo que ocurrió en el pasado. En definitiva, la esencia prevalece como ya se ha mencionado, en todo el elenco que vuelve a sumarse a esta aventura.
Amaia Sagasti, Paco Tous y Pepón Nieto en 'Los hombres de Paco'
Un emplazamiento publicitario demasiado evidente
Un mecanismo recurrente dentro de las series de ficción es el product placement, algo que no escapa al regreso de 'Los hombres de Paco'. Sin embargo, la integración de ciertos productos dentro de algunas tramas se torna como una tarea complicada para que consiga ser parte fundamental de las mismas.
Es cierto que la manera de hacerlo permite un reconocimiento directo por parte de los espectadores, pero se echa en falta una cohesión mayor para poder percibir que esa marca es imprescindible, dotando al anunciante de una valencia más que positiva y no como algo meramente anecdótico.
