Igual que las burbujas de jabón que estallan sin previo aviso, la cuarta temporada de '#Luimelia' llega el domingo 25 de julio a Atresplayer para acabar con esa ilusión onírica de que la felicidad se esconde a la vuelta de cualquier esquina, de que, en palabras del Christian de "Moulin Rouge", 'todo lo que necesitas es amor'.
Reparto completo de '#Luimelia 4'
Las protagonistas deciden dar el gran paso, y no, no es el de casarse; al menos, no de momento. Las chicas se compran una casa para vivir juntas, y es ahí donde encontrarán el primer gran escollo de este nueva temporada: José Antonio, un okupa muy liberal y muy charlatán que no les pondrá nada fácil recuperar su casa. Javier Botet da vida a este nuevo personaje que, si bien parece caer bien a todo el mundo dentro de la serie, ya garantizamos que sacará de sus casillas a más de un espectador. El actor logra en un par de escenas del primer episodio construir a un personaje detestable que no querrás volver a ver ni en pintura. Una decisión arriesgada que caracteriza este cambio de tono de la serie.
Esta sensación se magnifica con el segundo episodio, en el que la pareja visita a los padres de Amelia para una comida familiar. Lejos de las tramas cómicas y de enredo de anteriores temporadas, allí, de nuevo nada es bucólico; de hecho, es todo lo contrario: descubrimos a una madre cariñosa, a un hermano holgazán, pero también a un padre hostil y anticuado que no acepta la orientación sexual de su hija. ¿Demasiados villanos para tan solo dos episodios? Sin duda. Este nuevo personaje, interpretado por un sobresaliente Joaquín Climent, no hace sino potenciar ese regusto amargo que va a caracterizar a las próximas entregas.
Carol Rovira y Paula Usero, como Amelia y Luisita en '#Luimelia 4'
Ni cuarta pared ni leches
Aunque solo hemos podido ver los dos primeros episodios, parece que esta búsqueda de una estructura más tradicional se mantendrá en el resto de la temporada; de hecho, hay una constancia en el primero de los capítulos por explicar que no se romperá nunca más la cuarta pared, un running gag que será de las pocas pinceladas de humor que encontraremos.
Atrás quedan entonces esos episodios emulando a Woody Allen, esas pantallas partidas, esas conversaciones entre los guionistas sobre cómo debe ser la ex novia de Amelia o ese intento de documental de Luisita, '#Luimelia' es a partir de ahora una serie más, y tampoco tiene por qué ser nada malo: sigue teniendo un reparto en estado de gracia, bonitas escenas, una imagen cuidada y esa representación LGTB que tanto echamos de menos en las series en abierto; sin embargo, no puedes invitar a un viaje en barca a quien ha probado una montaña rusa.
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