Crítica de 'Maricón perdido': Cuando el niño gay deja de ser el amigo gracioso para contar su propia historia

Las series de televisión llevan un tiempo cambiando el rumbo de sus contenidos consiguiendo cada vez más un empoderamiento del colectivo LGTBI. Durante años hemos visto al niño gay como el típico personaje que era el graciosito y que estaba como apoyo del protagonista. Y eso cuando había un personaje gay, que en muchas historias directamente han sido invisibles. Sin embargo, ahora estas voces ya no son de personajes secundarios sino que han conseguido estar en un primer plano, siendo el mayor foco de interés de algunas series.

'Maricón perdido' es una de ellas. No es la primera, pero sí una de las primeras que están ayudando a cambiar el prisma de la sociedad. Por suerte, esto no ha hecho más que empezar. Las historias del colectivo LGTBI ya no son únicamente interesantes para el propio colectivo LGTBI como se ha pensado más tiempo del que debiera, sino que ya hemos abierto los ojos dándonos cuenta de que no son ficciones de nicho; interesan a todo el mundo.

Más allá de esto, ¡qué interesante es que siga habiendo referentes! ¡Qué bueno es que adolescentes confusos tengan series como estas en las que poder entender muchas cosas y poderse encontrar! Y precisamente ese es el objetivo de 'Maricón perdido' y de su creador Bob Pop: su intención no es arrasar y convertirse en todo un fenómeno, sino llegar y abrazar a todos aquellos que la necesitan.

Valentía sin complejos

Lo que vemos en 'Maricón perdido' está basado en la historia real de su creador, de Bob Pop, quien ha tenido la valentía de abrirse en canal para contar su historia detallando sus sentimientos en cada uno de los pasajes de su vida que le han llevado a ser como es hoy en día. A través de tres épocas (adolescente, joven y actual) que se van intercalando, vamos entendiendo ciertos comportamientos y van encajando las piezas que teníamos desordenadas de algunos temas que mantienen en alerta al espectador.

Y a través de esta historia que te estremece y te hace reír a partes iguales nos encontramos muchos pedazos de la identidad de Bob Pop. 'Maricón perdido' te invita a reflexionar de una gran cantidad de aspectos que están presentes en la sociedad. Estamos hablando de la hipocresía que hay dentro del propio mundo LGTB, de la doble moral de muchas personas, de las consecuencias del acoso sin quedarse solo en el acto puntual, de la violencia innecesaria que se produce por los temas menos pensados, y de un largo etcétera más. Y todo mostrando sucesos de maltrato, de abuso sexual, de bullyng, de homofobia, de amistad, de sexo consentido... y de búsqueda de nuestra propia identidad.

No solo se desnuda contando su historia

Bob Pop no se desnuda únicamente contando su historia sin ningún tipo de pudor, sino que también lo hace con sus gustos, su forma de pensar y su irónico sentido del humor. Vamos por partes. Si esta serie está predestinada a ser un referente, su creador no ha dejado pasar la oportunidad de plasmar los suyos propios a lo largo de sus capítulos. Así, nos muestra cuáles son sus películas, discos y libros de cabecera, Pero no solo eso, sino que también descubrimos muchas cosas más gracias a la estética plagada de colores vivos, que se plasma en los decorados y vestuarios, así como el arte, que también recibe una gran importancia en la serie.

Como hemos comentado, su forma de pensar y su sentido del humor también tienen mucho que ver en el tono de la serie. Bob Pop tenía claro que su manera ver la vida era como tenía que contarse la historia, saltando de lo trágico a lo cómico, haciéndote reír en escenas muy delicadas o consiguiendo que te salte una lágrima en el momento que menos te lo esperabas. Esa fusión de comedia con el drama más duro encaja a la perfección. Igual que lo hace la mezcla de costumbrismo y fantasía, pues en ocasiones vemos las ensoñaciones de nuestro protagonista que nos llegan a poner los pelos de punta.

Un reparto que se lo merece todo

Una historia tan íntima como la de 'Maricón perdido' tenía que contarse desde la verdad. Para ello, un buen casting era fundamental y lo han conseguido. Gabriel Sánchez y Carlos González son unos genios. Ellos interpretan a Roberto (Bob Pop) en su adolescencia y en su juventud, y es impresionante ver cómo en tan pocos capítulos pasan por tantos registros, por tantos géneros y... en definitiva, tanto talento. No perdamos de vista a estos dos actores que tienen mucho que demostrar y no nos van a dejar de sorprender.

Ellos dos son los protagonistas y posiblemente la parte menos conocida hasta el momento del equipo artístico. Sin embargo, pasa todo lo contrario con los personajes secundarios que también están de diez. Candela Peña demuestra una vez m´s ser una actriz camaleónica, interpretando a una madre tan cruel que el que el espectador dudará si reírse en ciertos momentos o no. Pero para cruel el padre, a quien da vida Carlos Bardem y de quien ni tan siquiera aparece su rostro completo en pantalla en ninguna ocasión. "Me hubiera vuelto a dar miedo como me daba mi padre", ha reconocido ahora Bob Pop sobre esta decisión. Y el elenco lo completa una serie de intérpretes de la talla de Alba Flores, Miguel Rellán, María Romanillos, Ramón Pujol, Javier Bódalo o Júlia Molins.

Conclusiones: Sabe qué contar y cómo hacerlo

Bob Pop ha tenido muy claro cómo es esta historia que quiere contar, más que nada porque la ha vivido muchas veces en primera persona. Por ello, ha sabido seleccionar los momentos clave que quiere contar a través de seis capítulos de menos de media hora de duración. De esta forma, los tres primos capítulos de la serie producida por El Terrat y que estrena TNT el 18 de junio reflejan momentos muy duros del protagonista. El 25 de junio llegarán los tres finales que narrarán nuevos pasajes: el cuarto cuenta el cambio de Bobo Pop como escritor, el quinto se centra en el amor; y el sexto sirve para hacer balance, contar cosas que nunca había verbalizado y disfrutar de unas apariciones de lujo como son Andreu Buenafuente, Berto Romero y Pedro Almodóvar, quienes le han acompañado durante el proceso creativo.

Si hay que destacar algo que flojee en esta serie es que se tratan distintos temas con los que el espectador desearía que se profundizara un poco más, como las amistades, el trato con los padres (sobre todo con él) o sus aventuras nocturnas en busca de sexo. Pero si este es el único problema, propongo una solución a este: segunda temporada. Que seguro que Bob Pop ya le está dando vueltas a la cabeza con muchas ideas que nos volverán a llegar al corazón.