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Amazon Prime Video se suma a la doble moda del audiovisual, a la de los thrillers policiacos y a la de las adaptaciones de libros. Para ello, la plataforma confía en la novela más exitosa de César Pérez Gellida y en un reparto encabezado por Yon González. El actor protagoniza 'Memento Mori', la nueva serie de acción sobre unos asesinatos en Valladolid sin respuesta.
El punto de partida de la ficción es el hallazgo de un cadáver sin párpados en Valladolid, un caso del que se encargará el inspector Sancho, interpretado por Francisco Ortiz, junto a "Carapocha", al que da vida Juan Echanove. Ellos seguirán la pista de Augusto, interpretado por Yon González, que es todo un sociópata que pronto se da cuenta de que no puede dejar de matar y que lo hace además dejando un poema en sus víctimas. Todo ello unido a las relaciones personales de los personajes dan lugar a un thriller muy cuidado.Juan Echanove
Un esplendido Yon Gónzalez
Posiblemente estemos ante la mejor interpretación de Yon González. El actor se pone en la piel de un asesino sociópata con gustos muy refinados y con escenas de una gran complejidad que consigue superar con creces. Te crees al personaje y te crees que es un auténtico criminal, gracias a la historia, pero sobre todo a cómo la ejecuta su protagonista.
Desde el inicio, la ficción intenta que el espectador vea al protagonista como lo que es, una persona con serios problemas. Para ello, crea escenas y secuencias íntimas en las que prácticamente solo está el actor frente a la audiencia, ya sea cantando o frente a un espejo, y en las que se juega todo a la interpretación del actor. Es con esa difícil misión dónde Yon González traspasa la pantalla.
A la caracterización y vestuario oscura y sencilla, pero no para nada casual, se une un trabajo complejo del intérprete. Los sentimientos del personaje se captan desde la mirada, hasta los gestos, los movimientos, el ritmo al que habla o las pausas que hace. Con todo, su actuación llega a provocar hasta cierta angustia en el espectador y no deja lugar a duda de que este papel era para Yon González.
Es posiblemente el rol más complejo en el que hemos visto desenvolverse al intérprete. Quizá por eso choca todavía más. En cualquier caso, Yon González sorprende para bien y es uno de los grandes aciertos de la serie, que posiblemente, por cómo lleva a cabo su trabajo, marcará un punto y a parte en su trayectoria evidenciando qué es capaz de hacer.
Olivia Baglivi y Yon González
Comparten escena, o al menos trama, con Yon González un reparto en el que también es de valorar que se apueste por la combinación de caras tan conocidas como la del que en su día fue Iván en 'El internado: Laguna negra' o Juan Echanove, con grandes actores y actrices con experiencia, pero menos vistos. Olivia Baglivi, Manuela Vellés, Francisco Ortiz o Carlota Baró, completan el elenco principal y pueden dar la sorpresa.
Acierta con las relaciones personales
Unos de los grandes puntos a favor de la historia y de su ejecución a nivel audiovisual es la construcción de las relaciones personales entre los personajes. Es un clásico que en una historia de novela negra ocurra, pero en esta historia cobra especial importancia. Es precisamente ese punto el que da sentido a la gran intriga de la serie.
Como en su estructura ya se presenta al asesino desde el principio, el objetivo no es descubrirlo. Tampoco lo es ni siquiera si los policías lo van a encontrar o si no. En ese camino que hace la serie de la mano del espectador lo que genera más intriga es cómo van a confluir las historias personales con el thriller de acción, incluyendo cómo perjudican y benefician al asesino y a la policía. Cada personaje está dónde está por algo, sus palabras y sus gestos no son arbitrarios y ese tinte de que todo tenga sentido tan policiaco gusta al tipo de espectador que se asoma a ver este tipo de serie.
Juan Echanove y Francisco Ortiz
De más a menos, sin cumplir expectativas
La serie engancha, eso de entrada. Consigue atrapar al espectador, desde el experto en historias de novela negra, hasta uno que dé con el proyecto por casualidad. Tiene gancho y consigue retener la atención, especialmente en sus cuatro primeros episodios. A pesar de ello, es el claro ejemplo de serie que va de más a menos, muy a pesar de aquellos que confían en la historia y en la serie y que pueden quedar decepcionados por cómo están construidos los capítulos finales.
La serie guarda mucha información para sus últimos minutos, pero además la manera de contarla distrae al espectador e incluso puede hacer que se pierda y eso es una lástima. Además, parece que da más importancia a una casi confirmada segunda temporada que en cumplir con lo prometido al espectador, que se quedará con más dudas que con respuestas en el final del sexto episodio con el que cierra la tanda de capítulos.
Con todo ello la serie puede despertar sensaciones opuestas. Desde atraparte por completo por su arranque y su evolución, hasta dejar al espectador con un sabor extraño. No se trata de contentar a la audiencia, pero las sensaciones que deja pueden llegar a ser agridulces, lo que hace presagiar que en una futura, e imprescindible, segunda tanda de episodios se solucione.