OPINIÓN

Crítica 'Queer As Folk' (2022): cómo hemos cambiado

Mucho ha llovido desde la serie original, y este remake utiliza el nombre para mostrarnos una serie distinta.

StarzPlay

Por Diego López El 21 de Julio 2022 | 10:27

Hace 23 años que Channel 4 estrenaba en Reino Unido la por entonces transgresora 'Queer As Folk' de Russell T. Davies. Puede parecer mucho tiempo, pero es en realidad un suspiro en la historia de la sociedad moderna. Una sociedad que ha cambiado mucho, muchísimo, en apenas dos décadas.

Peacock en Estados Unidos -y StarzPlay en España (estreno el 31 de julio)- nos proponen ahora la segunda adaptación de 'Queer As Folk', una serie que comparte con la original el nombre y poco más. Porque basta revisionar un poco aquella para darse cuenta de que una serie así sería imposible de emitir hoy en día, con un montón de señores cis heteros blancos interpretando a gays gordófobos que se ríen tras mantener relaciones con querubines de 15 años.

En ese sentido, la nueva 'Queer As Folk' es completamente opuesta a la original. Aquí la diversidad está en cada escena, con actores que siempre interpretan lo que son y donde el rompecabezas para dar cabida a todas las letras, todas las razas y todos los pronombres roza un poco el ridículo. Porque qué adonis de dos metros que se dedica a la prostitución no se enamora locamente de su cliente en silla de ruedas amputado de dos piernas… Como 'Pretty Woman' pero llevado a lo -muy- extremo.

La nueva 'Queer As Folk' no podría olvidarse del drag

Si la representación de la comunidad LGBT+ en la serie original era poco menos que un insulto, en esta versión moderna es toda una utopía inalcanzable, un sueño feliz en la mente de algún ejecutivo de Hollywood.

Tomando decisiones arriesgadas

Más allá de este batiburrillo inclusivo que funciona a medias, la nueva 'Queer As Folk' toma una decisión importante que no esconde en el tráiler: se ambienta tras un tiroteo masivo a una discoteca gay (Babylon, por eso de mantener algún paralelismo con la serie original) en la que fallecen algunos de los protagonistas que se nos presentan en el piloto.

Este hecho es un arma de doble filo que marca a la mayoría de personajes durante toda la primera temporada y que añade una capa de dramatismo extra a todos los capítulos que tal vez sobraba. Desde luego es valiente recrear un tiroteo como el que sucedió en la discoteca Pulse de Orlando en 2016, y es importante mantener presente las amenazas a las que la comunidad LGBT+ sigue enfrentándose día a día, pero estamos ante una variación del problema casi exclusivamente americana que siempre se resuelve de una forma muy americana.

Aquí, la serie -de apenas 8 episodios- intenta hacer malabares con mantener el luto y los traumas de los personajes con dar al espectador cierto respiro y toques de humor y distensión, pero la realidad es que es una temporada demasiado corta como para arrancar con una bomba así y esperar que no tiña todo el desarrollo de la trama en unos pocos episodios.

Una plétora de diversos… antihéroes

El otro punto problemático de este reboot está en el desarrollo de los personajes. Da la impresión que se ha invertido tanto tiempo en hacerlos tan diversos y multirraciales que se ha olvidado dotarles de ese poquito de simpatía que traspase la pantalla y llegue al corazoncito del espectador. Porque Walter White en 'Breaking Bad' hacía cosas terribles pero era imposible no sentir algo de empatía por él.

Y en este reboot de 'Queer As Folk' cuesta. Empezando por el protagonista, Brodie (Devin Way), un narcisista de gimnasio acostumbrado a tirarse todo lo que se mueve y a entrometerse en las vidas de todo el mundo para empeorarlas. Su ex Noah (Johnny Sibilly) lleva tiempo saliendo con su mejor amigo, pero ambos deciden ocultarlo. La mejor amiga de Brodie es Ruthie (Jesse James Keitel), una mujer trans amiga de la infancia de quién Brodie estaba enamorado cuando era chico. Ella, en cambio, está en una relación con Shar (CG), una lesbiana no binaria que acaba de dar a luz a gemelos. Y mientras Ruthie pasa de su mujer e hijos recién nacidos, Brodie es incapaz de ayudar a su amiga con sus hijos (sus hijos, porque aunque Ruthie y Shar son las madres, Brodie puso el esperma). Que por cierto, Brodie es adoptado y tiene un hermano, Julian (Ryan O'Connell), que tiene parálisis cerebral, y también es gay. Al grupo se suma Mingus (Fin Argus) un adolescente cuyo sueño es ser drag queen y está enamorado de Brodie. Y Ruthie es su profesora.

Si todo esto te parece un poco culebronesco es porque lo es, aunque los perfiles de los personajes hacen difícil una evolución creíble de la trama. Porque no vamos a transformar un personaje cis hetero en lesbiana para poder realizar un triángulo amoroso. ¿O tal vez sí? Guiño, guiño, codazo.

'Queer As Folk' busca dar una visión 2022 del colectivo LGBT+

No todo en este reboot de 'Queer As Folk' iba a ser malo. La serie cuenta también con varios aciertos. El primero es tal vez intentar dar un paso adelante en la evolución de las tramas LGBT+. Más allá de la diversidad cogida con pinzas, lo cierto es que la serie apuesta por mirar al futuro y hablar de nuevas problemáticas de la comunidad. No más dramas de salir del armario, qué dirán los padres, o la lacra del SIDA, temas muy manidos en otras series de esta temática que aquí o no se abordan o ya se dan por asumidos y son tratados de una manera muy natural.

'Queer As Folk' puede presumir de ser la serie más inclusiva y diversa de la historia

El otro gran acierto, aunque no siempre demasiado aprovechado, es ubicar este reboot en Nueva Orleans. La ciudad de Luisina, capital fiestera y de los borrachos en Estados Unidos, es a su vez una ciudad americana y europea, completamente única en su ambiente y arquitectura y que dota a 'Queer As Folk' de una estética y personalidad más fuerte de la que impregnan algunos personajes.

¿Era necesario un reboot de 'Queer As Folk' en 2022? Pues viendo la serie original podría decirse que sí, porque aquel icono gay de los noventa ha quedado ya completamente desfasado. Pero este 'Queer As Folk' es sobre todo una serie nueva con algunos guiños a la anterior. Una visión controvertida y fresca del colectivo en 2022 con sus aciertos y sus errores, su corrección política tan típica de la época en la que le ha tocado emitirse y alguna que otra decisión valiente, aunque se le esperaba mucha más valentía en algunos momentos. No es la serie del año, pero tengo la sensación de que con el tiempo esta versión va a envejecer mucho mejor que la original.