A finales de marzo de 2021 tenía lugar el estreno de '¿Quién mató a Sara?' y, al poco tiempo de su lanzamiento, esta producción mexicana original de Netflix se convirtió en una de las más vistas de la plataforma. No es de extrañar el seguimiento que ha tenido esta ficción, pues el thriller suele ser uno de los géneros más exitosos de la compañía como ya ha demostrado con otras producciones como 'La Casa de Papel', 'Dark' o 'Élite'. Además, su premisa, basada en averiguar la verdad sobre la muerte de un personaje y construida a raíz de mucho misterio y giros, resulta muy atractiva a simple vista, por lo que es sencillo captar la atención del espectador.
Álex Guzmán y Elisa Lazcano en la segunda temporada de '¿Quién mató a Sara?'
Los primeros episodios se centraron en la muerte de Sara Guzmán (Ximena Lamadrid) y sus consecuencias, desvelando los secretos más oscuros de la familia Lazcano. De la mano de Álex Guzmán (Manolo Cardona), hermano de Sara que fue encarcelado durante 18 años acusado de su asesinato de manera injusta, fuimos descubriendo qué pasó aquel día en el que la joven perdió la vida por culpa de un paracaídas en mal estado, destapando toda una historia repleta de intriga. De hecho, el misterio protagonizaba el desenlace de la temporada, dejando en el aire muchas incógnitas. Para sorpresa de todos, Netflix apostaba por el estreno de la segunda tanda de episodios dos meses después, una espera mucho menor de lo que podríamos imaginar.
En esta segunda temporada, disponible en Netflix desde el 19 de mayo, Álex continúa con sus investigaciones tras averiguar la auténtica personalidad de su hermana, a la que realmente no conocía. La aparición de nuevos enigmas que tendrá que resolver incrementa los secretos alrededor de Sara y de la familia Lazcano, haciendo que la historia se complique al diversificarse en varios caminos. No obstante, la ficción mantiene el ritmo gracias a los continuos giros, pero no logra construir una estructura firme que no se pierda entre tanto misterio. Asimismo, el aumento del drama no favorece las interpretaciones del elenco, que se vuelven mucho más forzadas y sobreactuadas en los momentos de mayor carga emocional.
La familia y la venganza siguen siendo el hilo conductor
La familia Lazcano en la segunda temporada de '¿Quién mató a Sara?'
La búsqueda del culpable de la muerte de Sara, la lealtad familiar y la venganza siguen siendo los elementos que dan forma al hilo conductor de la serie. De hecho, en este aspecto, la ficción se mantiene fiel a su primera temporada y ofrece la sensación de estar viendo una continuación sin importar que se trate de dos tandas de episodios diferentes. Igualmente, la familia Lazcano continúa siendo el foco de atención, sobre todo a raíz del juego iniciado por Álex, que sigue inmerso en sus investigaciones para tratar de encontrar una respuesta a cada una de las incógnitas, misterios que aumentan con el paso de los episodios y el descubrimiento de nuevos secretos.
Asimismo, vuelven a cobrar importancia las historias individuales de cada uno de los miembros de la familia Lazcano, tramas personales que en última instancia están supeditadas a la voluntad familiar, demostrando que esta ficción bebe mucho de los tópicos habituales de las telenovelas, donde los lazos sanguíneos son los que mueven la voluntad de sus personajes. Lo mismo sucede con la sed de venganza, aspecto que se incrementa en esta segunda temporada con la aparición de nuevos datos y una presencia mayor de personajes secundarios que tienen mucha más relevancia. Todo ello envuelto en ese espíritu melodramático que también se conserva.
Secretos y giros para mantener el interés
Sara y Marifer en la segunda temporada de '¿Quién mató a Sara?'
Si por algo se caracterizó la primera temporada de '¿Quién mató a Sara?' fue por la aparición de secretos y la presencia continua de giros que daban un vuelco a la historia y abrían nuevas tramas. Además, muchos de ellos daban lugar a cliffhangers que animaban al espectador a ver la serie del tirón. En esta segunda tanda continúan en la misma línea, pero llegan a un punto en el que los giros son tan excesivos que, en ocasiones, se rozan lo inverosímil. Asimismo, la mayoría de esos giros están vinculados a situaciones dramáticas que hacen que las tramas se vuelvan mucho más oscuras y turbias, acercándose a veces al género de terror.
De este modo, la serie sigue utilizando la misma técnica para intentar mantener la atención a base de giros constantes, una trampa para enganchar al espectador que no siempre implica que la historia que se están contando sea buena. No obstante, se agradece el aumento de ese misterio envuelto en oscuridad y el descenso de las escenas sexuales que no aportaban nada más allá de la morbosidad. No quiere decir que la ficción reniegue ahora de ese modelo de secuencias, la tensión sexual sigue presente, pero el número de este tipo de encuentros carnales desciende en comparación a la anterior temporada.
Buen trabajo visual que no oculta las taras
Álex y Elisa en la segunda temporada de '¿Quién mató a Sara?'
A nivel de realización, la serie destaca de forma positiva. El trabajo llevado a cabo a nivel técnico es bastante satisfactorio y la fotografía resulta llamativa y completamente acorde a la historia. De hecho, uno de los puntos fuertes de esta ficción es su apartado visual, que denota calidad y que se ha realizado una buena inversión. Sin embargo, a pesar de todo ese artificio, no podemos negar que esta ficción mexicana sigue teniendo sus taras. A nivel argumental esta segunda temporada ha dejado mucho que desear por culpa de todas esas tramas nuevas que no han hecho más que enrevesar una historia que, quizá, debería haber concluido en una única temporada.
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Lo mismo sucede con las actuaciones de parte de su elenco. Si en los anteriores episodios algunas de las interpretaciones parecían forzadas, esa sensación sigue permaneciendo en la nueva temporada. Esa sobreactuación resulta más evidente en los momentos de mayor tensión y carga emocional, donde el dramatismo pierde intensidad por culpa de una emoción que no resulta del todo creíble, consiguiendo que el resultado final a veces parezca una parodia de las telenovelas. En definitiva, la continuación de '¿Quién mató a Sara?' se pierde en su intento de mantener la intriga con la incorporación de nuevos y numerosos giros, resolviendo algunos de esos misterios de forma precipitada y predecible.