Crítica de 'Reyes de la noche', una guerra radiofónica librada entre humo, drama y comedia

Las acaloradas tertulias políticas son el reflejo de un país dividido, pero no son los únicos focos de conflicto. A la altura de esos debates acerca del liderazgo nacional y autonómico y cuestiones tan vitales como la sanidad o la educación suelen interponerse los piques relacionados con el deporte, sobre todo cuando los medios los empapan de gasolina. Nos guste o no, el fútbol forma parte de nuestro día a día: exalta rivalidades territoriales, saca a relucir lo mejor y lo peor del ser humano y crea comunidades que rinden devoción a sus equipos. El fútbol nos calienta y a veces incluso nos incendia.

Dentro de esa llameante metáfora, los periodistas serían los pirómanos. No todos los comunicadores analizan el deporte desde un punto de vista tan pasional que roza lo irracional, pero esa vehemencia se ha convertido en el sello de identidad de algunas de las voces más sonoras e influyentes. La nueva serie original de Movistar+, 'Reyes de la noche', se teletransporta al origen de ese ferviente abordaje del deporte. En un viaje que nos lleva a finales de los años ochenta, revivimos la dura confrontación entre José María García y José Ramón de la Morena. No obstante, para esquivar represalias legales y poder mostrar una imagen más amplia de aquella época, aquí los protagonistas se llaman Paco Maldonado y Jota Montes. Mentor y pupilo. Rey y aspirante al trono.

Cada noche, los futboleros de todos los rincones de España sintonizan su transistor en la misma frecuencia para que Maldonado, más conocido como "El Cóndor", les ilumine. El veterano locutor se ha convertido en un influencer añejo, capaz de articular poderosas verborreas entre caladas a su puro y de aterrorizar a los deportistas y ejecutivos contra los que arremeten sus humeantes discursos. Tras crear escuela y asegurarse un ejército de feligreses, Maldonado decide hacer las maletas y llevarse a su equipo y su público a la competencia, que le promete un contrato más lucrativo y libertad para librar sus batallas.

La principal baja en ese traslado es la más dolorosa posible. La mano derecha de Maldonado, Jota Montes, a quien ha tratado de inculcar su agresivo estilo, acepta la oferta de sucederle en su antigua emisora. En esta época de cambio, en la que la sociedad española se alejaba del fantasma de la dictadura y se acercaba a una nueva realidad, Jota pretende abrazar nuevos métodos, rebajar la crispación y hacer un programa diferente a lo que acostumbra su padre radiofónico. Mientras tanto, el traicionado Paco desata una guerra que pondrá a prueba las intenciones de Jota, ¿conseguirá no caer en las provocaciones de la máxima autoridad de la radio?

Ya os adelanto que no.

Los gallos de las ondas

El auténtico motor de 'Reyes de la noche' no es el fútbol, que no es más que un reconocible decorado, sino esa rivalidad entre Paco y Jota. En apenas tres horas, los creadores de la serie, Adolfo Valor y Cristóbal Garrido, se las apañan para darle un interesante arco narrativo a sus protagonistas y desplegar un universo muy atractivo, independientemente de lo estrecho que pueda ser tu vínculo con el deporte rey. Así pues, hacen de la brevedad una virtud sin perder intensidad, ya que, a diferencia de otras comedias de Movistar+, esta no deja la sensación de haber colocado su punto final demasiado pronto.

A fin de cuentas, mentiríamos si habláramos de 'Reyes de la noche' como una comedia sobre fútbol. Ya he dejado claro que, de la misma manera que no te tiene que apasionar el narcotráfico para que te guste 'Breaking Bad' o los funerales para que te conquiste 'A dos metros bajo tierra', los guiños al mundo del fútbol de la serie de Movistar+ no son más que eso, guiños. Quien esté familiarizado con la cultura deportiva de la época disfrutará de cada mención y tratará de desenterrar las identidades que se esconden tras nombres ficticios. Quien no albergue ese conocimiento, puede dejar pasar sin problemas las referencias, ya que todo el peso de la trama recae en los protagonistas y no en el campo de juego.

La otra mitad de esa descripción errónea, o al menos parcialmente equívoca, es que 'Reyes de la noche' sea un comedia. En los últimos años nos hemos acostumbrado a que el drama se infiltre en la comedia, y tanto Valor y Garrido como el director Carlos Therón se encuentran muy cómodos jugando en el balancín que equilibra ambos géneros. Los choques entre Paco y Jota desatarán alguna que otra risa, así como la genuina representación de ese ocaso de los años ochenta, pero seguramente lo que deje más poso sea la carga dramática, que escala al son de la lucha entre los dos periodistas.

Buenas noches... a casi todos

A la hora de representar con una mirada sincera la época que se retrata, se consigue exponer una realidad casposa sin que la propia serie lo sea. Aun así, se echa de menos una mayor incidencia de Marga Laforet, la tercera en discordia en esta batalla de gallos, cuya trama discurre en un plano más secundario. El personaje de Itsaso Arana tiene mucho potencial y es un oasis en este océano de testosterona por el que navegan Javier Gutiérrez y Miki Esparbé. En cualquier caso, todos los componentes del tridente protagonista brindan tales interpretaciones que permiten que la serie, entre enfrentamientos dialécticos y traiciones, alcance una velocidad de crucero y un ritmo inmejorables.

'Reyes de la noche' es un gol por la escuadra de Movistar+, que está demostrando una hegemonía en el terreno de la comedia -o la dramedia, llámalo como quieras- similar al de Paco Maldonado en las ondas. Al mismo tiempo puede presumir de las ambiciones de regeneración de Jota, demostrando que la comedia española actual, con su formato reducido y sus ganas de profundizar, tiene un valor inconmensurable.