Dudas, muchas dudas. Esa es posiblemente la sensación que todos teníamos ante el estreno de 'Secretos de Estado', la enésima producción de Frank Ariza. Es algo que posiblemente no sorprenda a nadie y es que teniendo en cuenta el historial del productor ('Dreamland', 'El Continental' y 'Los nuestros 2' entre otras), las esperanzas puestas en esta nueva serie eran muy bajas, pocos confiábamos en encontrarnos ante un producto potente y que sorprendiese de verdad. Además, no hay que olvidar las duras declaraciones de Miryam Gallego meses atrás, unas palabras que sin duda alertaron a todos de lo que nos podíamos encontrar en esta nueva producción.
Reparto de 'Secretos de Estado'
¿Y qué nos hemos encontrado? Pues una ficción centrada en amor, venganza y cuernos, muchos cuernos. No, no es "el primer thriller político donde se descubre el juego del poder" como han intentado vender sus creadores, nos encontramos ante una ficción en la que la política simplemente es el telón de fondo, nada más. Es simplemente una excusa para situar a un grupo de personajes en un tablero y hacer que luchen entre ellos, que se enfrenten, que se odien o que hasta se amen. 'Secretos de Estado' no es una ficción política; se acerca mucho más a una telenovela que a un 'House of Cards' o un 'Scandal'. Aunque posiblemente Ariza sí tuviese intención de hacerlo, no ha sido capaz.
'Secretos de Estado' es una serie que no convence, que se queda a medio gas y que, aunque sí es mejor que la mayoría de ficciones creadas por Ariza hasta el momento, no es el producto que merece Telecinco ni nuestra ficción. Pese a liderar la noche sin problemas (15,7% y 2.166.000), el dato no es alto pese a enfrentarse con dos productos que no están funcionando bien en la noche de los miércoles ('Matadero' y 'Maestros de la costura'). Pero, ¿qué ha fallado en esta ficción centrada en el intento de asesinato de Alberto Guzmán, presidente del Gobierno? Más allá del retraso de casi 15 minutos del estreno y la gran publicidad con la que contó el episodio, sí hubieron muchos errores... de Estado.
Miryam Gallego, en 'Secretos de Estado'
Una buena idea... mal ejecutada
La premisa inicial de 'Secretos de Estado' es potente, los conflictos que se plantean también y la base de la historia sin duda es también interesante. ¿El problema, entonces? Está todo mal ejecutado; no se consigue explotar al máximo ninguno de esos conflictos y las historias que se van planteando a lo largo del episodio no consiguen desarrollarse de forma correcta. Este producto peca de un histórico problema de nuestra ficción: contar con decenas de tramas paralelas (para rellenar minutos) pero no conseguir desarrollar bien ninguna de ellas. De nada sirve abrir infinidad de conflictos si el principal no sabes resolverlo bien y de nada sirve abarcar muchísimo cuando posiblemente no eres capaz de resolver un conflicto así y sí, 'Secretos de Estado' peca muchísimo de ello. No es una ficción honesta consigo misma y sin duda es una auténtica pena porque el potencial de la historia existe y posiblemente desarrollada de otra forma hubiese sido un producto muy potente.
Unos guiones con serios problemas
En esta mala ejecución tienen mucho que ver los guiones de la serie, uno de los principales problemas de todas las ficciones de Frank Ariza. No resultan creíbles los diálogos de la ficción, hay infinidad de situaciones que no tienen sentido alguno y que tienen muy poco de reales, que sabemos que a día de hoy nunca existirían. Y si en una serie no te crees lo que estás viendo... tenemos un problema. ¿Por qué ese intento de 'Vis a vis' surrealista con manguerazos a las presas incluido? ¿Por qué hablar del CNI y exagerarlo todo hasta puntos insospechados? ¿Por qué llevar al surrealismo absoluto la relación entre Ana y sus hijos? No tenía sentido alguno. No es necesario que en una ficción así tiremos tanto de clichés, no lo es. No es necesario llevar al límite a todos los personajes hasta la exageración extrema, no lo es. Y tampoco es necesario intentar meter la mayor cantidad posibles de historias diferentes, que al final aportan muy poco al hilo central de la historia. Efectivamente, no lo es.
Jesús Castro y Sara Vidorreta en 'Secretos de Estado'
Pese a ello, no todo es negativo en estos guiones y es que es necesario aplaudir el magistral monólogo (casi) final de Ana Chantalle. A más de uno nos dejó con los pelos de punta mientras aplaudíamos en el sofá a Miryam Gallego. ¿Por qué no todo el episodio tuvo este tono? 'Secretos de Estado' debería haber sido eso, una ficción con giros más potentes y radicales, con diálogos mucho más directos y dando a las mujeres ese importante rol en la historia. Ahí es donde se vio el verdadero potencial de la serie, porque si venimos a jugar en este mundo político, juguemos hasta el final, rompamos estereotipos y lancémonos de lleno. Y 'Secretos de Estado' no se atrevió a hacerlo.
Ellas destacan en el reparto
Por ahora poco podemos hablar de Emmanuel Esparza y es que su personaje apenas habló en este primer episodio pese a ser fundamental en el mismo. Su intento de asesinato fue el detonante de la historia y por ello el actor vivió un necesario primer episodio en segundo plano, al contrario de lo que pasó con Michelle Calvó, Elvira Mínguez y Miryam Gallego. Ellas son el verdadero alma de 'Secretos de Estado' y sin duda, es necesario que en el resto de temporada se conviertan en las grandes protagonistas.
Jesús Castro y Miryam Gallego en 'Secretos de Estado'
Son tres personajes potentes, complejos y que sin duda nos van a dar mucho, y sí, eso nos encantan, ellas nos encanta. Todo lo contrario de lo que sucede con Jesús Castro, cuya actuación es de todo menos positiva. Siendo honestos, es verdad que nunca le hemos visto liderar buenas interpretaciones pero entonces, ¿por qué se sigue contando con él? No tiene sentido alguno que sigamos contratando a actores solo por ser atractivos, hay infinidad de intérpretes mucho más resolutivos que funcionan bien en pantalla y que aportarán credibilidad a la historia, algo que no sucede con él ni con otros intérpretes de la misma y es que otro punto flaco de 'Secretos de Estado' es su floja dirección actoral, algo evidente desde el primer minuto de la misma.
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¿Merece la pena?
Es innegable que 'Secretos de Estado' podría haber sido mucho más de lo que vimos este miércoles en Telecinco. Con esa historia, esos actores y ese potencial, sin duda podríamos habernos encontrado ante un producto potente, llamativo y diferente, pero no, no ha sido así. En un punto de la ficción nacional como el que nos encontramos ahora, queremos mucho más. Y no, no pretendemos que esta ficción sea una historia "de nicho", ni mucho más cercana a HBO que a Telecinco, obviamente que no. Pero Mediaset puede hacer mucho más, lo hemos comprobado ya. Y sí, es el momento de hacerlo, de cambiar y de demostrar que podemos huir de clichés, exageraciones y surrealismos, es momento de aportar verdad porque hacerlo... no es un secreto de Estado.