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'Élite' despidió su primera temporada por todo lo alto y dando un puñetazo sobre la mesa para demostrar que se podía hacer ficción juvenil con calidad tras un largo vacío dentro de nuestras fronteras. Esto le ha otorgado el éxito no solo en España, sino en gran parte de los países en los que Netflix tiene suscripción, y, por ello, la segunda temporada llega dispuesta a revalidar su valía.
Un nuevo misterio a descubrir
La serie mantiene el potencial de la primera temporada en el inicio de la nueva tanda de episodios. 'Élite' resulta una serie adictiva de la que cuesta desengancharse, y es que Darío Madrona y Carlos Montero saben cómo repartir la emoción en el metraje de cada episodio. Su trayectoria en este género les ha ayudado a perfilar la tensión dramática, de modo que al terminar un capítulo busques darle al play de nuevo para ver el siguiente.Álvaro Rico como Polo en la segunda temporada de 'Élite'
Uno de los componentes que ayudan a que esto surta efecto es su estructura. Se mantiene la misma forma que ya vimos en la primera, por lo que aquí vuelve a repetirse la narración en flashforward, llevándonos tres meses adelante para mostrarnos qué le ha ocurrido a uno de los protagonistas y cómo hay una investigación policial en curso para esclarecerlo. Bebiendo de nuevo de 'How to Get Away With Murder', la intercalación del presente con el futuro es beneficiosa, pues ayuda a mejorar la dinámica, además de establecer preguntas en el espectador sobre cómo se llegó a ese punto y cómo han evolucionado los personajes en ese periodo de tiempo.
Los nuevos alumnos van a dar mucho que hablar
'Élite' pone en su primer episodio toda la carne en el asador, al igual que ya hizo en la primera. Apenas se guarda el inicio de tramas para los próximos episodios, y es que si algo sabe hacer bien esta serie son los comienzos, llenos de expectación por lo que le va a pasar a los personajes con lo que se ha visto en los primeros minutos. En esta ocasión, los nuevos ayudan en gran medida, especialmente Valerio, el personaje de Jorge López, quien va a traer de cabeza a más de uno.
Guzmán combate la ira en la segunda temporada de 'Élite'
La trama de Valerio con su hermana Lucrecia (Danna Paola) se presenta como una de las más interesantes de la temporada y un auténtico acierto, dado que una relación tan complicada como esa no es común tratarla en la ficción. Pero no solo él trae un soplo de aire fresco a la serie, sino que la llegada de Rebeca (Claudia Salas) y Cayetana (Georgina Amorós) guarda muchos secretos, como no podía ser de otro modo. La familia de ambas van a ser las grandes incógnitas de estos personajes durante los episodios, dando algo más de protagonismo a las tramas adultas.
Los tres nuevos intérpretes sobresalen en sus actuaciones por encima de algunos de sus compañeros. Netflix ha sabido escoger bien a sus nuevos fichajes, pues ya desde el principio tienen bien adherido a sus personajes, dando la sensación de que llevan el mismo tiempo dándoles vida que el resto de actores de la serie. Así pues, se ponen a la altura de Danna Paola y Mina El Hammani, quienes brillan una vez más con su trabajo. Por otro lado, Valerio, Cayetana y Rebeca son personajes muy diferentes entre sí, lo cual potencia que se justifique su entrada y ayuda a aportar nuevos matices en las relaciones que se entablan en Las Encinas.
Las consecuencias de la muerte de Marina
Aunque la trama principal que vertebra toda la temporada trata de las consecuencias del asesinato de Marina, lo cierto es que no se echa de menos a este personaje. María Pedraza llevaba la voz cantante en la temporada anterior, pero los guionistas han sabido dotar de nuevos aspectos los episodios de la segunda, de modo que su vacío no sea un lastre que arrastrar. La personalidad arrolladora de Rebeca ayuda en gran parte, supliendo esa baja en el grupo más afín a los alumnos de clase baja.
Claudia Salas, uno de los fichajes de la segunda temporada de 'Élite'
La muerte de Marina ha afectado a todos los alumnos de la clase, aunque en algunos ha hecho más mella, como es el caso de Guzmán (Miguel Bernardeau), que vive el duelo por superar el fallecimiento de su hermana sumado a la presencia de Samu (Itzan Escamilla) en la escuela. Esto provoca que se enfrente a todos los que no piensan como él, incluso a sus propios amigos. Samuel, por su parte, también está dispuesto a todo, estableciendo grandes alianzas con tal de conocer quién debería estar en la cárcel en lugar de su hermano. Y en otro lugar están Polo, Carla y Christian, pues los personajes de Álvaro Rico, Ester Expósito y Miguel Herrán, respectivamente, conocen quién ha matado a la joven, por lo que la culpa es la gran armadura que los hunde hasta el infierno y que provocará grandes daños en ellos.
En definitiva, la segunda temporada de 'Élite' mantiene la estructura y aciertos de la primera temporada. No obstante, esto puede ser un arma de doble filo. Por un lado, la fórmula funciona a la perfección, resultando tan adictiva como se esperaba de ella, pero, por otro, puede llegar a quemar el formato de prolongarse en el tiempo al no aportar nada nuevo a nivel estructural y tener unos antecedentes tan marcados, similares y actuales. Se alimenta de tanta intensidad que el bajón puede ser muy grande en un futuro, por lo que necesita plantearse mayores novedades de cara a la tercera tanda. Dejando de lado esto, los nuevos episodios de la serie mejoran a nivel interpretativo con la llegada de los nuevos actores, con tramas más frescas que ayudan a olvidar la presencia de la protagonista anterior. 'Élite' es la definición perfecta de guilty pleasure y a su favor hay que decir que no se esconde de ello, llenando de enredos y melodrama las vivencias de unos estudiantes de bachillerato que están experimentando la dureza y crueldad del mundo en el que se mueven.