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La cantante tejana Selena Quintanilla vuelve a estar más presente que nunca gracias a 'Selena: La serie', un drama biográfico que relata la vida de esta joven artista que fue asesinada por la presidenta de su club de fans cuando se encontraba en lo más alto de su carrera. Su fallecimiento conmocionó al mundo entero y convirtió a Selena en todo un icono de la música, una vida que ya fue plasmada en la gran pantalla con Jennifer López como la responsable de meterse en la piel de la cantante. Sin embargo, Netflix ha querido rendir su particular homenaje con esta serie protagonizada por la actriz Christian Serratos, una producción dividida en dos tandas y cuya primera parte fue estrenada el 4 de diciembre de 2020.
Christian Serratos como Selena Quintanilla en la segunda parte de 'Selena: La serie'
La segunda parte de 'Selena: La serie' continúa indagando en la vida de la artista, que ya ha alcanzado una etapa más madura en la que su carrera musical ha despegado por completo. Sin embargo, no es la única parte de su vida que ha evolucionado, ahora el amor está más presente que nunca. Todo ello siempre bajo la óptica de la familia, que continúa controlando cada uno de los movimientos de la joven, atada constantemente a los deseos de sus padres y hermanos. El resultado termina siendo un homenaje a través del punto de vista de los miembros de la familia, lo que resta protagonismo a Selena y hace que el producto final pierda emotividad y se quede en la superficialidad.
La vida familiar por encima de la música
Chris (Jesse Posey) y Selena (Christian Serratos) en la segunda parte de 'Selena: La serie'
La carrera musical de Selena Quintanilla estuvo marcada por la presencia de su familia, quienes apostaron por ella y la acompañaron en cada uno de sus pasos. Esa unión familiar está muy presente en esta ficción hasta tal punto que acaba cobrando mucho más protagonismo que la propia cantante. De este modo, las vidas personales de sus padres y, especialmente la de su hermano AB y la de su hermana Suzette, ocupan gran parte de los episodios con tramas que nos muestran los anhelos e intereses de cada uno de ellos, sobre todo en lo que concierne a las aspiraciones individuales.
Igualmente, las tramas amorosas se intensifican en esta temporada, una decisión acorde a la edad en la que se encuentra la protagonista. En esta etapa vivió de forma intensa su romance con el guitarrista y compositor Chris Pérez, historia que guarda muchos secretos y dificultades y que, una vez más, está relacionada con la unión de la cantante con su familia. Tras el visionado de la serie queda claro que el amor y la familia fueron parte esencial de la vida de Selena y que siempre tomo sus decisiones pensando en estos dos aspectos, pero la ficción navega tanto por esos terrenos que, en ocasiones, acaba dejando la faceta musical en un segundo plano.
La conciliación constante de dos mundos
Selena Quintanilla interpretada por Christian Serratos en 'Selena: La serie'
La familia y el trabajo estaban completamente ligados en la carrera profesional de Selena, sin embargo, su ambición fue más allá de la música. La serie refleja perfectamente ese carácter imparable de la cantante, que siempre estaba dispuesta a ir más allá para conseguir todo lo que se proponía. La música no fue su única pasión puesto que la moda y el diseño también acaparaban toda su atención. Los intentos de prosperar en este ámbito y todo lo que hizo para lograr cumplir su sueño de abrir su propia tienda también están representados en esta ficción.
No obstante, aunque demuestra que la conciliación de su carrera musical y de su faceta como empresaria de una tienda de moda no fue una tarea sencilla para Selena, la serie no termina de indagar lo suficiente en este apartado en el que también tuvo mucha importancia la presencia de Yolanda Zaldívar, quien marcaría el destino de la cantante. Quizá en ese intento de no ahondar tanto en esta figura para restarle importancia a la que fue la asesina de la protagonista, la ficción acaba abandonando ese interés desbordante de Selena por su tienda y el diseño, convirtiendo ese negocio en uno más de su vida. Solo vuelve la atención en este aspecto cuando todo comienza a torcerse como un claro indicativo de la proximidad del trágico desenlace.
Un homenaje que se queda en la superficialidad
Selena y Suzette (Noemi González) en la segunda parte de 'Selena: La serie'
Con tantos puntos de atención situados en los miembros de la familia Quintanilla, la serie termina por convertirse en un homenaje banal que no termina de ensalzar la figura de Selena como uno de los iconos musicales más importantes de la historia. Aunque sí podemos presenciar algunos de los conciertos más relevantes que dio a lo largo de su carrera y acompañarla en alguna de las tantas entrevistas que concedió a los medios de comunicación, se echa en falta que la música tenga mucho más protagonismo. De hecho, a veces tiene más importancia en la vida de su hermano que en la de la propia Selena.
Igualmente, por mucho que esta producción intenta centrarse en aspectos más personales de la vida de la cantante, lo hace con ciertas limitaciones. Así pues, no se indaga lo suficiente en algunos temas que podrían haber sido muy interesantes como, por ejemplo, las consecuencias de crecer siendo el centro de atención o las secuelas de la fama y la presión constante de la prensa y sus seguidores. Tampoco lo hace a nivel sentimental, pues nunca dan la oportunidad de que Selena exprese lo que realmente siente cuando se encuentran en momentos de vital importancia, quedándose únicamente en la superficie de los acontecimientos.