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La inauguración de la fase 4 del Universo Cinematográfico de Marvel llegó con una fuerte apuesta por las series a través de Disney+, la excusa perfecta para ir ampliando el universo y dando a conocer nuevos personajes, al mismo tiempo que se continuaba la historia de otros. 'Bruja Escarlata y Visión' fue la primera en ver la luz y el ciclo se cierra con 'She-Hulk: Abogada Hulka', donde Tatiana Maslany interpreta a Jennifer Walters, la prima de Bruce Banner.
El recorrido de la ficción televisiva de Marvel no ha sido nada a destacar, con más sombras que luces, y, lamentablemente, 'She-Hulk', que se estrena el 18 de agosto, mantiene este camino. A lo largo de los cuatro episodios que hemos podido ver para realizar esta crítica, la nueva superheroína tiene un concepto y formato muy interesantes, pero patina en su ejecución y en elementos tan básicos que resulta hasta sorprendente.Mark Ruffalo y Tatiana Maslany en 'She-Hulk: Abogada Hulka'
Un piloto fuera de lugar
Comencemos por el principio. La importancia de un buen piloto con el que enganchar al público potencial y que se mantenga fiel al proyecto es algo que parece que no hace falta explicar. Justo aquí 'She-Hulk: Abogada Hulka' encuentra uno de sus mayores errores. El primer episodio nos muestra por qué Jennifer se convierte en Hulka e incluso una delicia de escena en un baño de mujeres que muchas espectadoras sentirán muy real. Hasta aquí todo bien, sumado al hecho de que Hulka sea superior a Hulk y controle mejor su alter ego.
Sin embargo, la mayor parte de este primer episodio es el tráiler. Jennifer Walters aprende de la mano de su primo, a quien vuelve a encarnar Mark Ruffalo, a controlar sus poderes y su ira. Incluso plantea el dilema de la protagonista y su conflicto, pero ya está, no hay más. ¿De qué va la serie? ¿Cuál va a ser la línea de los ocho episodios restantes? Una escena final se asoma tímidamente para responder a estas preguntas, pero es algo tan escueto que no es capaz de plantar cara a lo visto en los 29 minutos previos.
Jameela Jamil es la villana de 'She-Hulk: Abogada Hulka'
Y aquí es cuando llegamos al segundo capítulo, que tiene una atmósfera más formada de piloto y plantea con mayor acierto cómo va a ser el desarrollo de la ficción. Sin embargo, sigue adoleciendo de no ser coherente con el conflicto de la protagonista. La problemática de Jennifer Walters se emborrona en una línea que se mantiene, al menos, hasta el cuarto capítulo. Ella tiene muy claro qué quiere ser y qué no y por qué prefiere no abrazar la vida verde que aguarda en su interior. Por supuesto, es interesante descubrir cómo tiene que tragar con sus principios por conseguir su sueño en un entorno laboral que le da la espalda y es reflejo de otras tantas situaciones en el mundo real. No obstante, asume que tiene que dar su brazo a torcer con mucha rapidez, dejando de lado un conflicto que hubiera sido muy interesante explorar.
Alguna luz entre tanta sombra
Pero no todo es negativo en 'She-Hulk: Abogada Hulka', ni mucho menos. Marvel ha apostado por una comedia legal, un género muy diferente a lo visto anteriormente. Aunque sí ha tocado la comedia previamente en el cine, va mucho más allá con la ruptura de la cuarta pared como seña de identidad, lo que potencia el humor con las declaraciones de la protagonista a la audiencia. En este punto hay que matizar que la comedia queda más vinculada a una serie desenfadada donde de manera puntual hay alguna escena con la que puedes soltar una carcajada.
El intento de la compañía por renovarse y utilizar sus series para explorar géneros diferentes es un hecho a alabar. Lo más llamativo de 'She-Hulk' es que abrace el procedimental, yendo años atrás en la ficción de superhéroes cuando esta resolvía un caso por episodio. Esto es lo que ocurre en esta serie y lo que resulta su mayor reclamo, pues esta estructura televisiva se encuentra cada vez más en desuso con la llegada de las plataformas.
Por otro lado, es necesario hablar del fichaje de Tatiana Maslany, una de las actrices con más matices en su interpretación como ya demostró en 'Orphan Black'. Pese a sus aptitudes, tras el visionado de estos cuatro episodios da la sensación de que está muy desaprovechada. No termina de explotar su vis cómica y, tal y como apuntábamos antes respecto al desdibujado conflicto de la protagonista, no tiene espacio para trabajar y adentrarse en las aristas de Jennifer Walters, aunque sí hay momentos en los que se aprecia la dificultad para relacionarse con su entorno por ser una mujer diferente al resto. No obstante, esto no es problema de Maslany ni mucho menos, sino del guion.
Marvel siempre es una sorpresa
Marvel vuelve a intentar dar un aire fresco a su ficción televisiva, pero, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, no es capaz de acertar con el punto. Sin embargo, la factoría es una auténtica sorpresa, como ya demostró con un fantástico inicio de 'Ms. Marvel' que acabó perdiendo todo el sentido. De este modo, podría seguir el camino de 'Caballero Luna' y darnos un final de temporada magistral. Eso sí, aquí se enfrenta a otros problemas, como son unos efectos visuales poco cuidados cuando aparece She-Hulk en pantalla y un acompañamiento de personajes que no aporta nada. Más allá de alguna intervención de Benedict Wong o de Tim Roth, los nuevos personajes que presenta la serie son una mera comparsa que sigue a Walters en su trabajo como abogada.
'She-Hulk: Abogada Hulka' tiene varios puntos a favor que harían de ella una serie de lo más interesante, como es el concepto de procedimental o su tono mezcla de acción y comedia que nos presenta una serie más desenfadada de lo habitual. Sin embargo, varias decisiones, siendo la más importante el desarrollo de personajes y su presentación, la acaban convirtiendo en el enésimo intento fallido de Marvel para Disney+.