Con la Navidad a la vuelta de la esquina, comienzan a proliferar las comedias románticas que utilizan estas fiestas para sumar más azúcar a su explosivo cóctel. Un cóctel que, con ambientación navideña o no, lleva años preparándose con la misma receta, cargada de ingredientes que se repiten una y otra vez aunque se agiten de distinto modo. "Pretty Woman", "La boda de mi mejor amigo", "Notting Hill", "El diario de Bridget Jones" o "Love Actually" son solo algunos ejemplos de este género tan criticado como amado. Porque las comedia románticas se aman o se odian. Y 'Smiley' simplemente pretende ser una más. Eso sí, con una gran diferencia: los protagonistas son dos hombres.
Como ya hizo el largometraje de Netflix 'Soltero hasta Navidad', la serie recurre a todos los tópicos del género para contar una historia LGBTIQ+ que está destinada a todos los públicos. La trama arranca cuando Álex (Carlos Cuevas) se enfrenta a un desengaño amoroso y se dispone a pedir explicaciones con un mensaje de voz. Pero, como marca el manual de las comedias románticas, un error provoca que lo reciba Bruno (Miki Esparbé), a quién no conoce de nada. Esa fortuita coincidencia hace que se conozcan y se odien al instante, aunque también se atraen locamente. Con este punto de partida, arranca esta historia marcada por los malentendidos, los problemas de comunicación y la sensación de previsibilidad para la audiencia.
Carlos Cuevas y Miki Esparbé, en una secuencia de 'Smiley'
Después de conectar miles de personas en teatros de diferentes partes del mundo, la obra de Guillem Clua salta a Netflix en formato serie, con una primera temporada que se ha estrenado este miércoles 7 de diciembre de 2022. A pesar de la popularidad del título, me enfrenté a 'Smiley' totalmente virgen, sin ser espectador de la obra ni lector del libro, del mismo modo que lo hará gran parte de la audiencia que la disfrute en la plataforma de streaming. Aunque no conocía la historia, rápidamente se detectan las virtudes y los defectos de la adaptación.
Unos monólogos repletos de ternura
La historia de amor entre Álex y Bruno funciona a la perfección con esos dos polos apuestos que se atraen. Una conexión casi mágica, cargada de química, en la que sin duda juega un papel importante la amistad que hay entre sus intérpretes. Desde el principio, el espectador conecta con su trama y no puede despegarse de ella, como si un hilo rojo invisible nos uniese a ellos. Resulta imposible contener la lagrimita con dos extraordinarios monólogos, que tienen cada uno de los personajes en el clímax, donde derrochan emoción y ternura. Comedia romántica en estado puro. Lamentablemente, la frescura y el atractivo de su romance no se traslada al resto de tramas. O, al menos, no en forma de flechazo.
Giannina Fruttero y Meritxell Calvo en 'Smiley'
Aunque Clua ha intentado huir del efecto pegote al ampliar el universo de la obra teatral, el resto de historias que propone 'Smiley' entorpecen la narración, dando la sensación de ser un relleno forzado. Y no hace falta haber visto la obra para sentirlo. A pesar de las buenas intenciones del showrunner con la visibilidad LGTBIQ+, las tramas secundarias hacen que se ralentice la principal, que mantiene el peso y el interés. Por suerte, el problema se va solucionando conforme va avanzando la serie y las tramas van llegando a su desenlace.
La serie de Netflix se presenta con una estética propia en la que abunda la pantalla partida como engañoso recurso narrativo, la utilización de la mensajería instantánea y unas transiciones que dotan de personalidad al proyecto. Además, apuesta por el uso del catalán mezclado con el castellano de forma totalmente orgánica, tal y como ocurre en la vida real y como también hace 'La Ruta'.
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Una comedia romántica de mantita y polvorón
'Smiley' cumple su papel de comedia romántica navideña para disfrutar con una mantita, unos polvorones y Netflix. Una historia divertida, corta, fresca y cargada de tramas LGTBIQ+, pero no destinadas únicamente a la comunidad LGTBIQ+. En definitiva, un "Love Actually" gay muy mainstream y disfrutón, que va de menos a más y que viene dispuesto a endulzarnos la Navidad. Los 8 episodios de la temporada 1 ya está disponibles en Netflix. Y si el público quiere, Papá Noel podría traer una segunda temporada basada en la obra "Smiley, després de l'amor".